Adoquín versus asfalto
Sevilla cuenta con 437 calles adoquinadas, la mayor parte de ellas en el casco antiguo Urbanismo elige el material en las obras por criterios técnicos y económicos
Una elección que dependerá del lugar y de criterios técnicos. En los últimos días se han reabierto al tráfico varias calles del centro histórico tras unas obras en el pavimento. En algunos casos se ha optado por el adoquín, como en la Campana, aún en obras. En otros, por el asfalto, como en la calle Feria. También ha habido una solución intermedia, como la adoptada en la calle Goles, que en su mayor parte ha sido asfaltada, pero que en el tramo más cercano a la Puerta Real presenta un firme de granito. Ambos materiales presentan ventajas e inconvenientes, aunque el criterio, al menos en el centro de la ciudad, es mantener el adoquín existente o reponerlo por uno nuevo de similares características.
Fue a partir de los años 60 cuando la marea negra de asfalto comenzó a apoderarse de las calles de la ciudad en detrimento del adoquín. Actualmente quedan en Sevilla 437 calles adoquinadas. La mayor parte de ellas, 348, están en el casco antiguo. Le siguen Triana, con 36; Nervión, con 22; y la Macarena, con 15. En el año 2008, la Gerencia de Urbanismo, entonces bajo la dirección del PSOE, anunció que sustituiría de manera gradual la capa de asfalto por el granito, al menos en el centro.
El pavimento de adoquín de granito es más duradero y más resistente al desgaste. También es un material noble de gran belleza que permite muchas posibilidades de diseño por sus diferentes formatos y texturas. Es más resistente al desgaste de los cascos de los caballos y es reutilizable. En la Campana, por ejemplo, se ha optado por un granito procedente de Quintana de la Serena(Badajoz). A la vista salta que es diferente al anterior de Gerena, pero al ser más plano es más cómodo para el tráfico y el peatón. El anterior adoquín se ha retirado y, tras su limpieza y reparación, será almacenado en dependencias municipales a la espera de ser reutilizado en otras calles. Los puntos débiles del adoquín son que requiere de mayor tiempo para su colocación y necesita de una base de hormigón para su correcta funcionalidad. Las reparaciones y calicatas son más costosas, es irregular para circulación en moto y es ruidoso. El coste en general es mayor por ser su ejecución manual.
Los pavimentos de base bituminosa tienen un menor coste al poder utilizarse maquinaria, y el tiempo de ejecución es menor, al igual que el ruido, al ser un firme continuo. La superficie de rodadura es mayor y las reparaciones y calicatas puntuales son más rápidas y económicas. Por contra, la ejecución del pavimento es complicada en calles del casco antiguo por la dificultad que tienen las máquinas para acceder. En las vías con muchos registros de compañías de servicios se producen muchos puntos débiles en el pavimento. Precisa de mayor pendiente para la evacuación del agua. El coste está condicionado por el precio del betún. Se necesita de plantas específicas para la producción del aglomerado y los materiales son más contaminantes y menos reciclables.
Que Urbanismo se decante por uno u otro dependerá de una valoración caso por caso. Después están las opiniones, que también las hay para todos los gustos, e incluso hay debate entre el adoquín tradicional de las canteras de Gerena y el nuevo que procede de la localidad extremeña de Quintana de la Serena.
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