Sesenta años de una estampa emblemática: el Gran Poder y las Misiones de 1965

Se cumplen seis décadas de aquella salida de Jesús del Gran Poder en su camino hacia Amate con motivo de las Misiones de 1965

Lo acompañó la Virgen del Mayor Dolor, y ambas imágenes tuvieron que refugiarse en Nervión por la presencia de la lluvia

El Gran Poder abandonó el centro por el entorno de la Alfalfa y San Nicolás
El Gran Poder abandonó el centro por el entorno de la Alfalfa y San Nicolás

Era un 30 de enero de 1965. Rayando las primeras luces del día -precisamente como ocurrió en 2021- se abrieron las puertas de la parroquia de San Lorenzo, donde aún tenía su sede la hermandad del Gran Poder. En unas sencillas andas, y vistiendo túnica lisa, el Señor de Sevilla traspasaba el umbral del dintel para poner rumbo al barrio de Amate, participando así en una de las iniciativas pastorales más ambiciosas desde que se tienen registros en nuestra ciudad: las Misiones Generales impulsadas por el Cardenal Bueno Monreal, con el objetivo de ofrecer cobertura y respuesta espiritual a los nuevos núcleos poblacionales incipientes que se estaban desarrollando en las periferias de la ciudad.

Más de un centenar de imágenes devocionales -cuestión quizás impensable en nuestros días, a pesar de los medios- partieron mayoritariamente el 28 de enero a sus respectivos lugares de culto, propiciando estampas en todo caso irrepetibles. No solo por las distancias o las impresiones geográficas, sino por los entornos en sí: tallas con siglos de historia recibiendo veneración en carpas, garajes, espacios industriales... Y hasta casetas de feria. Pero ahí radicaba la motivación del cardenal: 16 zonas y más de 160 centros misionales esparcidos por toda la metrópoli, desde el Cerro hasta Juan XXIII, pasando por Su Eminencia, Bellavista, La Bachillera, la Cruz Roja o San Jerónimo.

El Gran Poder a su paso por la iglesia de San Nicolás
El Gran Poder a su paso por la iglesia de San Nicolás

Como apuntamos, una de las hermandades participantes fue la del Gran Poder, que llevó a sus dos imágenes a la iglesia de Santa Teresa y a San Fernando, instantánea que se reprodujo hace ya casi cuatro años con la imagen de Juan de Mesa en el mismo enclave. En su discurrir por el centro, la comitiva buscó abandonar el casco histórico por el entorno de la Alfalfa, ofreciendo así algunas estampas hoy día reconocibles por todos los sevillanos, como su paso por la iglesia de San Nicolás, sede de la hermandad de la Candelaria, San José o el puente de San Bernardo, tomando un itinerario similar en el regreso a la Catedral durante la Misión de 2021, una vez concluida su estancia en los Tres Barrios. En torno al mediodía, con celeridad y premura por la amenaza de lluvia, el Señor llegó hasta el Hospital de San Juan de Dios, donde fue recibido con entusiasmo y repiques de campanas.

Allí se rezó un rosario y, apenas media hora después del inicio del culto, la lluvia hizo acto de presencia y se encontró refugio (no sin dificultades) en la parroquia de la Concepción Inmaculada, tras la visita célebre al taller del ex futbolista sevillista Juan Araújo, donde nunca llegó a cobijarse por las dimensiones de la cruz. Fue la Cofradía del Sagrado Corazón, la única por aquel entonces establecida en Nervión, la que logró abrir las puertas del templo para que Jesús del Gran Poder y la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso pudieran guarecerse de las inclemencias del tiempo. A las cinco de la tarde se emprendió de nuevo el camino hasta Amate.

En aquel barrio permaneció, como el resto de imágenes en sus respectivos enclaves, durante quince días, hasta que todas regresaron al centro de la ciudad. Sesenta años de un acontecimiento hoy casi utópico que sembró la semilla de la evangelización en los nuevos barrios de Sevilla, muchos de ellos actualmente de un incontestable peso social.

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