Los Simpecados del Rocío de Triana ya están en San Jacinto

Ambas representaciones se encuentran ubicadas en la Capilla del Sagrario de este templo trianero

Han sido trasladados de manera privada y ya reciben las primeras oraciones

Los Simpecados de Triana, bajo la Virgen del Rosario en la capilla Sacramental
Los Simpecados de Triana, bajo la Virgen del Rosario en la capilla Sacramental

Una instantánea que, a buen seguro, recordarán los rocieros del viejo arrabal y todos los devotos de la Blanca Paloma. Los Simpecados de la Hermandad del Rocío de Triana ya reciben culto en su nueva sede provisional, la Capilla del Sagrario de la parroquia de San Jacinto. Ambas piezas han sido trasladadas de manera privada hasta este nuevo enclave donde recibirán culto durante todo el verano.

El motivo de esta reubicación de los Simpecados es el proyecto de obra que acometerá la hermandad en las próximas semanas de rehabilitación y logística en la casa hermandad y capilla, que van desde la mejora del aire acondicionado, aislamiento acústico y, además, el replanteo de los espacios, lo que conlleva invariablemente una intervención en la sede de la calle Evangelista. El Simpecado actual se sitúa a la izquierda, según se mira de frente al retablo, y el primitivo, de Rodríguez Ojeda, a la derecha.

Los Simpecados de Triana, en la parroquia de San Jacinto
Los Simpecados de Triana, en la parroquia de San Jacinto

La Capilla del Sagrario de San Jacinto está presidida por un retablo de finales del siglo XVIII atribuido a Francisco Acosta el Mayor (hijo de Cayetano de Acosta) y ha sido profundamente restaurado durante la pandemia, con un equipo liderado por Carlos Peñuela, Ana Marín López y José Carlos Córdoba, tratándose de la primera intervención que se le practicaba desde su instalació hace dos siglos y medio. La Virgen del Rosario, también atribuida al círculo de dicho autor, protagoniza dicho retablo, muy afectado en su día por las alteraciones del muro y humedades.

El Rocío de Triana conserva dos extraordinarios Simpecados. El antiguo contiene, en su zona central, una pintura original al óleo sobre cobre de 1854, que representa a la Santísima Virgen del Rocío, siendo la mayoría de los bordados obra confeccionada en dos etapas distintas del insigne bordador Juan Manuel Rodríguez Ojeda, la primera de 1889, cuando el Simpecado pasa de ser de color blanco de raso a terciopelo verde y una segunda, cuando se le introduce alrededor del tondo central, unas mallas en hilos metálicos dorados con seda de color verde entrelazados en 1919.

Buscando una mayor similitud con la imagen venerada en Almonte, en enero de 1936 se decide realizar un nuevo Simpecado encargándose su diseño a Ignacio Gómez Millán, quien supervisa minuciosamente la ejecución de los bordados que se llevan a cabo en el taller de don José Caro Márquez. Además de lo novedoso de su diseño, hay que poner de relieve la originalísima y vanguardista idea de representar a la Santísima Virgen mediante una imagen de talla, en lugar de pintada o bordada como hasta el momento, siendo el imaginero don Antonio Castillo Lastrucci el artista seleccionado para su hechura. Por su parte, la confección de las piezas ornamentales se encomienda al buen hacer del orfebre don Jorge Ferrer Caro.

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