"Andrés está muy feliz y sólo piensa en Javier"

"Me siento muy feliz". Es la frase que más repite Soledad mientras sostiene a su pequeño Javier con una enorme sonrisa en su habitación del Maternal. Para esta mujer y para su marido Andrés Mariscal, naturales de Algeciras, es muy complicado expresar los sentimientos que comparten en familia desde el día del Pilar. Tras el nacimiento de Javier, transcurrieron dos horas muy intensas para esta familia hasta que los especialistas les comunicaron que sí , que el cordón umbilical es compatible.

De Andrés dicen que "está muy feliz" y que "sólo quiere estar con su hermano pequeño". Andrés vive con normalidad en Algeciras salvo por las transfusiones de sangre a las que está obligado a someterse cada quince días. "Lleva una vida muy normal", dice su madre, mientras regala la más tierna de las miradas al hijo menor que tiene en brazos. Ante decena de flashes y cámaras de televisión, el pequeño Javier ni se inmuta, ni llora, ni se queja. Tranquilo, Javier permanece medio dormido en el regazo de Soledad, inconsciente aún de que su nacimiento ha brindado a su hermano mayor la posibilidad de curarse de la grave enfermedad que padece y aumentar de manera notable su calidad y su esperanza de vida. Un héroe con horas de vida. Con una inmensa hospitalidad, esta familia es conocedora de que ahora comienza un camino duro hasta que el trasplante del cordón umbilical se realice.

"A Andrés se lo hemos contado todo, sabe perfectamente lo que pasa", explica su padre. "¿Cómo afrontaremos la nueva situación? pues con normalidad, como siempre lo hemos hecho", añade.

Javier permaneció impasible a las cámaras y las preguntas que ayer realizaron los periodistas a sus padres. El pequeño nació a las once y media por cesárea el pasado domingo, festividad del Pilar, con 3.400 gramos de peso. La sangre de su cordón umbilical permanece en el Banco de Cordón Umbilical de Málaga. En un plazo de tres meses su hermano Andrés será trasplantado.