Acaba la obra civil del tranvía de Alcalá pero las vías robadas no aparecen
movilidad | un transporte en ejecución desde 2008
Desde marzo la infraestructura conecta con la estación del Metro de Pablo de Olvide
El kilómetro de vías sustraídas es un gasto añadido que puede retrasar su estreno más allá de 2019
El tranvía de Alcalá de Guadaíra, cuya construcción comenzó hace una década, se ha conectado por fin con el Metro de Sevilla. Ya pueden verse las vías de esta infraestructura en superficie en paralelo a la estación de la Universidad Pablo de Olavide (UPO), donde convergen ambos transportes, como muestra la imagen adjunta.
La obra civil (infraestructura, vía y urbanización) de este tercer y último tramo entre el Parque Tecnológico y la estación UPO acabaron entre febrero y marzo de este año, según confirma la Consejería de Fomento y Vivienda de Junta de Andalucía, la administración que promueve su construcción.
El problema es que tener listo el tramo final de la obra civil del tranvía de Alcalá sirve de poco cuando los cientos de metros de vías robadas en el entorno de la Venta de la Liebre hasta el Parque Tecnológico siguen sin aparecer. Tampoco se ha producido ninguna detención de los autores responsables de este expolio: la sustracción de, al menos, un kilómetro de las vías ferroviarias.
Fuentes de la Policía Nacional han respondido a este periódico esta semana que la investigación sobre este robo continúa abierta sin que se haya recuperado un gramo del material. Las mismas fuentes aclaran que lo más habitual es que el hierro robado haya sido fundido rápidamente para eliminar el rastro del fabricante (que iba grabado), por lo que resulta muy complejo seguir la pista con vistas a su recuperación.
La reconstrucción de lo robado requiere un gasto nada despreciable de varios millones de euros para la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta, que tendrá que volver a comprar el material e instalarlo de nuevo: vías, barandillas e incluso volver a hacer la estación de Venta La Liebre. El presupuesto inicial de obra de todo el tranvía es de 177 millones de euros para una infraestructura en superficie con 12 kilómetros de longitud y 11 paradas.
Se calcula que cada kilómetro de tranvía tiene un coste de unos 16 a 18 millones de euros por kilómetro, según las cifras que manejan los expertos en este sector de transporte. En este caso la Junta no ha dado cifras oficiales del sobrecoste que le supone este robo, pero el coste de cada kilómetro de tranvía da una idea de por cuánto le puede salir.
Así pues, es más que probable que la necesidad de reponer lo robado retrase la puesta en marcha del tranvía más allá de 2019, la última fecha que la administración andaluza había anunciado para estrenar este transporte.
A este paso, el tranvía de Alcalá va camino de convertirse en la obra más larga del mundo en esta modalidad de transporte en superficie, ya que su construcción arrancó en verano de 2008. Desde que la Junta retomó en mayo de 2015 las obras paralizadas durante demasiados años, la idea de la administración era acabar la obra civil en 2017 e invertir los meses posteriores hasta 2019 en el montaje de los sistemas e instalaciones (señalización, comunicaciones y energía) así como en las cocheras que necesita el tranvía.
La Consejería de Fomento y Vivienda aclara que el contrato de obra, como el de los otros dos tramos, que se concluyeron entre 2011 y 2012, se circunscribe a obra civil, es decir, infraestructura, vía y urbanización.
Varias constructoras han intervenido en la obra del tranvía alcalareño. Los tramos 2 y 3 que van desde el centro de Alcalá hasta el parque Tecnológico se adjudicaron a la UTE formada por Ortiz, Modecar, Azvi y Cofersa. Esos son precisamente los tramos afectados por los robos de vías. El tramo del Parque Tecnológico a la Olavide (tramo 1) ha sido ejecutado por la UTE integrada por Comsa y Martín Casillas. Desde Comsa confrman que en su tramo no se ha producido robo alguno de vías ni de materiales. Martín Casillas aclara que su trabajo acabó en diciembre de 2017.
La Federación de Industriales y Comerciantes de Alcalá de Guadaíra ha destacado que desde que se dio la alarma del robo de vías la administración andaluza ha aumentado la vigilancia de las instalaciones construidas del tranvía.
Proyectos en marcha
Actualmente, la Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta asegura que está trabajando en el diseño final de los proyectos de sistemas e instalaciones (señalización, comunicaciones y energía), así como en los trabajos para subsanaciones y puesta a punto de los dos primeros tramos de obra civil que se ejecutaron, y vigilancia/seguridad de toda la obra civil acometida.
A falta de conocer en qué fecha podrá usarse la conexión tranviaria entre Alcalá, el segundo municipio más poblado de la provincia, y la capital, lo cierto es que la administración andaluza tiene más tranvías pendientes: Dos Hermanas y el Aljarafe.
El de Dos Hermanas (la localidad más poblada tras la capital) ni siquiera se ha empezado a ejecutar, a diferencia del de Alcalá. Se proyectó con 5 kilómetros de longitud y 6 paradas: la última estación de la Línea 1 del Metro de Sevilla (Olivar de Quintos), el Hipódromo, la Ciudad del Conocimiento, el Parque Comercial, el Parque Tecnológico, el Parque Forestal y Casilla de los Pinos, donde se hay una estación de Cercanías Renfe.
Ante los años de retraso que acumula y la necesidad de un buen transporte para los suelos de Entrenúcleos donde se asienta la Universidad Loyola y un amplio residencial, el alcalde de Dos Hermanas (Francisco Toscano) y el consejero de Fomento (Felipe López) han acordado estudiar la posibilidad de aprovechar la plataforma reservada para el tranvía para conectar el municipio con el Metro de Sevilla con autobuses rápidos ecológicos.
Otro tranvía paralizado (se hizo parte de la plataforma) es el del Aljarafe, previsto en el eje sur-norte desde Coria hasta Valencina de la Concepción, a lo largo de 28 kilómetros.
Los industriales y comerciantes alertaron del gran robo en febrero
El pasado febrero la Federación de Industriales y Comerciantes de Alcalá de Guadaíra (FICA) desveló que el robo de raíles del tranvía había sido superior al que se calculó nicialmente. Las sustracciones (como las que se aprecian en las imágenes bajo estas líneas) ascendían a un kilómetro de vías aprovechando una zona poco transitada: la trasera de un polígono industrial, y sobre todo, bajo el viaducto de la SE-40. Las piezas tenían el sello del fabricante, con lo que parecía posible seguirles la pista si no se fundían pronto. Habían desaparecido barandillas de viaductos. En la estación de Venta de la Liebre de la obra terminada y recepcionada se llevaron hasta los ladrillos. Debido al retraso y a la falta de vigilancia hubo más robos y destrozos anteriores denunciados por la agrupación de industriales y comerciantes de la localidad.
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