Apuestas de hasta 50.000 euros por huir de la Policía
La Policía investiga una red de carreras ilegales entre jóvenes de la alta sociedad británica a raíz de un accidente en Sevilla
Se valoraban méritos como los kilómetros recorridos, el riesgo corrido y si la 'hazaña' había tenido repercusión en prensa o redes sociales
El accidente de un joven inglés de 21 años en Sevilla, tras una extraña persecución a toda velocidad por las calles de la ciudad, reveló la existencia de un juego de un grupo de chicos británicos residentes en la Costa del Sol, que consistía en emular en la vida real un conocido videojuego con arriesgadas maniobras y huidas de la Policía. Los participantes, entre seis y doce, llegaban a apostar hasta 50.000 euros y había un premio final de 200.000, que se decidiría en septiembre en Estepona.
Con esa cifra se haría el ganador. Para obtener el triunfo se tendrían en cuenta los kilómetros recorridos huyendo de la Policía y las maniobras realizadas, así como la trascendencia que hubiera obtenido cada episodio y si éste había aparecido en prensa o se habían subido vídeos e imágenes de estas carreras ilegales a las redes sociales. A cada uno de los participantes le correspondía demostrar sus habilidades en una ciudad distinta de Andalucía.
Los coches empleados en estas competiciones eran siempre de la misma marca y modelo: Audi RS6. Eran alquilados en Marbella, por unos 1.700 euros el fin de semana. Estos vehículos desarrollan una potencia de hasta 600 caballos. El de Sevilla tenía matrícula polaca. A bordo del mismo iban el conductor, de 21 años y miembro de una familia aristocrática inglesa, y un joven irlandés de 19 que luego diría que había conocido al primero de jugar con él a los videojuegos online.
La Policía Nacional mantiene abierta una investigación sobre este asunto, después del accidente de Sevilla y otro anterior ocurrido una semanas antes en Marbella, que podría estar conectado con este asunto. Esta ciudad malagueña era el epicentro de estas carreras ilegales y apuestas clandestinas con jóvenes de la alta sociedad británica. Unos días antes, la Policía Local de Sevilla ya estuvo detrás de un Audi RS6 que circulaba a toda velocidad, y al que se le perdió la pista en dirección Montequinto.
Sin embargo, el domingo 22 de mayo, la fuga de uno de estos coches terminaría de forma abrupta en la Ronda Urbana Norte, donde el conductor perdió el control el coche y se estampó contra un quitamiedos. Antes, había recorrido una distancia de unos diez kilómetros a toda velocidad, circulando tramos en contramano y también por zonas peatonales, como el interior de los jardines del Cristina.
Sobre las cinco de la tarde, una patrulla de la Policía Local de Sevilla detectó el coche a gran velocidad por la Puerta de la Carne. Intentaron darle el alto sin éxito. El Audi continuó a toda velocidad, tirando por los carriles del sentido contrario de la avenida de María Luisa y girando luego a la derecha hacia el Paseo de las Delicias. Se metió por el interior de los Jardines del Cristina para volver a salir al Paseo de Colón y tirar en dirección Arjona y Torneo.
Durante este recorrido alcanzó los 180 kilómetros por hora, casi el triple de la velocidad permitida en ciudad, que es de 50. Al llegar a la Barqueta siguió por Concejal Alberto Jiménez Becerril hasta la glorieta Olímpica, donde giró a la derecha para continuar por la Ronda Urbana Norte. La Policía llegó a perderle la pista en esta zona.
Después realizó una maniobra más arriesgada aún, que fue saltar la mediana a través de la vegetación para irrumpir en el sentido contrario. Finalmente, terminó perdiendo el control del coche a la altura del polígono Calonge, donde se estrelló contra un quitamiedos tras derribar un semáforo y otra barrera. La Policía Local detuvo al conductor, un joven inglés de 21 años, mientras que tomó declaración a su acompañante, un irlandés de 19.
El conductor pasó la noche del domingo al lunes en los calabozos y fue puesto a disposición del juzgado de Instrucción 15 la tarde del lunes siguiente al accidente. La juez lo dejó en libertad con cargos, con las medidas cautelares de comparecer semanalmente y la retirada del carné de conducir. Toda la secuencia de la persecución fue grabada por las cámaras de tráfico del Ayuntamiento de Sevilla, ya que discurrió por avenidas principales de la ciudad, en la que hay dispositivos de grabación.
