Alejandro Vieitez: el empresario de 20 años que factura más de 36.000 euros mensuales

La historia de Alejandro Vieitez Bazán con el mundo del e-commerce se remonta hasta hace 6 años. Una experiencia que, como empresario, no sería llamativa de no ser porque este sevillano tiene solamente 20 años. Con 14 años creó su primer negocio de alojamiento web, consiguiendo 1.500 clientes y 1.000 euros de facturación en tres meses. “Fue una breve experiencia con la que descubrí que emprender era una de mis pasiones, sabía que tenía potencial para ello”, relata. Formándose a sí mismo desde los 13 años en programación y diseño web, cuenta que el mundo audiovisual le gustaba pero que siempre quiso ser su propio jefe.

En 2020 comienza sus estudios universitarios de Comunicación Audiovisual en Sevilla. Fue allí cuando empezó a dirigir Atrapados, un programa de radio de la Universidad de Sevilla que trataba temas de actualidad. Aunque no todo fue bonito ya que también, como explica: “Hubo bastantes desencuentros entre varios de los miembros del equipo. Había integrantes a los que nunca les parecía bien nada. Psicológicamente era agotador”. Dos años después de haber comenzado en la facultad, en mayo de 2022, tocó fondo.

“Se juntó la desilusión de una carrera que no me llenaba porque sentía que no aprendía nada útil, con el estrés del programa de radio y la enfermedad de un familiar. No sabía cómo gestionar todo ese cúmulo de emociones”. “Empecé a no encontrarle sentido a nada y a no querer ni siquiera despertarme”, recuerda. Sin embargo, decidió, pese a todo, salir adelante con ayuda profesional y, por el camino, indagar en nuevas formas de emprender en Internet. “Creo que supe aprovechar muy bien el tiempo que me dí para recuperarme. Tomarte un buen tiempo para desconectar de todo y centrarte únicamente en ti y en tus prioridades es lo mejor que se puede hacer. De hecho, si no me hubiese encontrado en esa mala situación, seguramente el éxito que actualmente estoy teniendo, ni lo hubiese olido”, afirma Alejandro.

Así comenzó su último proyecto, una web de comercio electrónico (e-commerce) que sigue el modelo de dropshipping y que, tan solo en 2 meses y medio le está llevando a facturar una media de entre 1.200 y 1.500 euros al día, lo que equivale a un volumen mínimo de facturación total de 36.000 euros mensuales. “Ha sido un shock pasar de no tener ningún tipo de independencia económica a estar facturando cifras que son una locura. Cuando empecé a contárselo a mis amistades más cercanas, no se lo creían, y lo entiendo, porque si a mi me cuentan algo así yo pensaría que esa persona ha consumido algún tipo de sustancia rara”.

El dropshipping es un modelo de negocio que solo necesita la creación de una tienda online porque lo que se vende es el producto de proveedores internacionales. La gran ventaja es que estos proveedores envían directamente el pedido al cliente tras la compra en el site, por lo que la inversión es mínima al inicio si lo comparamos con el hecho de abrir una tienda online con stock propio o una tienda física.

“Requiere muchas habilidades, formación y mucho tiempo de esfuerzo, dedicación y comeduras de coco. Estudiaba al milímetro cada detalle, me proyectaba tanto en esto que no quería tener ningún fallo que me hiciera perder lo invertido. Hay que saber diseñar la web para que parezca lo más profesional posible, además de saber manejar el email marketing, las plataformas de los proveedores, hacer estudios de mercado para analizar tendencias, llevar la gestión de ciertos trámites fiscales, producir buenos creativos y buenos textos (copywriting) para los anuncios publicitarios. Estuve meses formándome no solo en cómo funciona realmente el dropshipping sino también en herramientas de publicidad y marketing. Pedí 150 euros a mis padres para arrancar algunas pequeñas campañas en la red y, en menos de 24 horas, ya tuve las primeras ventas. Los resultados han sido brutales”, explica.

Pero para que vaya bien, insiste en un punto: acertar con los productos. En su caso, su tienda online está enfocada en productos de belleza, salud y cuidado personal, más allá de hacer grandes estudios sobre los productos que pone en venta, también se trata de apostar por un servicio al cliente único. “En tan solo semanas podremos entregar en menos de 24 horas. Las garantías de devolución y envío gratuitas son clave, pero también ser conscientes de que el cliente tiene que quedar satisfecho si hay alguna incidencia. Eso es lo que hay que trabajar realmente”, concluye.

Las perspectivas de cara al futuro son bastante prometedoras. Hace apenas unos días, Alejandro firmó los contratos para la apertura de la que será la primera oficina central de su marca de e-commerce. “Cada día es una auténtica locura, recibo un número incontable de llamadas y e-mails de empresas, proveedores y trabajadores del sector del marketing, interesados por mi e-commerce. Ahora estoy centrado en profesionalizar y escalar la marca de forma progresiva y sin pausa”.

En definitiva, de una mala situación personal, buscó la fórmula para salir. De días yendo desmotivado a clase y pidiendo dinero a sus padres para todo, ha pasado a facturar cifras de dinero impensables. Creer en sus cualidades e ignorar las dudas del entorno fue clave. “Cuando te apartas del rebaño al que se le dice que tiene que sacarse una carrera, encontrar un buen trabajo, casarse y tener hijos y una buena casa, ahí es cuando empiezas a descubrir un mundo lleno de posibilidades. Claro que es arriesgado, porque el riesgo en la sociedad en la que vivimos se entiende parcialmente como desmarcarse de lo que hace el resto. La cuestión es que precisamente eso puede resultar muy pero que muy gratificante”, enfatiza Vieitez.

Es cierto que esta historia de éxito no es la tónica habitual, pero sí inspiradora para miles de jóvenes que no terminan de encontrar su camino. Y toda su experiencia, formación y conocimientos espera poder compartirlos a través de mentoring próximamente.