Santa Marta conmemorará junto a la Lanzada el 25 aniversario de la última salida de San Martín

Una entrañable eferméride que recordará tiempos no muy lejanos y que aún perviven en la memoria de numerosos cofrades. Las hermandades de Santa Marta y La Lanzada han alcanzado un acuerdo para celebrar, conjuntamente, el 25 aniversario de la salida de la cofradía del Lunes Santo desde la iglesia de San Martín, templo en el que residieron durante prácticamente toda la década de los noventa.

De este modo, de forma excepcional, el próximo Lunes Santo de 2025, una representación oficial de la hermandad de la Sagrada Lanzada participará en la estación de penitencia de la hermandad de Santa Marta. Asimismo, como muestra de reciprocidad, el Miércoles Santo de 2025, será la hermandad de Santa Marta la que formará parte del cortejo procesional de la cofradía de San Martín. La representación de cada hermandad estará compuesta por cinco hermanos, quienes portarán varas y el Estandarte corporativo, acompañados por el Hermano Mayor de la respectiva corporación. "Este acto simbólico busca reforzar los vínculos entre ambas Hermandades y subrayar la importancia de la cooperación y el cariño mutuo dentro de nuestra Semana Santa", señala la cofradía del Miércoles Santo, esperando que "este gesto, cargado de devoción y fraternidad, enriquezca aún más los momentos de fe y comunión de nuestros días grandes, recordando el compromiso y la historia que compartimos en el camino hacia el Señor".

La estancia de Santa Marta en San Martín se desarrolló entre el 23 de febrero de 1990 y el 1 de diciembre de 2000. Lo que a priori parecía que iba a constituir una época de dificultad resultó ser un periodo de notable desarrollo de la vida corporativa y de grato recuerdo por lo agradable de la estancia y las vivencias inolvidables compartidas con los hermanos de la Lanzada, gestándose una unión que a día de hoy pervive. El 6 de diciembre de 1989 se desprendió una viga de la techumbre de San Andrés, lo que provocó el cierre del templo parroquial. Ante la imposibilidad de celebrar los cultos y estación de penitencia desde la sede canónica, se acordó trasladar las imágenes titulares a la cercana de San Martín, instalándolas en la Capilla de la Santa Espina.