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Luis Carlos Peris
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Tras más de siete meses de trabajo, la restauración de la antigua iglesia del colegio jesuita de San Hermenegildo, en la Plaza de la Concordia, avanza a buena velocidad. Desde hace algunas semanas se puede ver totalmente desmontada la cubierta de tejas, quedando a la luz la estructura de madera de la bóveda. Esta es una de las actuaciones más importantes debido su mal estado. Buena parte del armazón ha sido desmontado y trasladado para su reparación y, como ya informó este periódico, las piezas en peor estado serán sustituidas por unas nuevas. La renovada estructura quedará sujeta a una estructura perimetral de hormigón con unas varillas de acero. De este modo, se acabará con el empuje hacia la bóveda, que había provocado desprendimientos en las importantes yeserías y pinturas murales del templo construido en el siglo XVI.
La cubierta central fue ejecutada íntegramente con una estructura de madera mediante cerchas y pares para conformar esta geometría octogonal, inspirada en la Sala Capitular de la Catedral de Sevilla. Los estudios previos que se realizaron para poder redactar el proyecto de intervención revelaron que la cubierta de madera había sufrido procesos patológicos a lo largo de su vida útil que han dado lugar a su actual degradación.
Además de esta actuación en la cubierta, los trabajos de restauración promovidos por la anterior corporación municipal socialista, con una inversión que supera los 700.000 euros, se centra en el exterior del edificio. Los operarios están picando y saneando las paredes y haciendo catas y pruebas de color. La fachada del este, la de la calle Jesús del gran Poder, está ahora mismo en ladrillo visto y con algunos testigos de color almagra que se le podría dar como acabado final, ya que en origen el edificio pudo tener este aspecto.
El pasado 17 de enero, la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Sevilla informaba favorablemente sobre la restauración de las cubiertas y fachadas de la antigua iglesia jesuita. Ya el pasado mes de noviembre de 2021, la Comisión informó de modo favorable sobre esta cuestión, al considerar que la intervención que allí se proponía era acorde con la conservación del BIC que constituye este monumento del siglo XVI. Pero una vez comenzadas las obras el pasado 1 de agosto, y tras colocar los andamios y retirar las tejas, la tablazón y la cubierta se descubrió que toda esa zona es de construcción moderna, concretamente de la intervención a la que se sometió el edificio en los años 60 del siglo XX, cuando se demolió el antiguo colegio para construir la plaza actual, intervención en la que también se construyó la fachada sur con las mansardas actuales y el cuerpo rectangular al oeste.
Las mansardas por ejemplo, están construidas con ladrillos modernos y piedra artificial y son meramente ornamentales, e impiden la ventilación de la cubierta al no comunicar con el espacio interior entre esta y la bóveda. Por tanto, la iglesia sufrió el cambio del trazado de los canales de ventilación y desagüe que originaron puntos conflictivos en los encuentros con las cubiertas de las mansardas. Las mayores filtraciones que afectaban al edificio se han producido por estos puntos de encuentros no originales, según detectaron los técnicos.
Por este motivo, la Comisión de Patrimonio aprobó esta nueva solución propuesta, que a la vista de los nuevos datos obtenidos en el desmontaje de los elementos, pretende eliminar las mansardas de los años 60 y restituir en lo posible los elementos de valor de la cubierta original.
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