"Cocinar bien los alimentos y evitar la contaminación cruzada, claves contra la listeriosis"
Ana Fuertes, directora de Industria de Biomerieux Iberia
Ana Fuertes es química y experta Salud Alimentaria. Dirige el departamento de Industria de la multinacional puntera Biomerieux Iberia, donde participa en el desarrollo de equipos rápidos de análisis y detección de microorganismos patógenos en alimentos. Su empresa trabaja directamente con laboratorios de Salud Pública y privados, además de con empresas del sector, de las que son "partners" para garantizar el control de calidad de sus productos.
El brote de listeriosis desatado en España por consumo de la carne mechada La Mechá, producida por la empresa sevillana Magrudis, ha generado un estado de preocupación en la población. Una anciana sevillana de 90 años ha muerto por su causa, hay más de 131 casos diagnosticados y 523 pendientes de confirmación. Fuertes lanza un mensaje de tranquilidad sobre esta toxiinfección asegurando que las alertas han funcionado y que los productos afectados se han retirado del mercado. Aunque precisa que "el riesgo cero no existe".
¿Cómo llega la listeria monocytogenes a contaminar un alimento?
La listeria es un patógeno ubicuo, está muy presente en el medio, en el agua, en el ambiente... Los productos más proclives a contenerla son los crudos y los lácteos, como es el caso de los quesos blandos, con poco tratamiento térmico, y los preparados cárnicos, como embutidos, por ejemplo. Pero esta bacteria, al igual que otras como la salmonella, está legislada, por lo tanto, las empresas deben garantizar que su género no la contiene.
¿Por qué se enferma de listeriosis?
La enfermedad se contrae únicamente a través del consumo de alimentos que contienen la bacteria listeria monocytogenes. Aunque comer productos con listeria no siempre implica llegar a padecer listeriosis. La población de mayor riesgo son las embarazadas, los ancianos y los inmunideprimidos. Estos pacientes tienen más sensibilidad a este patógeno que otra persona cualquiera con exactas condiciones, son más susceptibles a desarrollar la enfermedad. En el caso de las gestantes existe el riesgo añadido de transmitirle la listeriosis al bebé, pudiéndole provocar un aborto, un parto prematuro o, incluso, que el neonato fallezca al poco de nacer. Por eso se les recomienda el empleo de lejías alimentarias, para que laven las frutas y verduras que vayan a comer en crudo. De todos modos, es aconsejable que cualquier consumidor enjuague estos productos a conciencia antes de comerlos. También es importante evitar las contaminaciones cruzadas que se producen, por ejemplo, al utilizar un mismo cuchillo para cortar carne cruda y para trocear hortalizas.
¿Qué síntomas presenta un afectado de listeriosis?
Suele manifestarse con vómitos, diarrea, dolor muscular... y si no remite podría, incluso, llegar a afectar al sistema nervioso, provocar confusión, mareos, septicemia y, en los casos más severos, ocasionar la muerte. Por lo tanto, si se ha consumido algún producto que pudiera estar contaminado y se presenta alguno de estos síntomas habría que acudir, inmediatamente, al centro de salud donde el equipo médico aplicaría al enfermo el tratamiento más adecuado, generalmente basado en antibióticos.
En el caso de la carne 'La Mechá', ¿qué ha podido fallar?
A este respecto podríamos elucubrar de mil maneras pero prefiero ser cauta. Lo importante es que la gente sepa que la carne ha sido retirada del mercado, que el consumidor ha sido informado y que se ha abierto una investigación en el laboratorio de la empresa y otra por parte de las autoridades sanitarias, contando con los hospitales donde están ingresados los afectados de listeriosis. Se está indagando para determinar la causa de la toxiinfección.
¿Cómo se controla la retirada del producto?
La manera de actuar es informar a todas las comunidades autónomas a las que se ha distribuido el producto del problema para que lo retire del mercado.
¿Podría decirse entonces que todos los lotes afectados por listeria están ya fuera del mercado?
El riesgo cero no existe, pero las compañías tienen una trazabilidad que permite seguirle el rastro a sus artículos en todas las etapas de producción, transformación y distribución. Es posible, sin embargo, que algún consumidor no se haya enterado del brote, pese a la información difundida, lo tenga ya en casa y acabe comiéndolo.
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