Vía crucis en San Roque: la belleza audiovisual para una fría noche de invierno

Un nuevo audiovisual de Antonio Casado para este tiempo de cultos internos. En este caso, el realizador sevillano narra con imágenes de gran belleza -acompañadas de música- el vía crucis celebrado el pasado domingo 29 de enero con el Señor de las Penas, el Nazareno titular de la Hermandad de San Roque.

Dicho culto se desarrolló en el interior del templo. Precisamente, la fachada de esta parroquia y el azulejo con la imagen que talló Antonio Illanes sirven de arranque para un audiovisual que contiene las señas de identidad de Casado cuando plasma distintos momentos relacionados con las cofradías sevillanas.

En esta obra de seis minutos de duración se suceden planos de los hermanos portando hachetas con cera roja, color alusivo al carácter sacramental de la corporación del Domingo de Ramos. Abrigos oscuros y largos para combatir una noche de frío que no restó ni un ápice de público a este acto que transcurre en la penumbra del templo, con la única iluminación del cortejo que acompaña las andas del Señor y con las velas encendidas de los altares.

Avanza el Nazareno de San Roque por las naves de la parroquia -separadas con las características columnas de mármol rosa- con ese semblante que tanto recuerda al Señor de Pasión. Manos atadas, despojadas de cruz; túnica bordada en oro; sin corona de espinas ni potencias; y rodeado de un pequeño friso de claveles rojos. Lo alumbran cuatro faroles.

La mirada de los devotos

Como es habitual en su obra, cobran especial protagonismo las miradas de los devotos, especialmente la de las hermanas que portan las andas antes de dejarlas en la capilla sacramental donde el Señor de las Penas recibe culto todo el año, junto a la Virgen de Gracia y Esperanza y San Juan Evangelista, después de haber pasado por los altares de la Virgen de la Sierra y el Santo Crucifijo de San Agustín, titular también de la corporación penitencial.

El audiovisual concluye con uno de los rasgos propios de Casado: la llama que desprende el codal de un guardabrisa, en clara alusión a la luz que, en mitad del severo invierno, va ganando minutos a la oscuridad estas semanas que anteceden a la cuaresma. Es tiempo de interior en Sevilla.