Aparece parte del archivo histórico de la Trinidad abandonado a su suerte
Especialistas y conservacionistas se plantean volver a llevar la desatención de este Bien de Interés Etnológico a la Fiscalía
El profesor de la Escuela de Arquitectura de la Hispalense y experto en patrimonio industrial Julián Sobrino no daba crédito a sus ojos cuando el pasado domingo, durante una visita a la antigua Fábrica de Vidrios de la Trinidad, vio cómo unos 150 documentos pertenecientes al archivo histórico de esta institución fundada en 1902 por José Luis Rodríguez Casso se encontraban por los suelos y totalmente abandonados pese al valor de alguno de ellos.
La sorpresa es mayor si se tiene en cuenta que, a principios de la presente década, un grupo de técnicos de la Consejería de Cultura había recogido todos los documentos de la fábrica para depositarlos en el Archivo Histórico Provincial. Evidentemente, se olvidaron de algunos.
Sobrino había acudido a la antigua Fábrica de Vidrios en calidad de vicepresidente del Comité Internacional de Patrimonio Industrial para entrevistarse con el grupo de okupas que habita el complejo desde las pasadas Navidades. Su perplejidad, según comentó ayer a este periódico, fue mayúscula al comprobar que diseminados por este complejo de 10.200 metros cuadrados -declarado Bien de Interés Etnológico por la Junta de Andalucía en 2001- se encontraban todavía numerosas herramientas y piezas de gran interés antropológico e histórico, algo que lleva denunciando desde hace tiempo el presidente de la Asociación Histórica Retiro Obrero, Basilio Moreno, presente también en la visita. Pero el gran descubrimiento fue el de 150 documentos cuya existencia se desconocía y que no fueron localizados por los técnicos de la Consejería de Cultura cuando recopilaron todos los fondos documentales de la empresa a principios de la década con el fin de realizar el expediente necesario para la declaración BIC del edificio.
La mayoría de los papeles encontrados pertenecen a la década de los 40 del pasado siglo en adelante y responden a una amplia tipología de papeles entre los que hay fichas de trabajadores, partes de trabajo, planos de maquinaria y hornos e, incluso, diseños realizados a mano de los productos que se fabricaban en la Trinidad (botellas, copas, vasos...). Asimismo, se encontraron algo de literatura técnica y correspondencia comercial de la fábrica.
Los documentos están en muy en malas condiciones y, al igual que los que en su día rescató la Junta de Andalucía, presentan diversas patologías debido a factores climáticos (humedad, temperatura y luz solar), biológicos (roedores), el polvo y una inadecuada instalación. "Todos los papeles se encontraban totalmente abandonados, comidos por la porquería y la humedad", afirmó indignado Julián Sobrino.
Además de esta colección documental, Julián Sobrino pudo comprobar el abandono de numeroso material, alguno tan curioso como "las antiguas botellitas azules en las que se enfrascaba el perfume fabricado por Luca de Tena", una especie de antepasado del Agua de Sevilla. Asimismo, se han encontrado maquinaria semiautomática, herramientas y utillaje vario (cañas de soplar, moldes de madera, etcétera).
Ante la situación, Sobrino y Basilio Moreno ya se están planteando la posibilidad de volver a acudir a la Fiscalía de Medio Ambiente para que contemple las posibles responsabilidades del Ayuntamiento de Sevilla y la Junta de Andalucía por haber dejado sin inventariar todo este material. La ley también contempla que el principal responsable de la conservación del edificio es su propietario, en este caso la inmobiliaria Edificarte, que tenía un proyecto urbanístico para el complejo, actualmente parado por la crisis. "Estamos estudiando si ir con un notario a levantar acta o dirigirnos directamente al fiscal", dijo el profesor Julián Sobrino, quien también mostró su apoyo a los okupas de la Trinidad, "porque están limpiando y dando un uso a un lugar que los demás tienen convertido en un estercolero".
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