Viñetas Cofrades, la ‘hermandad’ del cómic
Retahílas
Ocho años después, los hermanos Díaz-Cantelar sacan el octavo número
Entre las historias, los bomberos de Nueva York que un año después del 11-S salieron con los Javieres
El 'tapado' de la Generación del 27

Han vuelto. Han cogido el NO&DO, el símbolo de la ciudad, logo del infinito, y lo han puesto de pie. Después de ocho años sin salir, estos nazarenos de la ilustración, Damián y David Díaz-Cantelar García-Junco (Sevilla, 1974 y 1975 respectivamente), han sacado a la calle el octavo número de Viñetas Cofrades, un producto de Estudios Buenavista con el que este año harán la estación gráfica de penitencia hermanos de Montserrat, la Lanzada, el Cerro, el Buen Fin, Santa Genoveva, los Javieres y, por alusiones, el Resucitado. Siete cofradías, la media de cualquier día de la Semana Santa de Sevilla.
Hijos de los pintores Emilio Díaz-Cantelar y Enriqueta García-Junco, Damián tiene 50 años y David los cumplirá este año. Nació cuatro días después de la muerte de Franco. Juntos suman un siglo de las luces: luces de cirio, de candelabro, de varales, de mucha imaginación. Damián estudió Derecho y es el coordinador, el cerebro del proyecto. David le pone corazón. Hizo Bellas Artes, compañero de promoción de Ana Isabel Gamero, conservadora del patrimonio de la Catedral de Sevilla, cordobesa de Palma del Río, sevillana de Peñaflor, la doble vía del tren y del río, que hizo las veces de maestra de ceremonias.
Estos ocho años no han estado de brazos cruzados. El Cabildo de la Catedral les encargó sendos números monográficos de San Fernando, Murillo y las Santas Justa y Rufina y la conservadora les anunció en la presentación una nueva tarea, un cómic sobre la relación entre la iglesia de Santa Ana y Alfonso X el Sabio, encargo personal de Manuel Soria, párroco de Santa Ana. El mismo que les encomendó el de las patronas de la ciudad cuando era el director pastoral de la parroquia de las Santas Justa y Rufina frente al Turruñuelo. También han hecho una versión ilustrada de la Hermandad de la Estrella que le han entregado a todos los nuevos hermanos de la cofradía de la calle San Jacinto.
Para este regreso se presentaron en sociedad en el espacio Victoria de la Puerta Osario. Muy cerca de los Negritos, San Roque y Santa Catalina, equidistantes de las estatuas de Antonio Machín y Perejil. Ocho años sin salir, ocho números en circulación, el número mágico del rockero Silvio (Rezaré ante ti), que nació un 8 del 8 de 1945 en La Roda de Andalucía.
El primer número
Sin imaginar los resultados de su envite, sacaron el primer número en 2011, “en plena crisis”, recuerda David, “ese año nació el mayor de mis dos hijos y ya tiene catorce años”. Hasta 2017 no faltaron ni un solo año. Ya han sacado historias de 42 hermandades y sólo les quedan 18 por contar. Cómic y Semana Santa. En un ámbito tan tradicional, a priori parecía agua con aceite. Todo lo contrario. “En las Viñetas Cofrades están las músicas y los olores, es que notas hasta el incienso”, dice Ana Isabel Gamero.
¿Ibáñez o Escobar? La disyuntiva de dos clásicos del tebeo la resuelve diplomáticamente David. “Son dos genios. Siempre nos gustó la línea clara de Tintín y por no salirnos de Sevilla la escuela que creó en las publicaciones del Monte Pedro Tabernero, con virtuosos como Miguel Calatayud. De las nuestras han dicho que son las primeras viñetas barrocas de la Semana Santa”.
La conservadora del patrimonio eclesiástico destaca que estas ilustraciones tienen como elemento fundamental la fe de la que las obras de arte, la tesis que siempre defendió Enrique Valdivieso, serían simples herramientas expresivas. Quien llegue hasta el final de este número se encontrará con la frase fundamental, que aparece bajo el Resucitado de Buiza. De la Carta de San Pablo a los Corintios: “Si Cristo no hubiera resucitado, vana sería nuestra fe”.
