La Soledad de los Servitas recibirá puntualmente culto en la zona baja del coro

Una estampa insólita que podrá contemplarse durante los próximos días. María Santísima de la Soledad, titular mariana de la hermandad de Los Servitas, recibirá culto provisional en un altar instalado en la zona baja del coro del templo de los Siete Dolores de Nuestra Señora. El motivo son unas obras de restauración que se están acometiendo en su capilla y que finalizarán el próximo lunes, día en que está previsto que la imagen regrese a su lugar habitual. La dolorosa de Dubé de Luque preside este altar efímero desde la jornada de este jueves.

Concretamente, la Virgen de la Soledad, vestida de luto, ha sido dispuesta en un pequeño altar situado frente al que reciben culto San Juan Evangelista y María Magdalena, esto es, bajo el coro, conformando una especie de sacra conversación, aunque la imagen se encuentra algo más adelantada en una propia mesa de altar, acompañada de dos jarrones con flores de talco y cuatro candeleros. Remata la escena la cruz de plata, carey, marfil y caoba que estrenó la cofradía en el año 2015 y que forma parte del paso de la Piedad en la tarde del Sábado Santo.

El coro

La Capilla de los Dolores, datada en 1714 y que primitivamente fue un corral donde se depositaron enseres de la cofradía (cuando aún residía en San Marcos) cuenta con planta rectangular. En la mitad de la nave se abre a un espacio cuadrangular antiguamente ocupado por la Capilla Sacramental y hoy por la Capilla de Nuestra Señora de la Soledad, que es la que se encuentra en restauración.

En el lado derecho encontramos la puerta de la capilla y a los pies de esta se levanta el coro, al que se accede a través de una escalera de caracol decorado exteriormente con una espadaña decorada con jarrones de cerámica vidriada. Como curiosidad, en este coro, en cuya parte inferior recibe ahora culto la Soledad, quedaron depositadas durante un tiempo las imágenes de Jesús Despojado tras la retirada de sus Reglas en 1942. Es más: la talla de Antonio Perea Sánchez salió desde esta capilla en el año 1988 con motivo del cincuentenario de la fundación de la hermandad, que tuvo lugar en la iglesia de San Marcos en 1938.