Los restos del padre Torres Padilla ya descansan junto a Santa Ángela de la Cruz
El cofundador de la compañía será beatificado dentro de tres meses
Se ubicará junto al cuerpo incorrupto de Madre Angelita
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Una imagen del beato José Torres para el convento de las Hermanas de la Cruz
A menos de tres meses de la beatificación del venerable padre Torres Padilla, cofundador de la Compañía de la Cruz junto a santa Ángela de la Cruz, esta mañana se ha celebrado uno de los actos más solemnes que restan hasta la ceremonia que acogerá la Catedral de Sevilla el próximo 9 de noviembre. Sus restos mortales han sido trasladados desde la capilla de los Dolores hasta la sacramental, donde ya reposan dos santas de la compañía, santa Ángela y santa María de la Purísima. El acto ha sido presidido por el arzobispo de Sevilla, monseñor José Ángel Saiz, acompañado por los dos obispos auxiliares, monseñor Teodoro León y monseñor Ramón Valdivia, así como por el consejo general de la Compañía de la Cruz, el postulador de la causa, Salvador Aguilera, y los miembros de la comisión creada al efecto.
El féretro de madera abierto, con los restos mortales del próximo beato, presidía la capilla de los Dolores de la casa madre. Las religiosas llenaban la capilla y la estancia de entrada, en un ambiente de recogimiento y oración, mientras el arzobispo desatacaba las virtudes del sacerdote nacido en San Sebastián de la Gomera el 25 de agosto de 1811. Posteriormente, el secretario general de la Archidiócesis, Isacio Siguero, leyó el acta que firmaron a continuación el arzobispo y todas las partes actuantes en el proceso. Él mismo fue el encargado de introducir ese documento en el féretro antes de su cierre y lacrado definitivo.
Acto seguido, las religiosas iniciaron la procesión de traslado del féretro hasta la capilla mayor, como paso intermedio hasta su depósito en la capilla sacramental, bajo el sagrario, al lado del cuerpo incorrupto de Madre Angelita y cerca también de la que fuera madre general de la compañía, Santa María de la Purísima.
Ese será el emplazamiento definitivo del cofundador de la Compañía de la Cruz. Una capilla que se resume en la santidad, y que sigue siendo visitada a diario por innumerables devotos que evidencian el amor a una institución, a unas mujeres que encarnan a la perfección el estilo de vida que los fundadores marcaron para una compañía que, sin duda, es bandera de la Iglesia en Sevilla.
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