"... en tiempos de Poncio Pilatos padeció y fue sepultado..."

UNA cuadriga junto a la iglesia de San Pedro. De pronto, una joven que lo había visto encarnar al prefecto de Roma en Judea en el Antiquarium lo hizo saber en facebook. "Estoy aparcando en el garaje de Imagen con Poncio Pilatos".

En todas las iglesias de la Cristiandad se leen estos días los textos de la Pasión. En ellos están los malos de la película: Herodes, Barrabás, Judas Iscariote, Caifás, Pilatos. Si a alguien salva Sevilla es a éste último, a quien ha encarnado a lo largo de 21 funciones Fernando Fabiani (Sevilla, 1975) en la obra que ha dirigido su amigo y compañero de aventuras teatrales José Luis Losa.

Fabiani cumplió 26 años el día que derribaron las Torres Gemelas. Ese año ya tenían un proyecto entre manos que recuerda a la hora de simultanear su afición, el teatro, con su profesión, la medicina de familia. "Para mí el teatro es una liberación perfecta. En esa época estaba estudiando los exámenes del MIR y me encerraba tres horas con el Cyrano".

Este médico ha sido Cyrano de Bergerac, don Juan, don Quijote y ahora Poncio Pilatos. En las calles de la Sevilla cofrade hay una disyuntiva: a quién se parece más el personaje, al Pilatos del paso de San Benito o al que acompaña al Cristo de la Sentencia en la Hermandad de la Macarena. Los dos obra del mismo imaginero, Antonio Castillo Lastrucci. "La obra, más que una reflexión religiosa, es un drama político sobre el poder, pero es posible que se incline levemente al significado de Pilatos en la Presentación al Pueblo de San Benito".

Es una prueba más de la fértil escuela de teatro de los Padres Blancos, de la que salieron Fabiani y José Luis Losa, el director de la obra. "Ha dado nombres conocidos, como Paz Vega o Antonio Dechent, con el que he coincidido en el rodaje de un capítulo piloto de Brigada de Fenómenos, la nueva serie de Canal Sur, pero de ahí también salieron Marcos Fernández, un escanógrafo que trabaja en Estados Unidos, o Mamen Peinado, una de las mejores maquilladoras del cine español".

A los espectadores les sorprende que sea médico, destino en el centro de salud de Montequinto. A sus pacientes, que se dedique al teatro. Aunque es aficionado, dirige la compañía profesional Síndrome Clown. "A cien metros de distancia, teníamos las dos salas llenas, nosotros con Poncio Pilato, ellos con Mejor... es posible".

El Poncio de esta compañía tiene el dramatismo de la Poncia de Lorca. "Todo surgió en función del sitio. El ICAS nos ofreció el local y nos pusimos a buscar. José Luis estaba en Estados Unidos, miramos Julio César, Medea, pero necesitábamos alguien que funcionara en Sevilla". Así surgió Pilatos, al que le da vida este médico hermano de los Estudiantes.

Marco, el soldado que le da novedades, luce un traje de romano que perteneció a Quintus, mano derecha del Gladiator de Ridley Scott. "Se lo alquilamos a Cornejo". La presencia de Claudia Prócula tiene una fuerza onírica como el monólogo joyceano de Molly Bloom. "Ella tiene un sueño, y los dioses romanos se hacían presentes en sueños". La mujer de Pilatos sueña que Jesús es hijo de Dios e inocente. Si de algo es culpable Pilatos es, como dice el vulgo, de que estuvo a punto de cargarse la Semana Santa. Pagó cara su osadía porque quedó inmortalizado en el Credo. "Crucificado en tiempos de Poncio Pilato, padeció y fue sepultado...".