El retrato de Ruesga Bono: Tintorería
Terminada la Semana Santa gran parte de los hermanos, preferentemente las madres y esposas, suelen lavar las túnicas, bien en casa o en la tintorería más cercana para guardarlas hasta el año siguiente.
Pero hay mucha gente que se olvida y la ropa de penitente va a la bolsa sucia y con manchas de cera y, claro está, llegados los días de víspera pasan por el establecimiento de lavado, llegándose a triplicar el trabajo en las tiendas especializadas en limpieza.
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