La Virgen se viste de hebrea ante la llegada de la inminente Cuaresma en Sevilla
Numerosas dolorosas ya han sido vestidas con esta usanza casi centenaria
Los vestidores se afanan en cumplir sus tareas antes del Miércoles de Ceniza
La búsqueda de la excelencia a la hora del vestir en la Semana Santa de Sevilla
Hasta hace no muchos años, cuando apenas se contaba con acceso a las tecnologías y a las realidades virtuales, un anticipo claro y definitivo del paso del tiempo y de la llegada de la Cuaresma era cuando, en los fríos últimos de mediados de febrero, una tarde cualquiera, entrábamos en aquella iglesia que doblaba la esquina y nos sorprendía la imagen de la Virgen vestida de hebrea.
En nuestros tiempos, ese salto se traduce ahora en la pantalla, en el táctil de nuestros móviles y en la navegación online a través de los perfiles de nuestras hermandades y cofradías, que anuncian los cambios de vestimenta de nuestras dolorosas con puntualidad y de manera casi reglada. A falta de tan solo cuatro días para el Miércoles de Ceniza, nuestras tarjetas de memoria (y nuestra ilusión, por supuesto) se nutren fundamentalmente de fotografías en las que nuestras Vírgenes ya lucen con el hábito hebreo, una vestimenta nacida como recurso en el ingenio de Juan Manuel Rodríguez Ojeda que, ante la carestía de piezas de las hermandades a principios de siglo, se vio obligado a efectuar malabares estéticos para reforzar el sentido visual y espiritual de las imágenes.
Aunque hace ya algunos días que se pueden ver Vírgenes vestidas de hebrea, lo cierto es que en estos días se concentra toda la actividad de nuestros vestidores, que comparten y distribuyen su trabajo en torno a varias cofradías. En el caso de José Antonio Grande de León, por ejemplo, ya encontramos vestidas a las imágenes de la Soledad de San Buenaventura, la Caridad del Baratillo o la Virgen del Dulce Nombre, esta última muy especial para el también bordador.
Muy celebrados han sido los cambios de Joaquín Gómez, en la Virgen del Rosario de Montesión y la dolorosa de la Angustia, de la hermandad de los Estudiantes.
En puntos como el Porvenir (Vicente Martín), San Pedro (Antonio Bejarano) o Santa Marina (José Manuel Lozano), también encontramos a la Virgen María vestida a la usanza hebrea, con las tonalidades más propias y comunes: azul, blanco y rojo.
Es tan solo un avance de todo cuanto descubriremos a lo largo de estos días. El propio Miércoles desde Triana y San Gil la advocación de la Esperanza alcanzará ese punto de no retorno en que la ciudad asume su propio tiempo. Las palmas preparadas, las tardes más largas y cálidas, las papeletas a punto de sello... Y la Virgen de hebrea. Sevilla se sabe distinta.
También te puede interesar