La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
El Acuario de Sevilla fue siempre un proyecto esperado en la ciudad. Los datos de visitantes del primer fin de semana tras su inauguración, el 30 de septiembre de 2014, lo certifican: más de 8.000 personas recorrieron sus instalaciones ávidas por desvelar los entresijos de un espacio que tardó en llegar pero que, ocho años después, ha demostrado su interés científico, turístico y educativo.
En 2019, este espacio, referente en la conservación y recuperación de especies en vías de extinción, cerró el año en torno a los 200.000 visitantes, "una cifra que esperamos volver a alcanzar antes de la primavera de 2023", expresa su gerente, Rocío Alcázar, que recuerda como, en 2017, el grupo Global Omnium compró el 100% de Aquagestión Sur, lo que supuso un nuevo impulso para el acuario hispalense con nuevos contenidos y propuestas. "Permitió una reinauguración del acuario, en la cual se remodelaron varias instalaciones, se creó una nueva exposición de medusas, se apostó por la tecnología y además permitió finalizar el proyecto del auditorio".
Más de 40 personas trabajan en la actualidad en el equipo del acuario. Personal de biología y mantenimiento, atención al cliente, administración, educadores, marketing y eventos. El Acuario de Sevilla abre todos los días del año y es un centro vivo en el que a diario se vela por el bienestar animal.
La rutina de trabajo es diferente en función de cada departamento. En un mismo momento puede haber personal preparando la comida de los tiburones, realizando una visita guiada a un grupo escolar, vendiendo unas entradas o un café, planificando una campaña de publicidad o coordinando un acto en el auditorio. "Cuando conoces este sector al que yo llegué totalmente nueva, te atrapa, conoces una realidad de algo que no vemos, sabemos que está, vemos películas, documentales, pero no somos conscientes de la grandeza del mar y la importancia que tiene en nuestras vidas. Esta pasión por los océanos es un denominador común en todos los que componemos el equipo del acuario", reseña la gerente.
La naturaleza es la protagonista en las instalaciones, cuya visita se transforma en una experiencia inmersiva por los ecosistemas oceánicos del planeta con la tematización a su paso en la hazaña de Magallanes y Elcano en la primera circunnavegación a la tierra.
Así, se divide en cinco zonas temáticas (Guadalquivir, Atlántico, Amazonia, Pacífico e Indopacífico) y permite a los visitantes realizar una travesía por la historia, con la singularidad de poder ver de cerca a los seres marinos que acompañaron a los navegantes en su extraordinaria gesta: La biodiversidad acuática de Andalucía a lo largo de su gran río Guadalquivir; desde las praderas marinas hasta el coralígeno de zonas profundas del Atlántico; las selvas americanas y su riqueza de reptiles y anfibios; o la biodiversidad asombrosa de donde se unen los océanos Índico y Pacífico. "Imagina poder viajar por todo el mundo como si fueses en un barco con suelo transparente y pudieses ver toda la flora y fauna marina con pinceladas terrestres a través de reptiles. Es un acercamiento a un mundo que necesita de nuestra ayuda y que el acuario se ha propuesto como meta; que a través de la información que puedes encontrar en el recinto y la experiencia que te hace vivir, todo el que nos visite disfrute pero también sea un poco más consciente de que con pequeños gestos que modifiquemos en nuestro día a día podemos revertir la situación que está experimentando el planeta", explica Alcázar.
Todo este mundo marino queda recogido en dos plantas (más de 700 metros lineales expositivos) que acogen a más de 7.000 ejemplares de unas 400 especies marinas diferentes.
Entre todos los tanques suman más de 3.000 metros cúbicos de agua, de los cuales sólo los tanques que representan al río Guadalquivir y Doñana, el tanque del auditorio y belleza acuática son de agua dulce, el resto es agua salada. Además, cuenta con el tanque de tiburones más profundo de la península Ibérica, con 9 metros de profundidad, donde viven numerosas especies, como tiburones o tortugas marinas, entre otras.
