Los 13 kilómetros de documentos que guardan toda la historia de Sevilla
El Archivo Histórico Provincial es una joya con fondos desde el siglo XV explican cómo era la vida en la ciudad, sus negocios o la relación entre sus vecinos
Sevilla, una ciudad patrimonial con tareas pendientes
Los archivos son imprescindibles para conocer la historia y en los 26.000 tomos que atesora el Archivo Histórico Provincial de Sevilla está toda su historia desde el siglo XVI. La conocida y la que permanece oculta a la espera de que algún investigador dé con ella. En sus 13 kilómetros de estanterías, correspondiente a 15 depósitos, hay información valiosísima de todos sus personajes ilustres. Por estos documentos sabemos los deberes y obligaciones del contrato de aprendizaje entre Diego Velázquez y Francisco Pacheco. Conocemos los testamentos de Magallanes, Miguel de Mañara o Hernán Cortés, el marqués del Valle de Oaxaca fallecido en Castilleja de la Cuesta. Tenemos noticias de cuando Miguel de Cervantes era comisario de rey para el abastecimiento de las armadas; o supimos gracias a Heliodoro Sancho Corbacho que el Señor del Gran Poder había sido tallado en 1620 por Juan de Mesa. Corría el año 1930 y este hallazgo cambio la historia de la Semana Santa al tiempo que redescubría al imaginero cordobés.
Pero más allá de estas pompas y nombres ilustres. El archivo ofrece información del día a día de la ciudad. De sus todas sus clases. Del paisaje y del paisanaje. De las venturas y desventuras. De las costumbres. De la cotidianidad y sus avatares. De la vida de una ciudad que fue capital del mundo. Pero toda esta ingente cantidad de documentos y legajos necesita de unas laboriosas y complejas tareas de restauración y un proceso de digitalización para que sea accesible y para una mayor difusión. Para ello hacen falta recursos y personal que actualmente no hay. Aunque las administraciones cada vez son más conscientes de estas carencias.
“Toda la historia de Sevilla está por descubrir. No se trata sólo de lo que ya se conoce. Hay investigadores que estudian los documentos desde otro punto de vista y un enfoque novedoso. En Sevilla había 24 oficios de escribanía desde mediados del XVI trabajando a pleno rendimiento hasta bien entrado 1700”, explica Braulio Vázquez, doctor en Historia Medieval y director del archivo. El primer fondo del archivo lo constituyen los protocolos notariales con más de cien años. Son las escrituras matrices. Las originales. Se establecen prácticamente a raíz de la publicación en el siglo XIII de las Siete Partidas de Alfonso X. Fueron los reyes católicos los que obligan a estos escribanos de entonces, notarios de hoy, a guardar y encuadernar las escrituras por tomos, años y oficios a los que correspondían.
“En un principio se archivan en las oficinas de los escribanos públicos. Cada uno lo hacía como podía, por eso muchos documentos han llegado en muy malas condiciones a la actualidad”, advierte Vázquez. El conjunto de documentos más antiguos que se conserva en el archivo provincial es de 1491. En el siglo XIX, en 1862, se les da a estos documentos la consideración de patrimonio del Estado y se obliga a los colegios notariales a crear los archivos de protocolos. Los archivos provinciales se crean en 1931, aunque no se desarrollan hasta después de la Guerra Civil. Con la Democracia y la llegada de las autonomías, pasan a recoger la documentación relativa a cada comunidad. También reciben fondos de particulares y empresas. En el caso de Sevilla, los de la Fábrica de Vidrio, La Cartuja-Pickman, la antigua Tabacalera o la naviera Ybarra.
La importancia del Archivo de Protocolos Notariales
El Archivo de Protocolos ha tenido varias sedes. Como la iglesia de San José o la de San Laureano. En 1927 pasa al antiguo convento de Montesión, en la calle Feria. Allí hasta que en 1987 se crea el Archivo Histórico Provincial de Sevilla, que abrió sus puertas en 1991 en el edificio de los antiguos juzgados, en la calle Almirante Apodaca. “El edificio de estilo neoclásico se construye entre 1895 y 1908. Cuando se van los juzgados al Prado, está una década abandonado. Durante ese tiempo se conoce popularmente como el palacio de los gatos. El Ayuntamiento firma un convenio con el ministerio de Cultura en 1981 por la que este asume una cesión a perpetuidad y se instala el Archivo Histórico Provincial. En una parte se crea el Archivo y la Hemeroteca Municipal. Como Andalucía no tenía espacio para su Archivo General, estuvo también este edificio durante más de tres décadas, hasta que hace un par de años se fueron a sus fantásticas instalaciones en el Pabellón del Futuro de la Isla de la Cartuja”.
