"Muchos jóvenes quieren hoy especializarse en 'bitcoin' o 'ethereum' y es preocupante"
Aldo Olcese | Doctor en Economía Financiera
Aldo Olcese Santoja (Tetuán, 1957) es el comisario del Digital Coin & European Financial System Sevilla Virtual Summit, un evento que nació en 2021 y que volverá a reunir de nuevo el próximo mes de junio en Fibes a cerca de un centenar de ponentes, entre economistas, reguladores y operadores de este nuevo mercado. Doctor en Economía Financiera, Olcese es un destacado financiero experto en Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y un pionero en España en la defensa del capitalismo humanista. Académico, asesor, intelectual y consejero, es un profesional multifacético y comprometido con la modernización económica y ha participado en las grandes reformas financieras españolas y europeas desde sus responsabilidades como presidente del Instituto Español de Analistas Financieros y de la Fundación de Estudios Financieros entre 2000 y 2006. Hoy felicita a Sevilla por situarse con esta cita anual a la vanguardia de las finanzas.
-La transformación del mundo digital financiero es una gran revolución, ¿afecta al ciudadano?
-La digitalización en general es ya una revolución y un avance de modernización, pero de todas sus parcelas, la financiera es la que más nos va a cambiar la vida y la que lo va a hacer de manera más profunda y rápida. Además, va a producir el gra igualitarismo en el mundo entero con una simplicación enorme de las transacciones y la actividad financiera. Es algo que va a formar parte de nuestras vidas de manera creciente.
-En el primer 'summit' celebrado el pasado mayo usted apostó por crear un clúster donde se debatiera y también propusiera a la UE y a los reguladores acerca de esta revolución del dinero. ¿Qué influencia tuvo esa primera cita? ¿Qué conclusiones se obtuvieron?
-Se cubrieron las expectivas muy por encima de lo que esperábamos, por el nivel de los participanes, y recogió lo que ya intuiamos: que hay un gran interés por todo este mundo. Se abrió un debate constructivo entre los diferentes grupos de interés, los stakeholders de los mercados, que no existía; se pusieron de relieve los grandes retos y oportunidades de este nuevo mundo; se hizo una pedagogía importante general; y se sacaron conclusiones interesantes, como que es un mundo que requiere de una mayor autorregulación de los operadores intervinientes y no sólo de una regulación, que también. Estamos ante una reconconversión financiera profundísima donde la principal afectada es la Banca, que requiere de una transformación galopante, al igual que los gestores de inversiones, que afrontan unas situaciones inéditas de riesgo alto y gran volatilidad. Los pequeños inversores también tienen un gran desafío en cuanto a la seguridad y su tutela. Creo que hay aspectos muy importantes relacionados con las nuevas actividades generadoras de riqueza y empleo como es el blockchain o la inteligencia artificial, que en el ámbito de las finanzas son muy prometedores y necesarios. Y también hay unos riesgos vinculados a las actividades de los no deseados, de los malos, como el blanqueo de capitales y cuestiones en las que hay que seguir muy vigilantes. Y, por último, también hay una gran confrontación geopolítica entre los grandes bloques dominados por EEUU, China y de manera más rezagada la UE. Es todo apasionante porque se está produciendo una recolocación de las financias mundiales. Es todo muy atractivo pero también muy delicado.
-¿Cuáles son los plazos de esta gran revolución? El Banco Central Europeo hablaba de cuatro años para que el euro digital sea una realidad. ¿Puede ocurir antes?
-Yo creo que debería ocurrir antes. Creo que el BCE se marca estos plazos porque la implantación del euro digital va a implicar una transformación profunda de la Banca y, por lo tanto, hay que evitar un riesgo sistémico y que esa transformación se haga acompasada con la evolución del modelo de negocio bancario, que no sea absolutamente disruptivo para ellos. Pero yo creo que la fuerza de los tiempos va a acortar ese plazo. Los bancos también están asumiendo unos procesos de cambio muy profundos y debatidos y están cogiendo el rábano por las hojas la mayoría de ellos. Y eso también es una buena noticia.
-¿Está reaccionando bien la Banca entonces?
-En general, la Banca se ha dado cuenta de que la digitalización financiera es el futuro y está actuando en consecuencia, desarrollando aplicaciones, preparándose para la llegada del euro digital e interviniendo cada vez más en el mundo de los criptoactivos, bien como inversores o presentándolos como oportunidad de inversión a su clientela. Hay algunos bancos más adelantados que otros, sobre todo, los grandes y los que tienen un componente más internacional, en nuestro caso, el BBVA o el Santander, que son ya muy activos en este mundo de los criptoactivos. Hay una transformación en marcha muy potente y luego hay un apuesta muy decidida por toda la tecnología blockchain, en todo el ámbito financiero, no sólo en el de las divisas digitales.
