Uno que era más que Jonás y Salomón
Retahílas
Cantores de Híspalis recorre Andalucía entera con su oratorio ‘El Mesías’
Se lo dedican a Pascual González y es un salto adelante en su trayectoria en este tipo de espectáculos
Judas también lo vendió en jueves
No os dejéis llamar maestros, porque uno solo es vuestro maestro, el Mesías”. Esto dice el Evangelio de San Mateo en su dura diatriba contra los escribas y fariseos que se sentaban en la cátedra de Moisés. Con título de Haendel y ecos del Evangelio de Mateo que llevó al cine Pier Paolo Pasolini, los Cantores de Híspalis dan un salto adelante con su oratorio El Mesías, una idea original de José Enrique de la Vega, que acompaña al piano, y unos rigurosos textos literarios de los hermanos Francisco y Antonio Martínez Bizcocho. Nacidos en Francia, hijos de la emigración, forman parte de la rica cantera artística de La Puebla del Río. La patria chica de Antoñita Moreno, que cantó unas inolvidables saetas en la Semana Santa de Cuenca en la película de Orson Welles Mr. Arkadin.
El oratorio El Mesías lo estrenaron Cantores de Hispalis el 25 de febrero en Ayamonte. La prueba de fuego fue la doble sesión, matinal y vespertina, el 28 de febrero, en el Cartuja Center de Sevilla. Nadie es profeta en su tierra, dicen también los Evangelios, pero en este caso no se cumplió el aserto. Quien esperase un arrebato folklórico por la fecha de la puesta de largo, una teología del andalucismo, se llevaría una gran decepción.
El Mesías es una apuesta y una propuesta muy novedosa en la trayectoria de este cuarteto. Juan Luis Calceteiro, Juani, superviviente del grupo fundacional, que además coordina la producción, miró a lo alto al final del espectáculo, y se lo dedicó a Pascual González, alma de los Cantores que daría su visto bueno a esta revolución estética en el hacer de sus compañeros y discípulos, palabra bien apropiada para lo que allí se contaba.
La guerra, el Covid y las pateras
El diseño creativo y escenografía digital, obra de Fran M. Roncero y Tamar Meneses, consigue una veracidad nada efectista, muy efectiva. Las primeras imágenes son impactantes: la guerra de Ucrania, la muerte en los hospitales por la pandemia, la tragedia de las pateras que llenan de muertos el Mar Vivo. Es como una declaración de intenciones para que el espectador sepa que esto no va de cartel de fiestas primaverales, de incienso y trabajaderas. Aunque es el argumento central de la Semana Santa.
Sin resurrección nada tiene sentido, decía San Pedro. El 9 de abril, Domingo de Resurrección, termina el primer ciclo de actuaciones contratadas. Lo harán en la localidad gaditana de Ubrique. Hasta entonces recorrerán las ocho provincias andaluzas, la mayoría de sus capitales, con salidas fuera de la comunidad a Murcia, la patria de Salzillo, el 26 de marzo, día del Pregón de Semana Santa de Enrique Casellas en el Teatro de la Maestranza, y a Ferrol el 1 de abril, Sábado de Pasión. La víspera del Pregón estarán en Málaga y el Sábado Santo en la localidad cordobesa y cofrade de Baena.
Cuando el oratorio se acercaba al final, con la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, todos los que ocupaban nuestra fila tuvimos que incorporarnos para que bajaran al escenario los hermanos Martínez Bizcocho. En su currículum aparecen sevillanas, pregones cofrades, pero todo ese bagaje queda al margen del mimo con el que han entretejido las historias del Mesías. Tres años de vida pública y 30 de misterio.
Ni una referencia local
Todo lo sustancial está en la obra: la matanza de los Inocentes, la lección de asombro ante los doctores, la huida a Egipto, las tentaciones, la última cena, el juicio. Una loable capacidad de síntesis para que las letras cantadas por los intérpretes no se convirtieran en encíclicas. Lo bueno si breve también vale para el mejor. El Mesías. Ni una referencia local, ni un guiño a la popularidad o la complacencia. Cuestas empinadas para subir al monte Tabor, al monte Carmelo, al monte Sinaí, cordilleras de la fe, premio de la montaña sin sermones.
Nada de la tierra de María Santísima, de saetas en el balcón, levantás dedicadas o querencias de confesionario. En El Mesías no hay una reivindicación de Sevilla como Nueva Jerusalén, analogía de la Nova Roma con que fue conocida la ciudad en el Renacimiento y la llamaba Vicente Lleó en una obra ya imprescindible. La búsqueda de los hermanos Martínez Bizcocho, sintéticos como los Quintero, profundos como los Machado, ha dado como resultado un retablo mayor de la interpretación. Cuatro hombres en el escenario: Juan Luis Calceteiro, cuya voz habría que encapsular; Carlos Ruiz, Alex Hernández y Diego Benjumea. Con el solo de la Virgen María, a la que da vida con su voz Antonia Ferrá, que además forma parte del coro y acomete varios instrumentos.
Los diez violines, las tres violas y dos de los violonchelos están interpretados por mujeres en una orquesta que coordina Lucía de la Vega. La pasada semana actuaron en Huércal-Overa (Almería), Huelva y Paterna del Campo. Pasado mañana, 11 de marzo, estarán en Granada y un día después en Alcalá de Guadaíra. En los días previos a lo señalados en el calendario de la Pasión pasarán por Dos Hermanas (16 de marzo) y Linares (18). El mes de marzo lo cierran en Córdoba (30) y Jerez (31), de donde a la mañana siguiente cruzarán la Península entera para estar en Ferrol, patria chica de Gonzalo Torrente Ballester, autor de Los gozos y las sombras. Los gozos del Pregón de Antonio Burgos; las sombras de los personajes que van apareciendo: Herodes, Caifás, Judas, Pilatos, Barrabás. El cerco inútil sobre uno que era más que Jonás y que Salomón.
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