'Santa Marta', de La Algaba: una agrupación adelantada a su tiempo

Esta recordada formación marcó una época en los años ochenta y numerosos cofrades guardan un grato recuerdo de ella

Acompañó unos años al paso de misterio de Las Siete Palabras

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La agrupación en concierto en Torredonjimeno, allá por 1997

Han sido -y son- días señalados en una localidad sevillana de honda tradición cofradiera. La Algaba celebró, este pasado lunes, la festividad de su patrona, Santa Marta, una de las fechas más esperadas en el calendario local. Cientos de vecinos se echan a la calle para disfrutar de las fiestas, la gastronomía, los particulares toques de clarín o los juegos veraniegos infantiles. Todo ello tiene como colofón la procesión de la santa, a la que veneran los algabeños desde hace siglos.

Precisamente esta advocación, en tiempo, sirvió como nombre y título a una institución que, a pesar de su breve existencia, se antoja indispensable para conocer la evolución de todo un género musical. Nos referimos (y a buen seguro a los nostálgicos se le esbozará una sonrisa), a la Agrupación Musical Santa Marta, de La Algaba, una formación completamente adelantada a su tiempo y que elevó las cotas de este estilo a niveles insospechados para su contexto histórico. Buena parte de las melodías y las instrumentaciones que hoy conocemos en el género beben o se soportan en la afinación, la melodía o las partituras que esta entidad interpretaba en cada procesión.

La Agrupación de Santa Marta por las calles algabeñas

Realmente, tal y como se señala en Patrimonio Musical, poco se conoce de esta banda, acaso que durante cinco años, de 1983 a 1988, acompañó al paso de misterio de Las Siete Palabras en la tarde-noche del Miércoles Santo. Su fama sobrepasó incluso los límites de la provincia, y aún se recuerda su música allá por la plaza de San Marcos, en Jerez de la Frontera, donde acompañó al paso de misterio de La Cena durante los años noventa. HIzo también lo propio en la Oración en el Huerto, de El Puerto de Santa María. En torno a principios de siglo terminó por disolverse, y aunque hubo intentos de revitalización hace dos décadas, no fructificó. Como curiosidad, tanto caló en Jerez que se creó en esta ciudad una agrupación con el mismo nombre, y que hoy día sobrevive bajo el nombre de Caridad pero en estilo de cornetas y tambores.

El éxito de esta formación se sustentaba en la creación artística de sus directores: Antonio Gallardo y Manuel Herrera Raya, manteniéndose este último en activo y considerado un compositor esencial del género. Introdujeron los bajos en la melodía, acompañando la voz de las trompetas, pero sin duda la composición marcó un antes y un después. Lanzaron al mercado hasta tres trabajos discográficos. El primero de ellos, Costalero con Amor y Soledad, se nutría de clásicos de las agrupaciones, como Costalero, Saeta o Creo en Jesús, junto con composiciones de Herrera Raya como Amor y Soledad o Jesús del Soberano Poder. Como curiosidad, en este disco se adaptó la marcha Requiem, de cornetas y tambores. En 1990 editan otro título reseñable, Cristo del Amor, con marchas de Herrera Raya tales como Cristo de la Misericordia, Jesús Cautivo o Sagrada Cena.

Portada del disco Fons Vitae

Pero sin duda, el más celebrado fue Fons Vitae, considerado como uno de los mejores jamás publicados en el género de las agrupaciones. En él se incluyen marchas compuestas por el citado Herrera, y que son verdaderos referentes, como Sangre de Cristo, De vuelta a San Marcos o Transitus Domini, todo un clásico. Afortunadamente, otra formación vecina, la del Nazarno de la Algaba, aún nos ofrece la posibilidad de escuchar a este autor en Sevilla, y sobre todo, de devolvernos aquellos ecos que forman parte de la memoria sonora de nuestra Semana Santa.

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