Aeropuerto de Sevilla: finalizan las obras de ampliación y reforma iniciadas en 2019
Las obras de transformación más ambiciosas en 30 años, con más de 80 millones de inversión, arrancaron a finales de mayo de 2019 y las fases tuvieron que reorganizarse por el estallido de la pandemia
El recrecido de la pista de vuelo, la reforma y ampliación del edificio terminal y de la central eléctrica han sido los tres ejes principales
La ampliación del aeropuerto de Sevilla se estrena en enero de 2023
El Aeropuerto de Sevilla acaba de finalizar el plan de obras en el que se embarcó a finales de mayo de 2019. Este proyecto, que ha absorbido una inversión global superior a los 80 millones de euros, ha supuesto la mayor transformación de las instalaciones en más de 30 años.
Los trabajos han girado, durante todo este tiempo, en torno a tres grandes actuaciones: el recrecido de la pista de vuelo, así como la reforma y ampliación del edificio terminal, y de la central eléctrica.
Recrecido de la pista de vuelo
El recrecido de la pista de vuelo terminó en enero de 2020. La obra, de una complejidad mayor incluso que la ejecución de una pista nueva, requirió la participación de 500 trabajadores (día y noche) y 55 vehículos y maquinaria pesada, entre otros medios, además de 117.600 toneladas de aglomerado asfáltico
y 18.900 metros cúbicos de hormigón.
Reforma de la central eléctrica
La reforma de la central eléctrica concluyó en septiembre de 2022. Se trata de una instalación crítica para el aeropuerto, por cuanto de ella depende el suministro energético de toda la infraestructura. Con esta intervención, la central ha ganado capacidad para afrontar crecimientos futuros, apostando por soluciones sostenibles e innovadoras (luminarias LED, tecnología punta para el control remoto de equipos…).
La ampliación del edificio terminal: la actuación más emblemática
En cuanto al terminal, la obra acaba de finalizar, después de que el estallido de la crisis sanitaria obligase a reorganizar el faseado con el que se planificó inicialmente.
La ampliación del edificio, considerada la actuación más emblemática del plan de obras, se ha acometido por sus dos extremos. Hacia el sur, para atender el tráfico nacional e internacional Schengen, y hacia el norte, para el tráfico internacional No Schengen.
Los espacios diáfanos, la luz natural y un diseño enfocado a agilizar los procesos aeroportuarios y acortar las escalas de las aerolíneas, han sido las grandes claves de este proyecto. También lo ha sido la renovación
integral de la oferta comercial y de restauración –los nuevos concesionarios irán abriendo a medida que culminen la adaptación de sus espacios-, así como una creciente segmentación de los servicios al pasajero.
El edificio terminal dispone hoy de capacidad operativa para atender hasta 10 millones de pasajeros al año y han aumentado significativamente los medios disponibles para ello: 18 puertas de embarque (más una mixta), cinco núcleos verticales de comunicación, ocho líneas de inspección para el control de pasajeros y equipajes de mano, 10 cintas para la recogida de maletas y controles de pasaportes dotados con tecnología ABC System (permiten la comprobación documental por huella digital o biometría), entre otras prestaciones.
Otras obras en paralelo
En paralelo a este importante proyecto, se han ejecutado otras obras de calado, como la reordenación de los viales de acceso en el túnel de salida del edificio, la instalación de seis pasarelas de embarque de última generación para el acceso de los viajeros desde el terminal a los aviones o la reconfiguración de la plataforma de estacionamiento de aeronaves.
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