-Sería bueno explicar qué diferencia hay entre divisas digitales y criptoactivos, pues son términos que no siempre se usan correctamente.
-Así es. Una cosa son las divisas convencionales, es decir del euro digital, del dólar digital o del yuan digital y otra son los criptoactivos, mal llamados criptodivisas o criptomonedas porque no tienen la condición de monedas mientras no alcancen un flujo de pagos planetario o al menos nacional, que no es el caso. Hay un proceso de digitalización de las divisas convencionales, como es el caso del euro digital, que va a permitir a cualquier ciudadano europeo tener sus depósitos directamente y al alcance de un clic de su teléfono móvil en el BCE, sin tener que pasar por la intermediación de ningún otro banco ni para hacer sus transacciones, ni para tener sus depósitos, ni recibir permisos para intermediar en ello. Esto es algo que hay que adminstrar con prudencia y pienso que el BCE tendrá en cartera delegar algunas de las ejecuciones y atribuciones de la digitalización del euro en la Banca.
Los criptoactivos no son divisas emitidas por los Estados, ni por el BCE ni por la Reserva Federal ni nada que se le parezca. Son activos de inversión que no tienen un subyacente, un valor intrínseco financiero que se pueda calcular, sino que el valor está en función de la dificultad que tiene su emisión y el soporte informático sobre el cual se establece. Pero se están generalizando como activos de inversión y se mueven por la especulación y, por ello, la exposición al riesgo es enorme.
-Un bitcoin sería un criptoactivo entonces.
-Sí, no es una criptomoneda, sino un criptoactivo. Es verdad que es el criptoactivo que tiene más difusión a nivel mundial y, por lo tanto, apunta condiciones para poder evolucionar a ser una moneda. Pero los puristas dicen que las monedas sólo las emiten los bancos centrales de los distintos países.
-Uno de los riesgos de estos criptoactivos es su elevada fluctuación.
-Estamos asistiendo continuamente a un tobogán de subidas y bajadas del valor de las criptomonedas que pueden fluctuar entre un 50% en espacios muy cortos de tiempo. Y esto debe ser una llamada de atención hacia los inversiores y reguladores para tutelar de manera más efectiva este tipo de inversiones.
-Y también está el riesgo de fraude.
-Claro, son activos que tienen muy poco control todavía, son espacios de fraude más cómodos y donde hay volúmenes muy importantes. Ya hay un trabajo bastante potente de las policías del mundo entero. Me ha llegado estos días un dato interesante: el lavado de dinero aumentó en 2021 un 30% con respecto 2020. Se lavaron 8.600 millones de dólares en criptomonedas, lo que supone un aumento de de 2.000 millones en un año. Son cifras muy relevantes y cada vez hay más gente afectada por situaciones de fraude. Hay que ser prudentes, pensar mucho y saber muy bien en qué se mete uno. Por eso hay una serie de regulaciones que se están poniendo en práctica: un registro de intermediarios de criptoactivos que se ha establecido recientemente a nivel internacional y también en España por el Banco de España y la Comisión de Valores. Hay una cierta tendencia malsana a confundir privacidad con anonimato. Una cosa es tener una privacidad en tu inversión como puedes tener utilizando billetes, que nadie sabe quién los utiliza y son al portador, y otra cosa es confundir ese derecho a la privacidad con el anonimato, que yo no defiendo. Eso no puede ser anónimo y tiene que estar sometido al control de las autoridades fiscales, policiales o de los supervisores financieros. Y esto es algo que al público le tiene que quedar muy claro.
-¿Se conoce el dato de cuántos criptoactivos se están moviendo en España?
-Se sabe que hay 4,4 millones de españoles que ya invierten en criptoactivos. Eso es mucho, es casi uno de cada tres inversores y un 11,2% de la población. Mi impresión es que en España se invierte en los diez más conocidos. Hay una cierta atracción a los más conocidos o lo que tienen un mayor volumen de contratación, que ya se encargan de autopublicitarse. Son cifras en todo caso que empiezan a ser relevantes.
-¿Este fenómeno está generalizado ya en todo el mundo?
-Está generalizado, pues está al alcance de un clic. Y se ha generalizado mucho entre la gente joven y esto le ha dado una amplia difusó, más que volumen, pues este grupo de población no dispone de mucho dinero. Pero sí hay millones de jóvenes que están utilizándolo y me produce una sensación de vértigo. Es una nueva manera de entender el mundo financiero, pero también este mundo debe tener unas reglas. Los efectos colaterales y sus daños pueden ser muy superiores al de cualquiera otro mundo financiero.
