San Esteban propondrá a sus hermanos una salida extraordinaria del Cristo de la Salud y Buen Viaje

La hermandad de San Esteban ha convocado a sus hermanos a un cabildo general extraordinario el próximo 14 de febrero, a continuación del general de cuentas y de salida, para tratar un único punto de especial relevancia de cara a próximas fechas. En concreto, en dicho cabildo se propondrá a los cofrades la aprobación, si procede, "de salida extraordinaria de Nuestro Santísimo Cristo para celebración de la festividad litúrgica de Cristo Rey en la S.M.P. Iglesia Catedral de Sevilla".

Aunque no se especifican más detalles acerca del asunto, la idea de la corporación es, efectivamente, trasladar a su titular cristífero, el Cristo de la Salud y Buen Viaje, al templo mayor hispalense con el objeto de presidir la celebración de la festividad de Cristo Rey, fechada el último domingo del año litúrgico del rito romano, oscilando por lo general a finales del mes de noviembre, entre los días 20 y 26.

Además, esta propuesta podría sustentarse, de algún modo, en la celebración del centenario fundacional de esta cofradía, previsto para el próximo 2026, dotándolo de un carácter extraordinario en cuanto a cultos externos se refiere, máxime cuando las Normas Diocesanas sí permiten la celebración de procesiones extraordinarias por este motivo. A todo ello se le añade que la corporación del Martes Santo recoge en su Regla 108 la celebración anual de una misa solemne en honor a Cristo Rey en la iglesia de San Esteban, por lo que se trasladaría la celebración de este culto a la Catedral.

La hermandad de San Esteban se fundó el día 9 de mayo de 1926 cuando así lo acordaron las treinta y dos personas que se reunieron en la sacristía de la parroquia de San Bartolomé bajo la dirección de nuestro hermano y entonces coadjutor de dicha parroquia, el siervo de Dios D. Rafael Galán Escalante.

La finalidad de su fundación fue dar culto público a una antigua imagen de terracota que desde dos siglos atrás, al menos, se veneraba en una capilla situada en la cabecera de la nave de la epístola de la iglesia de San Esteban. Esta capilla poseía una ventana a la calle y, a través de ella, los caminantes y viajeros que salían de la ciudad por la cercana Puerta de Carmona se encomendaban al que era conocido, popularmente, como el Señor de la Ventana para que les concediera salud y un buen viaje.