La Academia de Bellas Artes también se opone al aparcamiento que oculta los vestigios almohades de Sevilla
La institución una carta al alcalde en la que muestra su inquietud por la degradación de este espacio histórico junto a la Torre de la Plata
Inquietud por la degradación de un espacio histórico y patrimonial de primer nivel. La Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla he remitido una carta al alcalde, Juan Espadas, en la que se muestra contraria a la instalación de un nuevo aparcamiento superficie en el solar del Corral de las Herrerías, junto a la Torre de la Plata. En su misiva, con fecha del pasado 13 de noviembre, la institución que preside Isabel de León, Marquesa de Méritos, lamenta el trato que se le da tanto a la Torre de la Plata, un edificio importantísimo ocupado por oficinas municipales, como a la antigua cerca almohade de la ciudad y reclama que se le de el mismo trato que al tramo de la Macarena, cuya restauración está próxima por parte de la Gerencia de Urbanismo.
La junta de gobierno del Ayuntamiento acordaba a principios de octubre adjudicar a la sociedad Aparcamientos Urbanos de Sevilla (Aussa), participada en su mayor parte por Tussam, la explotación de este aparcamiento provisional en superficie para residentes de la calle Santander, con un canon anual de 32.300 euros y 80 plazas. Desde que se supo que la delegación de Movilidad tenía intención de dedicar este espacio a un aparcamiento, que estuvo explotado durante años por una empresa que no pagaba ningún canon, las asociaciones patrimonialistas han reclamado la adecuación de la parcela para que todos sus atractivos y vestigios históricos puedan ser admirados tanto por los sevillanos como por las personas que visitan la ciudad.
Ahora es la Real Academia de Bellas Artes la que alza la voz para denunciar este hecho. La institución acordó en el plenario celebrado el 10 de noviembre trasladar su postura al alcalde “ ante la inquietud creada por el acuerdo municipal para establecer, aunque sea de manera provisional, un aparcamiento de coches en el espacio situado entre las calles Santander y Morales Padrón y la muralla almohade”. La Academia muestra “su rechazo” a este acuerdo “que significa seguir degradando un espacio histórico”.
La Academia recuerda que es más que probable que en este lugar que formaba parte del conjunto de la Casa de la Moneda, donde también estuvo el llamado Corral de las Herrerías, se ubicaban las primitivas atarazanas almohades, anteriores a las del rey Alfonso X. “Este espacio fue felizmente recuperado para la ciudad en los años ochenta del pasado siglo por la Gerencia de Urbanismo, pero todavía no ha sido dignificado de la manera que se merece para disfrute de todos los ciudadanos”.
La Academia contrapone su estado al del lienzo de muralla que discurre entre el Arco de la Macarena y la Puerta de Córdoba, cuya restauración va a comenzar próximamente por parte del Ayuntamiento, “proyecto por el que le felicitamos”, señala la institución.
El secretario general de la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, el arqueólogo Fernando Fernández, advertía a este periódico sobre la situación de la Torre de la Plata: “Una construcción tan importante está ocupada por oficinas municipales y no se puede visitar. Tenemos, además, un fantástico lienzo de la muralla almohade que está oculta. Todo ello convertido en un aparcamiento en una zona eminentemente turística que forma parte del entorno Patrimonio de la Humanidad de la ciudad. Nos teníamos que posicionar en contra de este proyecto”.
Un espacio libre y ajardinado
El arquitecto que dirigió en los años 80 la recuperación de este espacio siendo director de la Gerencia de Urbanismo es José García-Tapial. En una entrevista publicada por este periódico el pasado mes de julio consideraba que el solar del antiguo Corral de las Herrerías debería mantenerse como un espacio libre, ajardinado, con zonas de estancia, para que se pudiera admirar bien tanto la muralla como la Torre de la Plata. Además, sería interesante que las excavaciones que sacaron a la luz los restos de lo que parecían las atarazanas almohades se pudieran integrar y hacerse visibles.
El compañero de García-Tapial en aquel trabajo de recuperación del recinto, José María Cabeza, quien fue durante muchos años conservador del Alcázar, también rechazaba de plano la solución adoptada por el Consistorio. “Un aparcamiento es una desconsideración total hacia nuestro patrimonio. Aquí estuvieron las atarazanas islámicas, que podemos considerar el astillero privado del Alcázar almohade, del que formaba parte. Sus restos están ahí gracias al trabajo de Fernando Amores y al nuestro. En el propio pavimento se podría identificar su traza para que todos las conocieran”, señalaba.
Tras la instalación transitoria durante dos años del aparcamiento, la intención es construir en la parcela un espacio expositivo para las cofradías, algo que Adepa rechaza de plano. “Es una idea que no gusta ni siquiera a las propias cofradías”, indica Joaquín Egea, presidente de esta asociación conservacionista.
Adepa no quiere que el aparcamiento se cronifique de nuevo en este espacio de tanta importancia y advierten que van a pelear para que el Ayuntamiento saque de este ostracismo a la Torre de la Plata, a la muralla y todos los vestigios almohades de la parcela: “No vamos a ceder. La advertencia de la Academia de Bellas Artes es un primer paso. Nos vamos a dirigir a Icomos (organismo dependiente de la Unesco) para solicitar que estudie la situación de este espacio y de la Casa de la Moneda en su conjunto. No se puede permitir que los coches aparquen la lado de un monumento almohade del siglo XII”.
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