El retablo de la Parroquia del Sagrario de Sevilla recupera su esplendor original

Tal y como lo terminaron Pedro Roldán y Valdés Leal en el siglo XVII para la capilla de los Vizcaínos del convento casa grande de San Francisco. Así se encuentra el retablo mayor de la Parroquia del Sagrario de la Catedral de Sevilla tras su restauración integral que ha sido presentada este jueves. La obra ha recuperado su estética original, incluidas las piezas de orfebrería que portan el Cristo Yacente, la Virgen, la Magdalena y San Juan. La intervención, promovida por la parroquia y acometida a través de la delegación de Patrimonio Cultural que dirige Antonio Rodíguez Babío, se ha desarrollado durante los últiomos siete meses. El arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz Meneses, presidirá el próximo sábado, día 7, la misa de acción de gracias por la finalización de todos los trabajos de restauración llevados cabo en este espectacular templo.

Desde la dirección de la obra, como ha publicado la web de la Archidiócesis, se subraya que “la intervención ha tenido como objeto la recuperación de este importante inmueble, devolviendo una unidad estética a todo el conjunto artístico”, así como “seguir estudiando y aprendiendo de la historia de la obra y del procedimiento que los autores han empleado en su ejecución”.

Un apartado importante de este proceso de intervención ha sido la actuación sobre el soporte, comenzando con la estabilización y sellado de las grietas, así como la limpieza de todas las maderas vistas, en particular en las cornisas. Particularmente, destaca la actuación sobre el soporte del relieve central de la Piedad, que ha sido desmontado casi en su totalidad.

Los restauradores destacan “la belleza y plasticidad” de las policromías de Valdés Leal, que estaban en muchos puntos ocultos por repintes históricos o acumulaciones de capas de barnices y grasas oscurecidas.

La actuación sobre el retablo coincide con la celebración del cuarto centenario del nacimiento de Roldán, y llega una vez que el Cabildo Catedral acometió la restauración integral del templo, que fue reabierto el pasado mes de diciembre. El retablo es obra de Francisco Dionisio de Ribas, que realizó la estructura, Pedro Roldán como autor de las tallas y Valdés Leal de su policromía.

El estudio previo destacaba el deficiente estado de conservación, “que hacía necesaria una intervención con relativa urgencia”. Las obras han sido ejecutadas por un equipo de siete conservadores restauradores dirigidos por Antonio Gamero y Agustín Martín, técnicos de la Delegación Diocesana de Patrimonio.

En las imágenes de este retablo algunos historiadores, como el catedrático Andrés Luque Teruel, ven una relación directa entre la familia Roldán y la Macarena. Los rasgos estilísticos son muy similares.

Con esta intervención se recupera una obra de gran importancia para la Iglesia en Sevilla y el patrimonio de todos los sevillanos, permitiendo nuevamente disfrutar en toda su magnitud de una obra cumbre del barroco.