El Señor de la Cena ya está en su paso a la espera del traslado al altar del Corpus

Sin solución de continuidad, la ciudad se adentra paulatinamente en la celebración de su solemnidad más antigua: la del Corpus Christi. Los balcones se adornan, los escaparates reflejan sus más sinceras galas y el pueblo se echa a la calle para respirar la pureza de lo imperecedero. Y a todo este escenario impagable se suma otra estampa emblemática del Corpus contemporáneo: el Señor de la Sagrada Cena ya está preparado para su traslado al altar que preside en el Palacio Arzobispal, en la fachada de la calle Cardenal Amigo Vallejo.

La priostía de la hermandad de la Cena ha culminado, en estas últimas horas, las tareas de montaje y colocación de la imagen de Sebastián Santos en el paso del Señor de la Humildad y Paciencia, obra de Guzmán Bejarano. De este modo, y tras procesionar el año pasado con todo el misterio al completo, se retoma el formato habitual y común que todos conocemos.

Se cumplen, por tanto, 53 años de aquella primera vez en que el Señor de la Sagrada Cena presidió un altar para la procesión del Corpus, como imagen que encarna la transustanciación. Fue en 1970 cuando, de manera privada, la imagen fue llevada hasta Placentines para presidir un altar efímero levantado por la corporación. Posteriormente lo haría en unas andas sencillas hasta que en los años ochenta se formaliza el traslado sobre el segundo paso de la cofradía.

Así las cosas, todo está preparado en la iglesia de Los Terceros para el traslado del Señor a partir de las 6:30 de la mañana del próximo jueves, pero aún con un ojo en el cielo a expensas de la evolución de la inestabilidad atmosférica que, previsiblemente, afectará a Sevilla en los próximos días. Por el momento, paciencia y cautela. A falta de la inclusión de las flores, la imagen viste túnica blanca lisa y porta mantolín rojo bordado en oro.

Entre los actos a destacar de esta semana, antes de la celebración del Corpus, se encuentra el concierto de marchas procesionales que ofrecerá la banda de Las Cigarreras el miércoles en la iglesia, formación musical que acompaña a esta imagen desde hace ya varias décadas. Son muchos los músicos que, cuando toman la decisión de abandonar la banda, hacen efectiva su despedida en la procesión del Corpus, por lo que cobra especial relevancia para toda la familia cigarrera.