La Alameda se estrena sin rematar
Casco histórico Inauguración oficial de la Alameda de Hércules
Monteseirín justifica el retraso de año y medio en la "gran complejidad" de la obra y en que el interior del bulevar estaba "podrido" · Los vecinos denuncian los charcos, el suelo sucio y la falta de columpios
El agua manando de las tres fuentes de suelo de la Alameda de Hércules, el nuevo reloj y más bancos como reclamaban los vecinos fue ayer la verdadera novedad del acto de inauguración oficial del bulevar, que ha sido recepcionado por el Ayuntamiento pese a las obras que siguen pendientes para corregir errores detectados. Los dos líderes del gobierno local (Monteseirín-Torrijos) convirtieron el acto en un mitin electoral del PSOE e IU, con reparto de regalos y flores.
Cuando cientos de jóvenes, mayores y familias con hijos paseaban por el espacio público animado con pasacalles, castillos inflables, globos, y hasta degustación gratuita de buñuelos, churros y chocolate, los dos políticos tomaron la palabra en el escenario en alto junto al delegado del distrito Casco Antiguo, José Manuel García (IU). Era ya la una de la tarde.
A voz en grito, Antonio Rodrigo Torrijos dijo que era un buen día por la puesta en marcha de un proyecto emblemático "de la nueva ciudad que estamos construyendo", basada en recuperar espacios para los ciudadanos, y aludió a los críticos como "el coro del apocalipsis de esta ciudad que niega la evidencia" y "aquéllos que consideraron como designio divino que la ciudad era un centro de negocio para su beneficio".
El portavoz de IU tuvo palabras de homenaje para su compañera de filas, la ex concejal Paula Garvín (de viaje en Madrid), de la que afirmó que fue "quien empezó a soñar con recuperar el bulevar para los ciudadanos", aunque la realidad es que Garvín no sólo soñó, sino que impulsó la obra de transformación de la Alameda a finales de 2005 con un presupuesto de siete millones de euros.
De los dos políticos, el único que reconoció abiertamente el excesivo retraso de la obra fue el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, quien dijo que lo importante es "que estamos construyendo un sueño" y el profundo cambio que se ha dado a esta zona, antes invadida de coches -que la usaban como aparcamiento al aire libre-, de prostitución y de individuos consumiendo droga, y ahora recuperada "en sus verdaderas esencias" para el paseo de todos los ciudadanos. "Quien añora la Alameda debe ser la del siglo XIX, porque la de antes estaba deteriorada y degenerada", afirmó.
En declaraciones posteriores a la prensa, el alcalde justificó el retraso de año y medio en la inauguración, y que ni siquiera haya concluido la reforma, en "la gran complejidad de la obra" debido a que "la Alameda estaba podrida en su interior", y citó entre los mayores obstáculos el tanque de tormenta y la renovación de toda la infraestructura eléctrica. El regidor negó que sea necesario sancionar a la constructora y afirmó que se puede tirar del dinero de la fianza y del plazo que tienen para responder. Sobre este punto, Torrijos aclaró que hay un periodo de garantía de vicios ocultos de diez años y otro año más para corregir errores.
Monteseirín usó un tono mitinero en todo su discurso, sobre todo al referirse a los "especuladores" que expulsaron a los vecinos tradicionales de las casas en ruina de la Alameda y cuando lanzó un mensaje final de bienvenida a los que confiaron desde el principio en este proyecto y a los que dudaron. Frente a los críticos, defendió la "valentía" de su gobierno para afrontar "la dificultad de una obra de estas características". El público le aplaudió cuando valoró cómo se disfrutan los proyectos pese al retraso que tengan.
Entre el público ayer había opiniones divergentes respecto a que se gane este espacio público al peatón restringiendo el tráfico, al aumento de veladores y a que no haya albero. Las fuentes de suelo y la arboleda sí concitan el elogio común, mientras lo más criticado es que no haya juegos infantiles en el centro de la plaza ni aparcamientos privados para bicis, y las pérgolas y estructuras de sombra.
La asociación de vecinos Alameda de Hércules se quejó ayer de las deficiencias que presenta el bulevar tras tres años de obras aún sin concluir. Su presidenta, Pilar Solís, señaló a Europa Press que "faltan muchas cosas" para que la Alameda esté bien. Y citó que cuando llueve se encharcan las entradas de las calles Juan de Oviedo y Santa Ana, que el suelo está negro ("es una pena con lo bonito que era y no creo que haya producto de limpieza que lo limpie"), que no hay toboganes y columpios para niños (por la negativa del arquitecto Elías Torres "a que pareciera un gueto"), que las farolas son "un crimen, una bofetada a los vecinos", y que no haya crecido la hierba que aparecía en los planos. "Espero que de aquí a un año, con los últimos remates, quede mejor", declaró. "No está como nos hubiese gustado, pero está mejor que antes porque se puede pasear y tomar una cerveza tranquilo", concluyó.
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