La tradición mantenida: los detalles del primer premio de altares del Corpus Chico de Triana 2024
Ubicado en la calle Mosquera de Figueroa, utiliza la fuente de la vida como motivo protagonista
El cofrade Raúl López ha sido el encargado de levantar este altar en un patio de vecinos
Bendición y Esperanza se convierte en hermandad de penitencia
El gran mérito de la cofradía de San Pedro
El barrio de Triana volvió a celebrar, este pasado domingo, su particular procesión eucarística por las calles de la feligresía, el denominado popularmente como Corpus Chico. Organizado por la Esperanza de Triana, se trata de otra de las jornadas más significativas de este viejo arrabal que también se vuelca en su dignificación con la decoración de fachadas, balcones y, por supuesto, patios.
Al igual que ocurre con el propio Corpus, el distrito también organiza el célebre concurso de altares o escaparates con el objeto de promover la participación de los fieles y el embellecimiento de las calles al paso del Santísimo. Y en esta ocasión, el primer premio ha sido otorgado al altar instalado en la calle Mosquera de Figueroa, un enclave que, aunque por él no discurre el cortejo, ha sido igualmente revestido para anunciar a todos los vecinos que Cristo mismo se hace pan y presencia en nuestras vidas.
Se trata de un altar impulsado por Raúl López, cofrade y prioste de La Exaltación, que ha jugado incluso con los elementos naturales y del propio edificio para dotar de un sentido el mensaje iconográfico del mismo. "He querido integrar la fuente dentro del altar para darle mayor originalidad, simbolizando la fuente de la Vida. A mí me gusta buscar e informarme de las cosas antes de realizarlas, y en esta ocasión me refiero a la fuente de la vida, que es un símbolo de la iconografía cristiana asociado al bautismo y/o a la eucaristía, que aparece por primera vez en el siglo V en manuscritos iluminados y posteriormente en otras formas artísticas como pintura sobre tabla", explica en declaraciones a este periódico.
En el primer cuerpo aparece el Niño Jesús, una obra de Fernando Castejón López, flanqueado por candeleros y candelabros de brazos con flores de talco, bandejas de plata con el pan, uvas y trigo, estos últimos de la carreta de la hermandad del Rocío de Triana y que ha acompañado al Simpecado durante la Romería. Además, ha sido una de las vecinas la que ha regalado las bandejas para dicho altar. "En el segundo cuerpo del monumento encontramos candeleros de tres cuerpos diferenciados donde estaba el Sagrario y un frontal del Cordero de Dios en plata. Remata una custodia con resplandor dorado, todo ello flanqueado siempre por candelabros con flores de talco y un dosel con cortinajes burdeos y cornucopias doradas", señala López. Además, se incluyen dos ángeles de la patrona de Manzanilla, la Virgen del Valle, con columnas burdeos. En la alfombra "disponemos cerámica con guiño a nuestro barrio de Triana, cuna de la Alfarería", apunta.
Algunos enseres de los que aparecen han sido donados también por las hermandades de la Exaltación y las Cigarreras. "Con esto lo que queremos es seguir fomentando que no se pierdan nuestras tradiciones y, además, así las personas mayores de nuestra calle pueden contemplar en el patio dicho altar. Eso es lo importante para nosotros, no el premio en sí. Especial mención a mi vecino Jorge Martín por la ayuda y implicación en todo momento conmigo y a nuestro vecino Carlos y el resto de trianeros por la ayuda", sentencia.
Ha sido el propio delegado de Fiestas Mayores y del Distrito, Manuel Alés, quien ha hecho entrega del diploma conmemorativo como ganador de este concurso de altares. Una tradición que no sucumbe al paso del tiempo y nos recuerda la Triana más pura.
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