La Alameda recurrirá al juez

"Sólo quiero dormir. Tengo problemas para conciliar el sueño desde el año 1992. Sólo quiero que se cumpla la ley". Son palabras de Virginia Berra, una vecina de la Alameda, que resumen el descontento que se vive en esta zona de la ciudad por las continuas botellonas, los conciertos hasta altas horas de la madrugada, la suciedad, los cristales rotos, las peleas, los gritos, los orines y los excrementos en las puertas de los domicilios. Están cansados de una multitud de incumplimientos de la ordenanza municipal y del Decreto antibotellón. Los vecinos de la Alameda ya no confían en los políticos porque son muchas las cartas al alcalde y al responsable del distrito demandando una solución a la botellona. Sin resultados. Convocados ayer en la calle Santa Clara, son varias las propuestas que estudian los que viven en el entorno de la Alameda. Y entre ellas, varios vecinos están dispuestos a unirse para denunciar al Ayuntamiento ante el juez.

"No hay negociación. Si no cumplen la ley, nos uniremos para ir a los tribunales para denunciar al Ayuntamiento por dejación e incumplir la ley", espetó uno de los vecinos congregados ayer en la sede de la Asociación Vecinos Alameda de Hércules. "¿Por qué en el resto de Sevilla se puede dormir y aquí no se cumplen las ordenanzas?", cuestionaron en la reunión. "Es una barbaridad que la Policía no acuda, que permitan una botellona en la puerta del Centro Cívico Las Sirenas, que los bares cierren a las tres y media de la madrugada y que programen conciertos a pocos metros de nuestras almohadas", denunciaron. Problemas compartidos entre medio centenar de personas que ayer estudiaron posibles movilizaciones para defender su derecho al descanso. Y propuestas las hay para todos los gustos. "Vamos a la casa del alcalde para hacer una botellona. Si la policía nos echa de la calle, volvemos al día siguiente y así sucesivamente", propuso un vecino que vive hace 30 años en el entorno del bulevar.

La secretaria de la Asociación Vecinos Alameda de Hércules, Pilar Solís, convocó ayer el encuentro vecinal para conocer las inquietudes y propuestas, con el objetivo de plantearlas hoy martes sobre la mesa de la delegada de Convivencia y Seguridad, Nieves Hernández. Pero varias personas reunidas ayer mostraron su deseo de ir más allá de una simple conversación con la responsable municipal. "Ya se han ganado pleitos. Propongo que entre todos acudamos ante los tribunales para denunciar ante un juez el continuo incumplimiento de las normativas. Ya me he puesto en contacto con la señora que vive en la Florida y que ganó un juicio. Esta vecina ganó 24.000 euros de indemnización, que pagaremos todos", recordó una mujer que vive en el bulevar. Los problemas se extienden a todo el entorno de la Alameda. Paúl, Celso y María José viven en la calle Jesús del Gran Poder. "Además de los problemas de la movida, que empiezan cada jueves hasta el domingo, un fin de semana largo, tenemos que soportar el intenso tráfico que discurre por esta calle desde que terminaron las obras de reurbanización. Es uno de los accesos al centro con más tráfico y Jesús del Gran Poder es una calle que no está preparada para esta saturación".