La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La lección de Manu Sánchez
Sevilla/La compañía tabaquera Altadis organizó ayer, en la sede de Emasesa, unas jornadas de participación sobre el futuro de su antigua sede de Los Remedios en las que mostró su malestar por los 11 años que el edificio lleva cerrado y sin uso. No obstante, tanto Altadis como la Gerencia de Urbanismo ven más cerca un acuerdo sobre los usos que acogerá definitivamente, tras haberse resuelto, a finales de 2018, la cuestión del valor patrimonial del inmueble y su conjunto, una de las más delicadas.
Los detalles están en un informe del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH) explicado en las jornadas por Marta García Casasola. Altadis y Urbanismo han asumido las conclusiones de este documento y esto lleva a los expertos que han participado en su elaboración a ver también con optimismo una pronta solución para este edificio.
La concentración del uso terciario en la zona más próxima a Virgen de Luján, con una torre con altura máxima de 8 plantas son cuestiones expuestas en este informe y que satisfacen a Altadis. Uno de esos usos terciarios podría ser un hotel.
El futuro de este edificio pasa por un cambio de calificación en el plan urbanístico de la ciudad (PGOU) que ponga fin al uso industrial singular tabaquero que se le dio en 2006 y pase a acoger equipamientos y usos terciarios. En ningún caso viviendas ni centros comerciales. Altadis y Urbanismo criticaron que en el PGOU se le diera esa calificación.
Gerente de Urbanismo
"Resuelto el problema patrimonial queda por encontrar un proyecto viable en lo económico”
Antes de tramitar esa modificación urbanística previa firma de un convenio urbanístico entre las partes, el gerente de Urbanismo Ignacio Pozuelo reiteró que lo único que falta por aclarar son los usos que acogerá la antigua fábrica, un “proyecto viable en lo arquitectónico y en lo económico”.
Directora de Asuntos Corporativos y Legales de Altadis
"Confiamos en que haya llegado el momento de alcanzar una solución positiva para todos”
Ayuntamiento y Altadis han acordado también un protocolo que marca los pasos que deben darse para sacar al edificio del cierre de tantos años: que la antigua tabacalera debe acoger equipamientos públicos, un proyecto singular en el edificio central más grande (el cubo) y un paseo fluvial.
“Confiamos en que haya llegado el momento de alcanzar por fin una solución positiva para todos”, señaló Rocío Ingelmo, directora de asuntos corporativos y legales de Altadis. Y lamentó que “el caso de Sevilla es, con diferencia, el que más tiempo lleva sin resolverse. Altadis se está viendo perjudicada por este activo inerte que implica un elevado coste de mantenimiento y en impuestos”.
Ingelmo recordó que de las 12 sedes que cerró Altadis en España (Cantabria sobrevivió), sólo la de Sevilla sigue sin solución, mientras en las demás ciudades se han resuelto en una media de dos años.
En el debate tras las ponencias se planteó la necesidad de un concurso internacional de ideas, iniciativa que apoyan el arquitecto Antonio Barrionuevo y el ingeniero de caminos Indalecio de la Lastra. La jornada concluyó con una mesa redonda con Julián Sobrino, vicepresidente del Comité Internacional para la Conservación y Defensa del Patrimonio Industrial; y los arquitectos Jaime Montaner, Reyes Gallego y Jaime Gastalver, y Juan Antonio Pérez (presidente de la asociación de vecinos de Tablada).
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