"Un milagro ha unido de nuevo a Torres Padilla y Ángela de la Cruz"

Se llama Salvador Aguilera López, nació en Ronda, desde hace años reside en el Vaticano y ha sido el postulador de la causa para beatificar al padre José Torres Padilla, cofundador de la Compañía de la Cruz. Este acontecimiento religioso tendrá lugar este sábado, a las 11:00, en la Catedral de Sevilla, para lo que se ha dispuesto un amplio despliegue técnico que desde hace días es visible en la Plaza de la Virgen de los Reyes. En dicho enclave atiende a este periódico en la víspera de una jornada señalada en rojo por la Iglesia de Sevilla y las hijas de Santa Ángela de la Cruz desde que la pasada primavera fuera anunciado el decreto que verifica el milagro atribuido a este canónigo de origen canario, que ejerció su sacerdocio en la Archidiócesis hispalense.

"Cuando realicé el 'Studium', organizado por el Dicasterio de las Causas de los Santos, las Hermanas de la Cruz de la comunidad de Roma me pidieron ser el postulador de la fase romana del canónigo José Torres Padilla", recuerda este sacerdote rondeño, que en 2007, con 25 años, fue ordenado sacerdote en la Archidiócesis Primada de Toledo. "Desde mi infancia en Ronda siempre he visto a las hermanas de la Compañía de la Cruz llevando la caridad a las casas de los más pobres. Mi vocación sacerdotal ha estado acompañada en todo momento con la oración de las hijas de Santa Ángela de la Cruz", precisa el postulador.

Ya ha participado con anterioridad en procesos de estas características. Lo hizo con la del Siervo de Dios Ismael Perdomo, arzobipso de Bogotá, que fue declarado Venerable. Ahora, eso sí, es la primera vez que interviene en una beatificación. La tercera causa en la que ejerce de postulador es la del médico malagueño José Gálvez Ginachero, la cual se encuentra en la fase inicial tras la elaboración de la Positio. "Ya ha pasado los consultores históricos y ahora le toca el turno a los teólogos para que, si todo está bien, llegue a ser declarado Venerable", precisa.

Los cuatro pasos

Debe recordarse que el camino a la santidad se divide en cuatro pasos: Siervo de Dios, Venerable, Beato y Santo. El padre Torres Padilla se encuentra en el tercero, para lo que la labor de Salvador Aguilera como postulador ha resultado fundamental. Este sacerdote que reside en el Vaticano menciona las fechas clave. De 2014 a 2016 tuvo lugar en Sevilla el proceso diocesano. Pasó luego a Roma, donde el trabajo obtuvo su primer resultado el 17 de mayo de 2022, cuando se reconoció que el canónigo sevillano "vivió las virtudes teologales y cardinales en grado heroico".

Para ser reconocido beato se requiere la atribución de un milagro. Éste se produjo en 2018, con "una curación inexplicable desde el punto de vista religioso". Se abrió para ello un proceso diocesano desde el 28 de enero al 9 de abril de 2019. Dicha documentación se trasladó al Vaticano, donde el pasado 14 de marzo el papa Francisco autorizó la promulgación del decreto sobre el milagro atribuido a la intercesión del confundador de las Hermanas de la Cruz.

"En un artículo publicado en 'L'Osservatore Romano', el periódico oficial de la Santa Sede, dije que el milagro ha unido de nuevo los nombres de José Torres y Ángela Guerrero, al ser una hija de ambos sobre la que se ha obrado para que veamos en la gloria de los altares, junto a Santa Ángela de la Cruz y Madre María de la Purísima, al pobre y humilde canónigo Torres Padilla", señala el postulador de la causa.

Un culto limitado

La beatificación, a diferencia de la canonización (declaración de santo), sólo permite "un culto delimitado" y no extendido en la Iglesia Universal, como ocurre en el segundo caso. "El culto a las reliquias se dará en los lugares en los que la normativa litúrgica vigente permite la celebración del beato José Torres Padilla", explica este presbítero, que los detalla a continuación: la Diócesis Nivariense, por ser donde nació; la Archidiócesis de Sevilla, donde ejerció su ministerio sacerdotal y murió; y el instituto que fundó junto a Santa Ángela de la Cruz. Por tal motivo, se venerará en todas las casas de las Hermanas de la Cruz, ya sea en España, Argentina o Italia.

En el culto al nuevo beato, Aguilera destaca el tapiz que se descubrirá en la ceremonia de este sábado, obra del pintor malagueño Raúl Berzosa. También señala al escultor José María Ruiz Montes, quien ha realizado "la Authentica", esto es, el documento que autentifica la reliquia que este sacerdote firma como postulador.

Las celebraciones por la beatificación del padre Torres Padila continuarán los próximos días. La Catedral de Sevilla acogerá este domingo, a las 10:00, una misa de acción de gracias. El lunes, en la Casa Madre de las Hermanas de la Cruz, Salvador Aguilera presidirá una eucaristía. Este día viajará a Tenerife, donde le espera una intensa semana de oficios religiosos para festejar el acontecimiento: en Santa Cruz de la Palma, La Orotava, San Sebastián de La Gomera y San Cristobal de La Laguna. "Y de ahí, de nuevo a Roma, a ver si pronto llega un segundo milagro y nos ponemos a trabajar para la tan deseada canonización del que sería San José Torres Padilla", añade este sacerdote.

"El Santero"

La infancia de Torres Padilla estuvo marcada desde bien temprano por "la fama de santidad". "Ya en Sevilla era llamado 'el Santero' por ser el director de almas tan privilegiadas como Santa Ángela". "Él mismo decía que el Señor le había puesto en su camino estos ejemplos de santidad para hacerle crecer en humildad", subraya Aguilera, para quien el nuevo beato se convierte en la actualidad "en un ejemplo a seguir y al que nos podemos encomendar".

Torres Padilla fue precursor de la nueva caridad que la Iglesia desarrollaría en el siglo XX y que mantiene plena vigencia en la actual centuria. Una caridad que no se limita a dar limosna, sino que requiere de una entrega total. "En la homilía del primer aniversario de la fundación de la Compañía de la Cruz decía que la Iglesia, la vida esencial de la sociedad humana, es y siempre será la caridad. Hemos sido creados para amar y ser amados, y amar al sumo bien Dios, y a cada hombre por Dios". Fueron las palabras y "el motor" de este canónigo que, según Salvador Aguilera, motivaron a las Hermanas de la Cruz a "llevar el alimento material acompañado del alimento espiritual".

Además de Santa Ángela, el nuevo beato fue director espiritual de la Hija de la Giralda y la Madre Sacramento, entre otras sevillanas que se encuentran camino de los altares. Una edad de oro en la espiritualidad sevillana -pese al convulso siglo XIX- que no acabó ahí. "¡Siempre es edad de oro en Sevilla! Como olvidar a San Manuel González, al beato Marcelo Spínola, a Santa María de la Purísima o a don Miguel de Mañara, tantos 'santos de la puerta de al lado', expresión del papa Francisco", exclama este postulador, quien incide en que "ahora también hay santos, que los conocerán aquéllos que nos sucedan, cuando vuelvan a repicar las campanas de la Giralda porque siempre es edad de oro en la santidad sevillana".