En la reciente entrega del Premio Manuel Clavero, los galardonados Consuelo Varela y Juan Gil tuvieron unas palabras muy destacadas hacia el archivo de protocolos, la riqueza de sus fondos y cómo gracias a ellos la historia de Sevilla está por hacer. Precisamente, el día de la realización de este reportaje, Juan Gil se encontraba estudiando uno de los muchos fondos que se conservan.
Los protocolos notariales contienen todos los negocios que articulaban la vida de la ciudad desde el siglo XVI. “Encontramos desde una carta de dote para casar a una hija, tanto de buena familia como humilde; a contratos gremiales, de aprendizaje, profesionales... El año pasado expusimos el contrato de aprendizaje del Velázquez niño con Pacheco”, señala Braulio Vázquez. Obligaciones contractuales de los principales imagineros –Montañés, Mesa, Roldán–, testamentos de Magallanes, Américo Vespucio, Hernán Cortés. El documento de la subasta de la Nao Victoria, en el que se explica su estado tras la gesta de la vuelta al mundo.
La necesaria restauración y digitalización
Todas estas joyas han estado almacenadas durante siglos en las dependencias de los notarios. Normalmente en malas condiciones. Han estado expuestos a la humedad, al calor, a hongos, insectos... “Todas esas patologías requieren de una restauración artesanal mediante técnicas muy costosas que necesitan de personal especializado con taller y maquinaria. Cuando se hicieron las obras en el edificio para acoger el archivo estaba previsto, pero nunca se llegó a hacer”, lamenta el director. Esta falta de medios se ha subsanado acudiendo a instituciones externas para realizar estas intervenciones. Como el Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE), el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH) o el propio Archivo General de Andalucía, que cuenta con unas instalaciones modélicas.
“Muchas veces las restauraciones se hacen a demanda cuando hay alguna efemérides. Por ejemplo, el IAPH intervino el contrato entre la Hermandad de Montserrat y Juan de Mesa para el Cristo de la Conversión para su exposición. Se encontraba muy mal”. Una ventaja con la que se cuenta es que el papel de estos documentos es de muy buena calidad. El material con el que se realizaba hace que su PH sea muy neutro que tenga mucha elasticidad.
Otra tarea importante que es vital en el presente y en el futuro es la digitalización. “También se acomete por proyectos. Si nos encontramos algo en mal estado y hay que restaurarlo, se digitaliza. La imagen hay que contextualizar con metadatos y toda la información del propio documento. Es algo muy laborioso, pero que es necesario para que se pueda buscar en un portal mediante palabras clave. Ahora tenemos en marcha un contrato para digitalizar un fondo de 69.000 imágenes que estará disponible en Archivaweb, el proyecto de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte destinado a la difusión en internet del Patrimonio Documental Andaluz conservado en la red de archivos de la Junta de Andalucía”, sostiene Vázquez.
La digitalización es una tarea pendiente prácticamente nivel global. La Junta de Andalucía gestiona el archivo general, los archivos provinciales y el de la Real Chancillería de Granada. “Son más que los archivos estatales. Tenemos más documentación en metros lineales que el Archivo de Indias”, añade el director. Actualmente, se están digitalizando los índices de los protocolos notariales para facilitar la labor a los investigadores.
Para mejorar el estado de conservación de los 13 kilómetros de estanterías en los que se guardan los documentos, durante un año han estado estudiando las condiciones de humedad y temperatura, que han de ser lo más estables posible. La intención es poder acometer un proyecto de climatización a corto plazo.
Para darle difusión a este gran legado, desde hace unos años se organiza la muestra El documento del mes, actividad impulsada para dar a conocer los fondos documentales de la institución archivística sevillana y que se puede visitar en la propia sede. En un futuro, El Archivo podría tener una pequeña exposición permanente con sus fondos más relevantes. Para ello son fundamentales los facsímiles que se hacen para préstamos y cuya calidad es extraordinaria.
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