El caso de Marbella
Una semana antes se había estrellado otro Audi RS6 en Marbella, en un suceso que la Policía cree que puede estar directamente relacionado con el accidente de Sevilla. Sucedió a las cuatro y media de la mañana del 15 de mayo. El vehículo, de color negro, fue detectado cometiendo las primeras infracciones en las inmediaciones de una conocida discoteca de la ciudad. Una patrulla de la Policía Local intentó darle el alto, pero el conductor reaccionó dándose a la fuga a toda velocidad. Comenzó así una persecución por las calles del centro de Marbella que acabó con el Audi embistiendo a un patrullero de la Policía Nacional.
Durante la huida, como publicó el diario Sur, el sospechoso circuló en repetidas ocasiones en dirección contraria, se saltó todos los semáforos en rojo y tomó varias rotondas en el sentido opuesto al que marca la circulación. El vehículo llegó a superar los 150 kilómetros por hora por vías que estaban limitadas a un máximo de 50. El coche siguió avanzando hasta llegar a Puerto Banús. A la persecución se habían sumado ya varios coches de la Policía Local y de la Nacional.
Los agentes llegaron a perder de vista el vehículo, pero éste reapareció por una calle sin salida y se terminó estrellando contra un coche de la Policía Nacional. Cuatro agentes de este cuerpo resultaron heridos de distinta consideración, tanto durante la persecución como durante el arresto del sospechoso.
El conductor, de 35 años, circulaba bajo los efectos del alcohol. Quedó atrapado en su coche tras el impacto. La Policía tuvo que romper la luna trasera del Audi para poder sacar al conductor a través del maletero. Una vez rescatado, opuso resistencia a su detención, y tuvo que se reducido y tirado al suelo para que los policías pudieran esposarlo.
Carreras ilegales en Sevilla
La práctica de carreras ilegales no es nueva en Sevilla, pero lo que es seguro es que no se había dado antes con tanto dinero de por medio, ni poniendo tanto en riesgo la seguridad vial y las vidas no sólo de los participantes, sino también de terceros que circulaban por las mismas avenidas y pudieron ser embestidos por el coche del joven inglés.
Este tipo de competiciones se suelen celebrar en lugares apartados y se convocan a través de las redes sociales o mensajes de telefonía móvil. Dos escenarios muy habituales son la isla de la Cartuja, muy cerca de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros, y también los aparcamientos de un centro comercial del polígono El Higuerón, en la zona norte de Sevilla. Este tipo de eventos suelen desarrollarse los miércoles por la noche, y a veces son grabados en vídeos y subidos a las redes sociales. En muchas ocasiones, coinciden con botellonas.
Tanto la Policía Nacional como la Policía Local de Sevilla han puesto en marcha en los últimos años varios servicios destacados contra las carreras ilegales. En agosto de 2021, se estableció un dispositivo preventivo en la Cartuja y San Jerónimo. Fueron identificadas 66 personas y controlados 24 vehículos, la mayoría de ellos de alta gama. Se levantaron también numerosas actas de sanción por tenencia y consumo de drogas y armas blancas, así como otras multas por desobediencia.
La intención de ambos cuerpos policiales era mantener los dispositivos activos para impedir más concentraciones ilegales, y de momento parece que el plan ha ido surtiendo efecto. En la capital andaluza hay un precedente trágico con este tipo de competiciones clandestinas. Fue en diciembre del año 2004, cuando murió un niño de nueve años atropellado por un vehículo que participaba en uno de estos rallies ilegales en la antigua pista del aeródromo de Tablada.
La víctima había acudido con su tío y dos primas a ver unas exhibiciones de minimotos. Era un día festivo y se celebraba, como en otras ocasiones, una carrera ilegal en la que participaban una decena de coches. Algunos de ellos alcanzaron velocidades de hasta 200 kilómetros por hora. Tres de los vehículos colisionaron y terminaron alcanzado al menor, que falleció en el acto. Los conductores fueron procesados y terminaron aceptando una pena de dos años de cárcel. Como no tenían antecedentes, el ingreso en prisión se suspendió.
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