El Fiscal
La hermosa lección de un centenario
El poeta universal de Sevilla, Gustavo Adolfo Bécquer, falleció el 22 de diciembre de 1870 en Madrid. Para honrar su memoria en su ciudad natal, la Asociación para la Defensa del Patrimonio (Adepa) viene organizando una serie de conferencias en su honor y ha pedido al rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Ángel Castro, que permita una visita en esta jornada al Panteón de Sevillanos Ilustres, donde descansan sus restos.
Este miércoles, 22 de diciembre, se cumplen 151 años de la muerte de Gustavo Adolfo Bécquer. Tras los descafeinados actos celebrados en 2020 por la crisis del covid, Adepa ha organizado una serie de actos para homenajear al ilustre poeta. Ese día se celebrará una nueva conferencia, a las 19:30 horas en el Salón del Almirante del Real Alcázar de Sevilla, dentro del ciclo Bécquer y sus contemporáneos en la Sevilla de los Montpensier. Será impartida por por Miguel Cruz Giráldez, profesor de Literatura de la Universidad de Sevilla quien disertará sobre La Prosa de Bécquer.
Tras su celebración, se realizará una lectura libre de poemas del escritor y de coplas populares de Fernán Caballero, de la que se conmemora el día 24 de diciembre el 225 aniversario de su nacimiento. Los restos de la escritora y folclorista Cecilia Böhl de Faber han sido los la últimos en ser incorporados al Panteón. Fueron trasladados desde el cementerio de San Fernando en mayo de 1999.
La intención de Adepa, y así se lo han pedido al rector de la US, es que se proceda a la apertura del Pateón, que ha estado cerrado durante prácticamente toda la pandemia,m aunque sea sólo unas horas el próximo miércoles 22 de diciembre. De este modo, se podrá honrar a ambos próceres.
Catorce años después de la muerte de Bécquer, en 1884, la Sociedad Económica Sevillana de Amigos del País, con el erudito José Gestoso a la cabeza, solicitó a las autoridades el traslado de los restos a Sevilla. En 1912, la Real Academia decide que también sean trasladados a Sevilla los restos de su hermano Valeriano, fallecido también en 1870.
El 9 de abril de 1913 se exhumaron de la Sacramental de San Lorenzo de Madrid y fueron conducidos en una carroza de tiro de cuatro caballos a la Estación de Atocha. El 10 de abril llegaron a la Estación de Córdoba de Sevilla, donde fueron recibidos por el alcalde, Antonio Halcón. La expectación de Sevilla por la llegada de los Bécquer fue enorme. Los féretros se instalaron en una improvisada capilla ardiente y, tras una ceremonia religiosa, esta quedó abierta al público. La lluvia impidió el traslado al Panteón de la Universidad, situado en la Iglesia de la Anunciación, por lo que los restos fueron llevados a la capilla de la Hermandad de las Siete Palabras, en la Parroquia de San Vicente, donde permanecieron hasta su traslado definitivo al templo de la calle Laraña.
La antigua cripta del templo de la Anunciación, reformada y protegida arquitectónicamente, acoge el Panteón de los Sevillanos Ilustres. Fue a comienzos de la década de los setenta del siglo XX, por iniciativa del director general de Bellas Artes, Florentino Pérez Embid, cuando se realizaron las obras de limpieza, ampliación y protección, que trasformaron la antigua cripta de los jesuitas en este panteón.
Con acceso por la anexa facultad de Bellas Artes, cuenta con planta de cruz latina, techumbre abovedada y está revestido con placas de granito pulido, gris en las paredes y de un salpicado rosa en el suelo.
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