Adiós al padre jesuita Carlos Huelin, director de EGB del colegio Portaceli durante 20 años
El pasado día 3 de enero falleció en Almería el padre jesuita Carlos Huelin Benítez (Málaga, 1940). Los que estudiamos en Portaceli durante la década de los 70 y buena parte de los 80, siempre apreciaremos la capacidad, entrega y personalidad de este extraordinario sacerdote, pues no en vano estuvo al frente de los primeros cursos del colegio durante casi veinte años, dejando una huella imborrable en todos cuanto le trataron. La triste y repentina noticia de su muerte nos sirve, además, para reflexionar sobre la importancia de una educación sólida, basada en el rigor y la disciplina bien entendida, impartida con generosidad y cariño, en la línea de los mejores principios del humanismo cristiano. Éste fue, en mi opinión, el mayor mérito del padre Huelin. Una personalidad carismática capaz de ejercer un liderazgo indiscutible en un colegio que, si bien mantenía la esencia de la Compañía, ya no era el colegio elitista de nuestros padres, y soplaban con fuerza los aires renovadores de la mano del padre Arrupe.
Finalizada su etapa educativa, sirvió como párroco y capellán en parroquias y hospitales de Almería en los últimos años de su vida, con la misma vocación de servicio y dignidad. La figura de Huelin reivindica la labor realizada por tantos jesuitas de su generación, en una época en que la Iglesia está necesitada de personas de su altura, capacidad y sentido común.
Nada extraña la alegría que nos daba a sus antiguos alumnos verlo después de los años con motivo de cualquier celebración, oírlo decir la misa con su estilo inconfundible y volver a cantar aquellas canciones de nuestra niñez, y que como por arte de magia se repetían en nuestra memoria. Que Santa María, como a él le gustaba llamarla, lo tenga en su gloria. Descanse en paz.
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