Advierten del escaso control municipal sobre los adoquines que se retiran de las calles
Muchos de ellos acaban en empresas privadas que llegan a vender cada unidad por dos euros.
¿Dónde acaban los antiguos adoquines de Gerena que lucían en muchas calles cuando son jubilados? Ésa es la pregunta que se hace el arquitecto Javier Queraltó, responsable de Urbanismo en los años 80 y que forma parte del grupo MP9, que integran expertos en urbanismo y obras, muchos de los cuales han tenido también importantes responsabilidades en la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento. Este grupo, que lleva tiempo batallando para que la ciudad conserve sus pavimentos y colores característicos, señala el escaso control que provoca que los adoquines no acaben tras ser retirados en los almacenes municipales.
El caso más llamativo es el concerniente a la remodelación de la antigua estación de Cádiz. Queraltó explica que durante las obras de retiraron unos 50.000 de los antiguos adoquines de Gerena que no fueron trasladados a las dependencias municipales. Junto a otros miembros de su grupo, Queraltó ha comprobado cómo estos adoquines están almacenados en las instalaciones de una empresa de derribo que los vende a dos euros la unidad. Ellos mismos durante una visita a la empresa adquirieron varias unidades para poder hacer unas pruebas.
Por ello, exigen a la Gerencia de Urbanismo que extreme el control sobre este material, ya que consideran que se puede reutilizar en algunas de las intervenciones que se desarrollan en la ciudad. El grupo MP9, con sus pruebas, ha demostrado que cortando mecánicamente uno de los antiguos adoquines irregulares resultan dos planos que, además de mantener el cromatismo, garantizan la accesibilidad. Por ello, reclaman al Consistorio que apueste por este método sostenible antes de comprar adoquines en otras canteras y perder el color característico de Sevilla.
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