Almirante Lobo pierde sombra y frescor
Las bauhinias y naranjos que serán plantados tras las obras tienen un porte mucho más pequeño y una copa menos frondosa.
Más de un quebradero de cabeza le está dando al gobierno local la tala de árboles en la calle Almirante Lobo. Las críticas le llueven no sólo desde la oposición política, sino también desde diferentes colectivos y la ciudadanía en general. El Ayuntamiento que preside Juan Ignacio Zoido se escuda en los informes técnicos de la Gerencia de Urbanismo que avalan el mal estado en el que se encontraban los 21 plátanos de sombra que fueron talados la semana pasada.
Esta argumentación no convence a los expertos consultados, que aseguran que el principal motivo de ese supuesto mal estado se debe al deficiente equipo que viene formando desde hace varios años el servicio de Parques y Jardines. "Ese razonamiento no tiene fondo científico ninguno. Incluso si el árbol se encuentra enfermo, existen numerosas soluciones antes de proceder a realizar un arboricidio como el que se produjo hace unos días en Almirante Lobo", explica el presidente de la Asociación Amigos de los Jardines de la Oliva y miembro de la Plataforma Ciudadana Parques y Jardines de Sevilla, Jacinto Martínez, quien tampoco entiende como en pleno mes de agosto se puede realizar un tala, dejando una calle sin ninguna sombra cuando más necesaria es para los viandantes y pudiéndose hacer en pleno invierno. También claman contra el mantenimiento de los árboles, no sólo de esta zona de la ciudad sino en todas. "Una poda inadecuada puede generar enfermedades innecesarias a los árboles, y en el caso de los plátanos de sombra se están maltratando de forma sistemática", asegura Enrique Figueroa, catedrático de Ecología.
Imágenes: D.S.
La fisonomía de Almirante de Lobo será bien distinta la próxima primavera. Los frondosos y altos plátanos de Indias darán paso a bauhinias y naranjos. Figueroa detalla que el árbol elegido no es especialmente de sombra, sino más bien decorativo y de una floración muy llamativa. Llamativa también es la fecha en la que tiene lugar, entre la Semana Santa y la Feria de Abril. Su única virtud: que mejora el paisaje de la zona. "El plátano de Indias aporta más sombra y frescor a esa calle que la bauhinia", señala. En la misma dirección apunta Martínez, que afirma que los anteriores árboles que había en la calle daban mucha más sombras de la que dará las bauhinias, ya que de partida éstos tienen un porte mucho más pequeño y una copa menos frondosa.
La primera vez que apareció en Sevilla una bauhinia fue a finales de los años 80 en el barrio de Bami; entonces la Asociación de los Amigos de los Jardines de la Oliva solicitó los permisos pertinentes para recolectar sus semillas y, una vez que los arboles alcanzaron cierto porte, lo plantaron en varias zonas ajardinadas de la barriada Nuestra Señora de la Oliva. En la actualidad, lo podemos encontrar en la glorieta del Cid Campeador y en muchas zonas del recinto donde tuvo lugar la Exposición Universal de 1992.
El nombre científico de este árbol es Bauhinia Variegata y pertenece a la familia de las Leguminosas; el género Bahuinia está dedicado a los hermanos Bauhin, botánicos suizos, y el atributo específico variegata a los variados colores de sus flores. Es originario de Asia, concretamente de las zonas tropicales de la India y de Birmania (actualmente Myanmar); en este último país, los budistas lo veneran como especie sagrada. Su porte es mediano, pues no suele superar los 10 metros de altura. Su copa es irregular, formada por ramas zigzagueantes y con algunas espinas; el tronco, erecto y delgado, tiene la corteza lisa y de color grisáceo, con leves hendiduras verticales. Su madera es de tonos rojizos oscuros y posee la peculiaridad de que es muy pesada y dura.
La indignación también llega a Ecologista en Acción, que asegura que una tercera parte de los árboles talados tenían un tronco que no superaba ni los 25 centímetros de diámetro, por lo que carecían de edad y tamaño suficientes como para sufrir lesiones de ese tipo. Tras visitarin situ la zona, observaron que en las ramas y trozos de troncos de los 14 plátanos de Indias que ya habían sido talados "costó trabajo encontrar alguna pequeña oquedad", como aseguraban los informes técnicos, y que hay oquedades "muchísimo mayores y evidentes" que las observadas en buena parte del arbolado de la ciudad.
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