Las ventas de la cuaresma se recuperan pero el precio de las flores o la cera se dispara
Tras dos años se vuelven a encargar túnicas o capirotes
La mayoría de los suministradores de la Semana Santa mantienen los precios pese a la imparable subida de los costes
Ante una ilusionante víspera
Recuperando el pulso y la alegría. Los comercios relacionados con la Semana Santa y las cofradías también viven la cuaresma de la desescalada. Tras prácticamente dos años con muy pocas ventas ven cómo el público ha vueltos a sus negocios para encargarse una nueva túnica, renovar el capirote o comprar una bolsa de incienso. El consumo mejora y es un alegría tras las penurias de la pandemia. Pero al mismo tiempo, hay que hacer frente a los importantes incrementos en los suministros, materiales y el transporte. Todo se ha encarecido enormemente por los costes de las materias primas o de la energía. Estas subidas, al menos por el momento, están siendo asumidas por los proveedores, como el caso de la cera. No ocurre lo mismo con las flores. Con una producción que escasea, el precio del clavel se ha duplicado y estará más caro todavía para Semana Santa. Además, los floristas advierten: ya es tarde para encontrar algunas variedades.
La calle Alcaicería se convierte en estos días de cuaresma en un auténtico ir y venir de cofrades. La Antigua Casa Rodríguez es uno de esos comercios centenarios encargados de surtir al cofrade de toda clase de artículos. Las colas a sus puertas han vuelto. “Hay más alegría. Estos días están siendo, más o menos, como los de antes. Todo el mundo se está preparando con normalidad para la Semana Santa. Lo único que puede pasar es que llueva”, explica María del Río, la propietaria.
En este clásico comercio se encargan túnicas, desde niño a adultos, ropa de monaguillo, capirotes, cinturones de esparto, incienso, escudos o medallas, entre otros muchos artículos. Aunque los costes para ellos han subido, el cliente no lo ha notado. “Hemos mantenido los precios. Lo estamos asumiendo. Una túnica de ruán de adulto a medida puede salir en 180 o 190 euros. Los capirotes desde 10 euros a 30 el de rejilla. El esparto empieza en los 30 euros el de 10 centímetros a los 54 euros”.
La Casa del Nazareno, en la calle Matahacas es otro clásico de la Semana Santa. Visten al nazareno de los pies a la cabeza, como reza su lema. Esta operación sería más costosa este año, pero también han decido no trasladarle las subidas al cliente, como afirma María de la O Domínguez: “Hemos mantenido los precios, aunque los perjudicados estamos siendo nosotros”. Por ejemplo, el precio del metro de terciopelo se sitúa ya entre 45 y 50 euros, lejos de los 35 de 2018 o de los 26 de 2008.
Tras dos años con poca actividad, tienen encargos de todo tipo, también de arreglos y de túnicas de muchas hermandades, pero siempre son las que más numerosas las más demandadas: los Gitanos, el Gran Poder o la Macarena. La ropa más cara es la de la Esperanza de Triana, que es la que necesita más metros de terciopelo, pero también la de la Carretería o la Macarena con todos sus complementos.
La cera y las flores aumentan su precio
Un producto que sí está dando bastantes quebraderos de cabeza este años es la flor. La producción ha bajado y los costes del transporte se han multiplicado de manera considerables. José Ramos, de la clásica floristería Ramitos, que surte a algunas de las cofradías más relevantes de Sevilla, alerta de los problemas que hay: “En la zona de Chipiona hay muchos agricultores que por la pandemia se han pasado a las hortalizas y lo poco que queda se manda para Holanda. Traer las flores de Ecuador o Colombia también es un problema porque se han recordado muchos los vuelos de mercancías. Flor de fuera entra muy poca”.
El florista advierte que ya se notó cierta escasez con motivo de San Valentín y augura que para Semana Santa será peor. Todo ello, unido a los elevados costes de la luz o el transporte, hace que los precios se hayan disparado con respecto a años anteriores. “La docena de claveles está ahora a diez euros. No ha dejado de subir desde después del verano. Antes de la pandemia por estas fechas podía estar en cuatro euros. Para Semana Santa es seguro que subirá más. En la de 2019 estuvo la docena en ocho euros”.
Las flores de temporada, como el lisianthus, también están al doble de precio habitual. Además, este comerciante advierte que las hermandades deberían ser previsoras y cerrar ya sus pedidos para no llevarse una sorpresa: “Desde Colombia nos dicen que habrá problemas con los claveles rojo sangre, por ejemplo. Eso sí, los precios no se pueden negociar ahora mismo, como ha ocurrido siempre. No hay ningún productor o intermediario que te asegure el precio de la flor”.
Las cererías también han visto cómo se han incrementado los costes de una manera superlativa. Así lo asegura Manuel Bellido, de Cera Bellido de Andújar (Jaén). Si el precio de la cera de abeja no se ha incrementado mucho es porque trabajan con apicultores de la zona, pero no se puede decir lo mismo de la parafina, que es la base, por ejemplo, para los cirios de nazarenos y otros artículos: “La parafina viene de China y, además de escasez, se han triplicado los precios del transporte. En origen el precio ha subido un 25% o un 30%. Por lo tanto, un cirio ha subido en torno a un 35% por la materia prima, además de todo lo que se ha incrementado la energía”. Pese a ello, Bellido ha hecho un esfuerzo considerable por no trasladar estos incrementos a los clientes. “No hemos subido ni un 3% para compensar algo, pero no sabemos cuánto tiempo podremos aguantarlo”. Un cirio de unos tres kilos, más o menos el estándar, puede costar unos diez o doce euros. La parafina influye en el 70% del coste.
Inciensos Fiances, con su tienda en la Plaza del Pan y su puesto en la calle Córdoba, es otro clásico de la Semana Santa. La venta al público se ha resentido menos durante la pandemia, no así su despacho a las cofradías. “El año pasado sólo vinieron dos de las más de 500 a las que surtimos”, indica Santiago Fiances. El precio del incienso se mantiene estable, entre 2,70 y 3,70 euros los 40 gramos según la variedad; y el del carbón (2,50 y 3, 50 euros). El producto lo importan casi todo y ahí sí han notado la importante subida del transporte. De momento, ese incremento lo han asumido reduciendo su margen de beneficios.
Los dulces de cuaresma también cotizan al alza. Este año, por ejemplo, el precio de una torrija se eleva a los 2,90 euros en la Campana o Los angelitos de Santa Isabel; o los 2,50 de la confitería Ochoa, en la calle Sierpes.
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