Antonio Muñoz irrumpe en la Sevilla cofrade y confirma su posición ante el relevo de Espadas
La carrera por la Alcaldía
El concejal se presenta como máximo representante del Ayuntamiento en la salida del Gran Poder, acompañado por el delegado del distrito Cerro-Amate, Juan Manuel Flores
El delegado de Fiestas Mayores, el otro edil con más opciones de llegar a la Alcaldía, se ausenta en el acontecimiento al estar junto al alcalde en el congreso del PSOE de Valencia
Las presencias y las ausencias de los representantes del gobierno municipal en el histórico acontecimiento cofrade de este sábado en Sevilla tienen sus lecturas. Tanto el alcalde, Juan Espadas, como el delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera, deberían haber presidido la delegación municipal que participa en el acto, pero ambos están en Valencia participando en el congreso del PSOE. También está desplazada por el mismo motivo la número 2, Sonia Gaya, que en otras ocasiones ha ejercido ese papel institucional en representación del primer edil.
Todas estas circunstancias han permitido que Antonio Muñoz, que por convicción personal nunca ha participado en procesiones, actos religiosos ni cofrades, irrumpa en esta Sevilla. Ha estado en la salida en la basílica y también en la llegada a Los Pajaritos representando al Ayuntamiento. Pero su aparición no es casual, sino que tiene un claro significado que lo sitúa indirectamente más cerca que nunca de la Alcaldía. Oficialmente Espadas sigue sin pronunciarse sobre quién tomará el relevo, pero este gesto consolida al delegado de Hábitat urbano, Turismo y Cultura en una posición de ventaja que ya había trascendido en las últimas semanas, en las que ha diversificado y amplificado su agenda pisando territorios nuevos, como los barrios y ahora el mundo de las cofradías y la Iglesia.
¿Es una estrategia de Espadas para señalar a su sustituto sin decirlo formalmente? Quizás todo es más simple pero, sin duda, la situación ha brindado una ocasión perfecta para apagar tensiones internas y empezar a despejar la carrera de quien asumirá la Alcaldía, si no hay cambio de guión, en pocos meses. Algo que ya urge, según coinciden todos en el gobierno municipal y más teniendo en cuenta de que el PP cuenta ya con un candidato haciendo campaña, el ya ex alcalde de Tomares, José Luis Sanz, que intentará monopolizar el debate y marcar la actualidad municipal en lo que resta de mandato, en este caso desde fuera del Pleno municipal.
Lo cierto es que la presencia hoy en la salida del Gran Poder de Antonio Muñoz, que no en vano es el número 3 en el grupo socialista, supone su puesta de largo ante el relevo de la Alcaldía. Y también que la ausencia de Juan Carlos Cabrera, cuya presidencia en el acto era algo natural y esperado al ser del delegado de Fiestas Mayores, también dibuja su nueva posición.
Quizás su asistencia al congreso de Valencia pretende evitar situaciones incómodas, tanto para Muñoz como para él mismo, y es una forma de escenificar que se ha echado a un lado en esa carrera, después de haber mostrado veladamente ambición por el puesto. Pero tal vez lo que revela es que Cabrera, más que Muñoz, tiene un sitio definido en el partido, donde goza de un perfil político mucho mayor y reconocido. Algo que le puede garantizar protagonismo orgánico en esta nueva etapa que está construyendo Espadas en el PSOE.
De alguna manera, el todavía alcalde podría estar equilibrando la balanza, repartiendo responsabilidades entre los concejales que forman parte de los pilares de su gobierno: el aval de la gestión para Muñoz y el aval político para Cabrera. Y en esta partición seguro que entran en nómina otros concejales actuales que han mostrado su fidelidad a Espadas, como el propio Juan Manuel Flores o Adela Castaño.
La figura de Muñoz, al margen de cualquier especulación, gana peso y se proyecta sobre las otras Sevillas, esas que más alejadas han estado de su gestión, centrada en el urbanismo, el turismo y la cultura, ámbitos estos dos últimos fundamentalmente donde tiene predicamento y buena reputación. Sin perder su perfil, conectado con la vanguardia y los sectores más progresistas de la ciudad, Muñoz ha iniciado ya la cuenta atrás para ganar terreno en los polos opuestos, tratando de integrarse como un gestor con capacidad para ejercer la política que ha marcado los mandatos de Espadas: la del consenso y el diálogo.
Su intervención en el acto cofrade del Gran Poder es, sin duda, una prueba de fuego que le sirve a él mismo para medir sus opciones y, sobre todo, al alcalde, que quizás necesitaba algún termómetro más para impulsar oficialmente a su sustituto. La ocasión es perfecta también para ello.
Muñoz, no obstante, sigue teniendo una asignatura pendiente: mejorar su anclaje en el partido y, sin duda, haber acudido al congreso de Valencia le hubiera brindado personalmente esa oportunidad. Probablemente fuera su deseo, por lo que el gesto del alcalde al dejarlo como representante municipal este sábado es una confirmación en toda regla de que hoy por hoy es el elegido y de que ya ha iniciado una nueva etapa.
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