Damián y David quieren dedicarle este octavo número de Viñetas Cofrades a tres personas: Eufrasio Mora, padre de Sergio Mora, uno de los ilustradores; Rafael de Cózar, buen amigo de los dos y de su padre, que les presentó el número 2 de la colección; y José Ignacio Jiménez Esquivias, “el sevillano que más sabía de cofradías”, que fue padrino de bautizo del número 4. A la presentación acudió Juan Antonio Huguet Petrel, profesor del pequeño de los hermanos, que también les presentó otro número de la colección.
Una lección de Historia
Este número de Viñetas Cofrades es también una lección de Historia. Un año antes del quinto centenario de su boda en Sevilla con Isabel de Portugal, hay una ilustración muy verosímil de Carlos V, que le dio a la Hermandad de la Lanzada el título de imperial. Y también aparece el duque de Montpensier, que figura como mecenas de la Hermandad de Montserrat, protagonista de la primera historia. Fundada por comerciantes catalanes, su Cristo es obra de Juan de Mesa. La Virgen viajará a Barcelona para participar en la eucaristía conmemorativa del milenio fundacional del Monasterio de Montserrat.
En 1956 llega al Tiro de Línea la imagen de la Virgen de las Mercedes que hoy da nombre a la calle que antes se llamó General Merry y Pilar Bardem. El Lunes Santo de 1958 hace su primera estación de penitencia. Tiempos del paso a nivel en la esquina de Almirante Topete con Felipe II por el paso del ferrocarril.
Un profesor dedica una de sus clases a contarle a sus alumnos historias de las hermandades de la Lanzada, el Cerro y el Buen Fin. La vinculación de ésta con la orden de los franciscanos lleva a la portada a monseñor Carlos Amigo Vallejo, que perteneció a la congregación fundada por Francisco de Asís.
Los ilustradores
La ilustración de la portada es obra de David Cabeza, que con Shiva Prakash firma los dibujos del relato gráfico Los bomberos de Nueva York en la Semana Santa de Sevilla. El primer dibujo es el de las Torres Gemelas antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001. En esa ciudad estaba Gary Bedell, que vino a Sevilla para la Expo con el pabellón de Canadá y realizó los trámites para que una delegación de los bomberos de Nueva York acompañara el Martes Santo de 2002 a la Virgen de Gracia y Amparo de la Hermandad de los Javieres, con la que Bedell había sido el primer costalero extranjero de la Semana Santa de Sevilla.
Álvaro Sarraseca, David Antón Puste, Javier Monsalvett y Nacho Tenorio completan la nómina de ilustradores de una revista maquetada por Bernardo Jiménez Tomán. “En el cómic de San Fernando”, contaba Ana Isabel Gamero, “mis dos sobrinas de siete años, Carmen y Araceli, aprendieron los números romanos y a rezar el Padrenuestro en latín”.
En Palacio
Ayer viernes, los hermanos Díaz-Cantelar llevaron ejemplares del número octavo de Viñetas Cofrades a Palacio, donde le entregaron uno a Francisco Ortiz, deán de la Catedral. En sus páginas, como en los números precedentes, hay guiños, cameos, intrahistorias. “Hemos respetado la Semana Santa tal como es”, dice Damián, “con la única licencia de quitar los teléfonos móviles. Es absurdo. Se pierde la sensación del instante. Pasa en la Semana Santa, en los conciertos, en los museos”.
Los dos son hermanos del Baratillo, Gran Poder y Trinidad. Damián, además de estas tres, también lo es de la Amargura. Domingo de Ramos en San Juan de la Palma. Hay dos presencias del Cerro del Águila: la de la hermandad del barrio y la presencia de La Cuadra de Salvador Távora en Nueva York, con el verismo de esas imágenes, para representar Carmen un día después de los atentados.
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