-¿Ha sido una sorpresa esa irrupción en un público tan joven?
-Los jóvenes han nacido y se mueven con más soltura en el mundo digital. Por tanto, esto es una prolongación natural para ellos. Lo que sí genera sorpresa es el volumen, el número de interesados que hay y de gente que no sólo invierte, sino que ejerce como profesional. Hace años los padres me presentaban a sus hijos para que les orientara a la hora de escoger la carrera de ADE, para ser economistas o financieros convencionales. Y ahora me preguntan cómo pueden especializarse en el bitcoin o en el ethereum o especializarse en la comercialización de estos criptoactivos. Hay quienes ya han hecho cursos en internet y me quedo sorprendido y preocupado.
-¿Hay algo positivo en todo eso?
-Bueno, es evidente que estamos en la antesala de una transformación financiera galopante, puesto que los jóvenes se están familiarizando con todo ello y, salvo que haya una prohibición de cuajo y de raíz a nivel internacional que impida invertir en estos criptoactivos, algo que no creo que vaya a suceder pero que es también un riesgo existente, todo avanzará.
-Explique ese riesgo.
-Un riesgo es que la regulación, al final, se imponga de una manera drástica en el momento en el que salgan las divisas digitales convencionales y ocupen los espacios en el mercado financiero mundial. El riesgo de la regulación de los criptoactivos es tanto mayor cuando más cerca está el momento en el que las grandes divisas digitales tomen el territorio financiero a nivel mundial. Ése es un equilibrio que va a durar unos cuantos años y luego a ver cómo conviven... Es algo muy interesante y que hay que observar muy de cerca. Y por eso los diferentes grupos de interés, tanto del nuevo mundo de criptoactivos como del mundo evolucionado de la finanza digital, tienen que hablarse mucho, conciliarse y comprometerse conjuntamente a grados muy elevados de autorregulación y transparencia, terreno en el que queda mucho por recorrer hoy, para evitar el bloqueo regulatorio.
-Hemos conocido una primera regulación, la Ley contra el Fraude, que establece algunas obligaciones para quienes tienen criptoactivos. ¿Es insuficiente?
-Es un primer paso para intentar acercar la regulación de los criptoactivos a la de cualquier otro activo financiero. Algunos no entienden muy bien por qué tienen que tener una regulación distinta. Bien es cierto que hay muchas facetas del mundo virtual o digital que tienen una regulación distinta de la que tienen en el mundo real. Es algo que hemos visto en los derechos de la propiedad intelectual, la piratería o la persecución de las descargas ilegales. En el mundo real se trataban de una manera y en el virtual tenían que intervenir otros órganos judiciales más elevados y el delito estaba más protegido en el mundo digital que en el físico. Hay todo un arbitraje que realizar entre los derechos y obligaciones y cómo se regulan en esos dos mundos. Es otro de los grandes retos pendientes.
-¿El dinero digital es más transparente que el convencional?
-Mi opinión es que el dinero digital convencional necesariamente es más trasparente que un billete de curso legal porque un billete puede ir al portador en el bolsillo de cualquiera, mientras que cualquier transacción digital va a dejar un trazo. Por tanto la trazabilidad y la trasparencia del dinero digital va a ser muy superior a la del dinero físico. Y eso es una buena noticia, además de facilitar las transacciones, al hacerlas más baratas y más rápidas. Y hablo ahora de las divisas digitales convencionales, no de los criptoacivos.
-Toda esta transformación de las finanzas ha irrumpido en el mundo deportivo, por donde le llega a muchos jóvenes.
-Es un tema delicado. El factor de aceleración y de especulación que conllevan los criptoactivos tiene aspectos positivos, pero también negativos mientras no llegue una regulación. Es verdad que hay unos vasos comunicantes entre ambos mundos, por ejemplo: jóvenes-deportes-criptoactivos o jóvenes-consumo-criptoactivos o jóvenes-tecnología-criptoactivos. Y en esos mundos cada vez es más frecuente ver que se pueden realizar transacciones con criptoactivos. Los grandes operadores de criptoactivos tienen mucho interés por colocarse en facetas del mundo convencional, como por ejemplo el deporte para, a su vez, llevar a las masas, bien sean seguidores del fútbol o jóvenes en general, el uso de sus activos. Es una forma de hacerse imagen y publicidad, tratar de labrarse un camino y aumentar su capacidad de influencia y de transaccionalidad. Pero todos estos movimientos que van generando ya el desarrollo de un mercado paralelo con poca regulación tienen que ser muy potentes en autorregulación. Si no existe autorregulación y transparencia desde el propio mundo que lo promueve, los reguladores tendrán la tentación lógica de recortar.
