AVE Sevilla-Madrid: La línea será reformada para aumentar su capacidad de transporte
Movilidad
La renovación mejorará los cerramientos en zonas urbanas y evitará el envejecimiento de las estructuras
La redacción del proyecto cuenta con un partida de 2 millones
Veintiséis años y medio después de su inauguración, la primera línea de alta velocidad que une Sevilla con Madrid será sometida a una mejora integral que permitirá aumentar la capacidad de transporte, subir la eficiencia y disponibilidad, prolongar su vida útil, y contribuir a la reducción de los costes de explotación futuros. Los técnicos del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) entienden que la infraestructura requiere de una serie de intervenciones de carácter integral y puntual para garantizar el nivel del servicio manteniendo las condiciones de seguridad. Para ello han sacado a licitación la redacción de un proyecto que cuenta con presupuesto de dos millones y un periodo de elaboración de 15 meses.
En el expediente se propone la aplicación de unas medidas puntuales de forma integral en toda la línea, exportando las actuaciones y tratamientos que mejores rendimientos han dado en la totalidad de la infraestructura. Los principales temas a corregir son la accesibilidad a la línea mediante la reforma de los caminos de acceso; la mejora de los cerramientos, principalmente en zonas urbanas como consecuencia del crecimiento de los núcleos urbanos; la adecuación del sistema de drenaje, adaptándolo a la nueva normativa en vigor; y evitar el progresivo envejecimiento de las estructuras de hormigón (puentes y túneles) como consecuencia del agua, hielo o viento, y la oxidación de los elementos metálicos.
Los técnicos detallan que los elementos que serán objeto de una intervención de mejora no requieren ningún tratamiento de especial complejidad ni ninguna intervención urgente. En el expediente se contempla la actuación en 65 desmontes y terraplenes, 17 túneles, y 199 estructuras de una línea que discurre por Sevilla, Córdoba, Puertollano, Ciudad Real y Madrid y que desde su puesta en servicio en 1992 ha transportado a más de 75 millones de viajeros. Adif entregará al consultor adjudicatario en el concurso público una cartografía a escala del trazado, un listado de elementos particularizados, e informes de inspección y mantenimiento de la línea.
Las actuaciones que contemplarán los proyectos, a falta del estudio pormenorizado que realizará el consultor sobre la problemática que presenta cada elemento, serán dos. Uno es la renovación de las explanaciones en cuatro tramos. El primero entre Sevilla y Córdoba. Los trabajos consistirán en mejorar la accesibilidad del trazado entre ambas estaciones; la protección de taludes en desmonte; el arreglo de drenajes; la estabilización de los terraplenes; el refuerzo del cerramiento en entornos urbanos como Córdoba, Brenes o Lora del Río, y en zonas puntuales de la traza; la adecuación de la superestructura y protección de la plataforma en el cambiador de ancho de Majarabique; y el drenaje y acondicionamiento de la capa de forma y subbalasto en la estación de Guadajoz. El segundo tramo abarca entre Córdoba y Guadalmez. Entre las intervenciones previstas se encuentran la mejora integral de la accesibilidad del ramal; el refuerzo y protección de taludes en desmonte; el arreglo de drenajes; la estabilización de terraplenes; y el refuerzo del cerramiento en los entornos urbanos por los que discurre el trazado.
La renovación de las explanaciones afectará a dos tramos más: Guadalmez con Yeles, y a este municipio de Toledo con Madrid. Los trabajos se basarán en la mejora integral de la accesibilidad; el refuerzo y la protección de taludes en desmonte; el arreglo de drenajes; y las estabilizaciones del cerramiento en los entornos urbanos y terraplenes.
La segunda actuación que considerará el proyecto es sobre las estructuras y túneles. En el tramo entre Sevilla y Córdoba los daños o patologías más frecuentes son las fisuras en el hormigón y saltados de material, que dejan expuestas las armaduras oxidadas; ocasionalmente apoyos con mal reglaje; oxidación de las barandillas y mal estado de las juntas de dilatación; y cárcavas en los terraplenes junto a los estribos, problemas de ligeras socavaciones en pilas y deficiencias en el desagüe desde la plataforma. En líneas generales, estas mismas patologías se repiten en el resto de tramos de una línea de alta velocidad que cuenta con una longitud de 471 kilómetros y una velocidad máxima de 300 kilómetros hora.
Para realizar estos trabajos, el consultor deberá contar con un equipo mínimo formado por tres ingenieros superiores, cinco ingenieros técnicos, un ingeniero especialista en geología y geotecnia, un ingeniero técnico topógrafo, un auxiliar en topografía, y un delineante para el proyecto de explanaciones (que cuenta con una partida estimada por los técnicos de Adif en 872.500 euros). Tres ingenieros superiores, un ingeniero especialista en geología y geotecnia, cinco ingenieros técnicos, un ingeniero técnico topógrafo, un auxiliar de topografía, y dos delineantes formarán parte del proyecto de estructuras y túneles (que cuenta con un presupuesto de 827.500 euros).
Un poco de historia
Antecedentes
El trazado ferroviario entre la Meseta y Andalucía existente antes de la puesta en servicio de la línea de alta velocidad, atravesaba un entorno natural de complicada orografía: Despeñaperros. En la década de los 70 se comenzó a estudiar posibles alternativas que permitieran un acceso de calidad. El proyecto fue aprobado por el Consejo de Ministros celebrado el 9 de diciembre de 1987.
Puesta en servicio
El 21 de abril de 1992 se realizó el primer viaje comercial entre Sevilla y Madrid, haciendo realidad la importante apuesta tecnológica iniciada años antes con la construcción de la primera línea de ancho europeo de nuestro país, capaz de permitir, en aquel momento, la circulación de trenes a más de 250 kilómetros hora.
Evolución
Los primeros trenes tenían capacidad para transportar 329 viajeros (en el primer viaje comercial solo se cubrieron dos tercios de las plazas). La demanda no paró de crecer en los primeros años de vida comercial. Los 1,178.000 pasajeros que registró el AVE entre abril y diciembre de 1992 se convirtieron en 1.886.000 al año siguiente. Esa misma cifra coincide con los últimos datos aportados por Renfe en relación con el primer semestre de 2018.
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