Unas pantallas explicativas describen las especies a lo largo del recorrido, así como su grado de amenaza. Para Alcázar: "Esto es importante porque en numerosas ocasiones no somos conscientes de que algunas familias de animales están desapareciendo en gran medida por la mano humana. Por ejemplo, en el primer tanque que vemos, nos encontramos especies que teníamos en nuestro río y que han desaparecido, como es el caso del esturión, o especies que se encuentran altamente amenazadas como la anguila; si seguimos paseando nos encontramos con el coral naranja, un habitante de nuestras costas andaluzas que está viviendo una despoblación importante, lo que nos hizo sumarnos a un proyecto de conservación del mismo y hemos conseguido que las larvas de este animal se reproduzcan en el acuario, lo que supone un hito, ya que no se había realizado con anterioridad. El objetivo de este proyecto es poder repoblar zonas costeras con ejemplares desarrollados que tienen más posibilidades de supervivencia y por ende menos riesgo de desaparición a lo largo de los años. Sería un objetivo parecido al que nos marca el Head starting, una de las patas del principal proyecto de conservación del acuario, las tortugas marinas de la especie Caretta caretta. Acogemos crías de tortugas que hayan nacido en nuestras costas y las cuidamos hasta que adquieren un peso y tamaño suficiente para aumentar sus posibilidades de llegar a ser adultas y poder criar".
Uno de los espacios más especiales dentro del acuario es el Auditorio Global Omnium, el único auditorio multisensorial de Sevilla. Se trata de un auditorio donde se ponen en marcha todos los sentidos. Sonido envolvente, iluminación personalizada, aromas, pantallas que interactúan entre si y la posibilidad de diseñar experiencias aumentadas en 360º hacen de este espacio un lugar con muchas posibilidades para realizar un evento. Como característica única, el escenario (que cuenta con una pantalla de "visión infinita") está presidido por un acuario de grandes dimensiones, que reproduce un bosque amazónico con más de tres mil peces de colores.
El auditorio tiene una capacidad para 254 personas. En este espacio se pueden celebrar congresos, meetings, cursos..., pero no sólo eventos empresariales, también escolares o culturales. También ofrecen la posibilidad de realizar eventos híbridos (mitad presenciales, mitad virtuales), gracias a la transmisión online.
El Acuario de Sevilla es mucho más que un centro turístico, aunque cientos de turistas lo visiten al año. "Desde su apertura, hemos trabajado por ser un referente de educación, conservación e investigación en Andalucía. Un centro comprometido con la conservación de los mares y océanos del planeta y con una alta vocación de concienciación. Si conseguimos hacer que el visitante perciba este mensaje de que es necesaria su ayuda para salvar el planeta estaremos satisfechos con el trabajo realizado", detalla Alcázar, que adelanta que desde este espacio se va a seguir invirtiendo para hacerlo más sostenible, por ejemplo, con el desarrollo de varios proyectos de energías renovables.
Entre sus retos, también está el abrir otras líneas de investigación sobre especies amenazadas de Andalucía e invertir en nuevos proyectos de conservación y seguir trabajando la divulgación, "porque como bien sabemos, lo que no se conoce no se puede cuidar", apostilla.
Las familias, asegura Rocío Alcázar, son las mejores aliadas. Incluso cuando las visitas se cortaron debido a la pandemia, aunque el trabajo dentro del acuario no se frenó, siguieron sus actividades online. Ahora, celebran en su interior los campamentos de verano, preparan una nueva campaña de conservación y la nueva oferta didáctica para el próximo curso escolar enfocada a los centros educativos. "Esperamos también poder volver a recuperar actividades como la noche con tiburones o los cumpleaños, los cuales tuvimos que adaptar para velar por la seguridad de nuestros clientes".
Rocío Alcázar es natural de Madrid. Creció en Herrera del Duque (Badajoz) rodeada de naturaleza y animales, lo que provocó que germinase en ella su pasión por estos. Llegó a Sevilla con 17 años y estudió Publicidad.
Sus inicios como profesional giraron en torno a la venta de publicidad y, poco a poco, comenzó a gestionar cuentas de comunicación y marketing y a realizar eventos para clientes de toda índole, lo que le permitió tener una visión global del tejido empresarial sevillano y portugués. Un año antes de la inauguración del acuario se incorporó al equipo como responsable de eventos, publicidad y relaciones institucionales, área donde desarrolló diferentes proyectos (como la inauguración del acuario) hasta 2016, que fue nombrada directora de Operaciones. Fue en 2018, con la compra del acuario por el Grupo Global Omnium, cuando dio el salto a la gerencia, desde donde dirige el centro hispalense con un estilo propio marcado por la pasión por el turismo, la publicidad y los animales marinos.
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