-Esa influencia la ejercen a través de muchos deportistas.
-Es una trilogía que puede ser virtuosa, pero también perversa: redes sociales-influencer, deportistas-jóvenes y criptoactivos. Yo digo sí, pero desde la trasparencia y desde una autorregulación impecable mientras llega la regulación. Esto es lo que hay que exigirle a ese nuevo mundo.
-También estamos asistiendo a la creación de negocios físicos de compra y venta de criptoactivos. ¿Cómo está regulado eso?
-Todos los intermediarios ahora se han tenido que registrar al menos en el Banco de España y la Comisión Internacional del Mercado de Valores. Es un primer paso interesante para saber quién es quién y que, por lo menos, se pueda ejercer una labor de supervisión y tutela sobre ellos, que será la segunda parte. Y esto va a ir llegando rápidamente, lo cual tiene su lógica cuando estás en contacto con el ahorro del público y encima cara al público. Eso está ocurriendo y es lo que hace que los reguladores se sientan más nerviosos y orientados a establecer unas regulaciones más duras lo antes posible.
-¿Qué pretende aportar el próximo 'summit' al debate? ¿Por dónde hay que seguir caminando?
-El segundo summit va a tener una pieza muy importante de debate regulatorio y autorregulatorio. Vamos a medir la temperatura al grado de voluntariedad del nuevo sector a autorregularse y ser trasparentes y del sector regulatorio a ser más tranquilo y calmado a la vista del compromiso que vea en los otros operadores. También vamos a escenificar una mayor cooperación entre stakeholders, esto es muy importante para trabajar conjuntamente en esta regulación y que ésta sea también fruto de un pacto con el mercado y sus operadores. Otra faceta muy importante, y en esto los medios tienen un papel crucial, va a ser hacer más pedagogía de los retos, oportunidades, riesgos, conocimiento de los actores... Y luego que vamos a ver la presentación de esa transformación de las entidades financieras que van a acudir al summit para explicar qué están haciendo y luego cómo evoluciona esta nueva industria del blockchain, inteligencia arficial... nuevos sectores muy prometerdores y donde hay desarrollos ya muy espectaculares. Y ver cómo se posicionan los mercados de valores.
Uno de los grandes retos es que los criptoactivos entren en mercados organizados, muchos de ellos no lo quieren, pero es una solución intermedia interesante. Hay mercados grandes del mundo que ya están llamando a la puerta de los criptoactivos para decirles que se cree un mercado específico. También vamos a tener un debate con los actores principales de la lucha contra el fraude: Europol, Interpol, Guardia Civil, jueces y magistrados... Tomaremos el pulso a cómo está el nivel de desembarco de los no queridos en este mundo. Hay que ser vigilantes porque no podemos retroceder todo lo que se ha avanzado en este campo. Y luego habrá muchos expertos independientes que nos darán opiniones desinteresadas, sin conflictos de interés, muy valiosas.
¿Qué aporta el 'summit' a Sevilla?
-Que se haga en Sevilla es muy impactante. Es una ciudad que está abierta al mundo y que con esto vincula su imagen al más potente proceso de modernización y transformación que afronta el mundo hoy. Ha sido muy audaz y muy hábil el Ayuntamiento de Sevilla y su alcalde, tanto el anterior como el actual, al tomar esta iniciativa y ponerla en valor. Es una manera de entrar por la puerta grande en la vanguardia finaciera internacional sin ser una plaza financiera. Sevilla sólo tenía un bolsín de comercio en tiempos inmemoriales y creo que ha sido una jugada maestra de los dirigentes políticos locales apuntarse a este carro. Lo digo con sinceridad y satisfacción. Es una manera de fortalecer el concepto de grandes ciudades-estado que tienen atribuciones en todo y el mundo digital te sirve en bandeja el poder hacerlo si tienes la audacia y la visión de imaginarlo y luego la capacidad y el coraje de ejecutarlo. Tengo que decir que el brazo armado que tiene el Ayuntamiento de Sevilla, Fibes, que dirige Antonio Jiménez, ha sido un referente importante en la toma de estas decisiones y hay que ponerles una medalla porque han pasado de una configuaración de ferias y comercio a una vanguardia financiera y esto ha sido un golpe de efecto muy poderoso.
Sevilla es una ciudad maravillosa, es muy agradable para vivir y empieza a ser muy agradable para emprender y atractiva para estar en el mundo financiero. Y esto se le debe también al summit. Estamos de enhorabuena.
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