Los Servitas bendice el monumento funerario a Dubé de Luque
Se trata de una obra diseñada y ejecutada por su hijo, Antonio Jesús Dubé Herdugo
Quedará ubicada en la pared izquierda de la capilla de la Virgen de la Soledad
Una procesión que sabe a reconquista
La hermandad de los Servitas ha bendecido, recientemente, el monumento funerario en memoria de Antonio Dubé de Luque, una figura esencial para conocer la evolución estética de la cofradía y, por supuesto, por su vinculación con María Santísima de la Soledad. El monumento, realizado por su hijo Antonio Jesús Dubé Herdugo, quedará situado para siempre en la pared izquierda de la capilla donde recibe culto la dolorosa que el propio autor retallara en su día.
Se plantea la obra a modo de cartela, en la que se busca a través de una simbología directamente inspirada en el propio Dubé de Luque "ensalzar su memoria por la significación tan acusada que tuvo en tanto en nuestra hermandad como en su producción escultórica, pictórica y proyectista", apunta la corporación. Representa dicho relieve una alegoría en la que aparece la imagen de la Virgen de los Dolores y el Cristo de la Providencia. A ambos lados, se sitúan dos ángeles, de los que el de la izquierda sujeta una paleta de pintor con pinceles y el del lado derecho sostiene en este caso un cojín donde aparece una gubia y un mazo. Este último vuelve su mirada en dirección al altar de María Santísima de la Soledad.
Ambos representan "la idea de que el artista puso su arte y buen hacer al servicio del Señor y la Santísima Virgen. Todo ello es enmarcado por una ornamentación vegetal al estilo barroco dieciochesco, muy presente en nuestro patrimonio artístico, conocido popularmente como rocalla o pellejina", apostilla la descripción. En la parte superior destaca una cartela donde aparece en bajo relieve su retrato mirando al altar de la Virgen de la Soledad.
La pieza ha sido fundida en bronce en la localidad de Valencina de la Concepción, en la Fundición Marcelo.
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