La Policía investiga si el microbús de Tussam sufrió una aceleración espontánea

Accidente Sevilla

Dos sindicatos informaron a la empresa de que varios vehículos se habían acelerado sin que los conductores pisaran el pedal

Es el segundo accidente similar que sufre un autobús del mismo modelo en sólo cuatro días

Tussam retira el resto de autobuses y suprime temporalmente la línea C5

Imágenes del accidente de un microbús de Tussam en la Campana / Juan Carlos Vázquez

Cualquiera que haya paseado al menos una vez en su vida por la estrecha acera de la Plaza del Duque en la que ayer se subió un microbús de Tussam puede hacerse una idea de la magnitud del accidente. Y de la fortuna que corrieron los que se vieron involucrados en él. Ese tramo que colinda con la Campana está habitualmente abarrotado de público, más en un sábado de un puente festivo como éste, y más aún a una hora a la que el que no ha terminado de comer está buscando un restaurante en el que avituallarse. La acera es tan concurrida que el Ayuntamiento tuvo que vallarla hace unos años para que el público no invadiera la calzada y se redujera así el riesgo de atropellos.

En ella se forma el clásico tapón parecido a las bullas de Semana Santa, cuando la gente que quiere cruzar hacia el Duque no puede avanzar porque se choca con los que vienen de frente y se dirigen hacia la Campana. Por eso, que un autobús de la empresa municipal de transportes (Tussam) destrozara la valla, invadiera la acera y se empotrara en el escaparate lateral de la tienda de Zara y eso provocara sólo diez heridos y que únicamente dos estén graves, sin que corran peligro sus vidas, puede considerarse algo parecido a un adelantado milagro navideño.

Si encima uno ve la fotografía que circuló durante la tarde de teléfono móvil en teléfono móvil por toda la ciudad, en la que se observan, bajo el morro del microbús, unas piernas enfundadas en un pantalón vaquero y calzadas con unas botas de cuero altas, con el resto del cuerpo metido en el escaparate reventado de la tienda, más increíble parece que esa persona sólo haya sufrido una fractura. De haber sido alcanzada por el autobús sólo un metro más adelante, cuando ya no hay escaparate sino muro, el parte médico sería sin duda otro mucho más negativo.

Sólo esta mujer y otra más resultaron heridas graves en el accidente. Hay que tener en cuenta que los médicos consideran como graves cualquier lesión en la que haya una fractura. Y una de las víctimas del siniestro de ayer en la Campana tiene las piernas rotas y la otra una fractura en la pelvis. Los otros ocho heridos son el conductor y los usuarios del autobús, con lesiones menores, como cortes y contusiones. El microbús se empotró contra el escaparate de Zara a las tres y cuarto de la tarde. Una mujer que presenció el choque se desvaneció sobre la acera, impactada por lo que acababa de ver.

A los pocos minutos, un amplio despliegue de policías locales y nacionales y bomberos se desplegaban por la Campana y la plaza del Duque para facilitar el trabajo de los servicios sanitarios del 061, que desplazó al menos cuatro ambulancias al lugar de los hechos y trasladó a varias personas a distintos hospitales de la capital. Miles de vídeos y fotografías corrieron por WhatsApp durante toda la tarde. La zona se acordonó y se cortó el tráfico en Ponce de León, mientras una grúa de los Bomberos se llevaba el autobús siniestrado. Ajenos a todo ello, al ver despliegue policial, los miembros de una tuna que calentaba las voces para la noche de la Inmaculada y que venían cantando desde las Setas comenzaron a entonar el "Que se vayan, se vayan de aquí... y que venga la Guardia Civil".

Traslado de los heridos del accidente en la Campana / Juan Carlos Vázquez

El microbús implicado es un Mercedes que forma parte de una remesa que compró el Ayuntamiento de Sevilla hace aproximadamente año y medio para incorporarlos a la línea C5, que da servicio al centro de Sevilla. Está todavía en garantía y del mantenimiento se encarga aún el fabricante. Otro vehículo idéntico a éste sufrió el martes un accidente parecido en la misma plaza del Duque, cuando se llevó por delante una farola que cayó sobre un taxi que estaba detenido en un semáforo. Aquel siniestro ocurrió a las doce del mediodía del martes 3 de diciembre y no causó heridas a ninguna persona. Los dos accidentes ocurrieron después de un cambio de turno y en ambos casos los conductores eran experimentados.

El autobús accidentado ayer fue precisamente el que la empresa de transportes utilizó durante los días siguientes a aquel siniestro para comprobar si el modelo sufre algún fallo estructural. Se le han hecho pruebas de frenada y otros elementos mecánicos durante toda la semana, sin que se haya registrado errores. Durante toda la mañana de ayer estuvo en funcionamiento sin dar ningún problema hasta el momento del accidente. El conductor fue sometido a la prueba de alcoholemia y drogas, algo habitual por protocolo en cada accidente con heridos, y dio negativo.

Queda ahora una labor de investigación policial para comprobar qué fue lo que falló. La Policía Local y Tussam han abierto sendas investigaciones y de momento no se descarta nada, ni el fallo mecánico ni el humano. Una de las hipótesis más sólidas es la de que el autobús pudo sufrir una aceleración espontánea o sobrevenida, ya que se han dado varios casos anteriores en los que los vehículos han acelerado solos, sin que el conductor haya pisado el pedal y teniendo después muchas dificultades para poder frenar a tiempo.

Así se lo informaron el pasado día 5 de diciembre los delegados de Prevención de los sindicatos SITT y CCOO al gerente de Tussam. En esa misiva, los delegados sindicales explicaban que el conductor les había explicado que estaba en la parada y había cerrado la puerta para accionar la palanca de marchas, "y sin pisar el acelerador el vehículo inició la marcha bruscamente, intentando frenar sin que funcionara el sistema e frenos".

El PP aprovechó el momento para pedir "la inmediata revisión de los microbuses de la línea C5", al tiempo que deseó la pronta recuperación de los heridos. El portavoz popular en el Ayuntamiento, Beltrán Pérez, aseguró que "no es el momento de pedir responsabilidades políticas, pero sí hay que remediar cualquier tipo de fallo colectivo que pueda haber en los microbuses se la línea C5. No puede ser casualidad que en una misma semana dos microbuses de la misma línea hayan sufrido accidentes". El Ayuntamiento retiró ayer por la tarde del servicio el resto de microbuses de este modelo. La línea C5 queda suprimida.

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