Análisis
Rafael Salgueiro
Conjeturas ante un nuevo mandato de Trump
La Hermandad de la Carretería es una corporación detenida en el tiempo, en el más historicista sentido del término. Si bien su estética ha ido variando con el devenir de los siglos (su fundación se remonta a mediados del XVI) hubo una horquilla temporal que especialmente incidió en la impronta y estética de la cofradía: el siglo XIX. El nuevo canasto del misterio y la transformación en las líneas del bordado con la firma de las Antúnez conforman ejemplos clarividentes de este cambio mantenido hasta nuestros días.
A todo ello le acompaña, además, la música, que no deja de ser un "principal complemento" que refuerza la puesta en escena y la identidad en la calle. La banda de música de Julián Cerdán, que acompaña cada Viernes Santo a la dolorosa de la antigua calle Varflora, compartió en sus redes sociales el repertorio interpretado en este 2023. Y, si sumamos la fecha de composición de todas las partituras interpretadas, nos remontamos más de noventa años atrás: 1934.
Durante toda la estación de penitencia, la formación sanluqueña interpretó 33 marchas procesionales, con una media de 5,2 minutos cada una, lo que en suma asciende hasta las tres horas de música. El autor más interpretado fue Manuel López Farfán, cuya marcha dedicada a esta imagen, Nuestra Señora del Mayor Dolor, fue interpretada cinco veces. El resto de las dedicadas (La Espada Dolorosa, La Carretería o Subida al Calvario, por ejemplo) una vez.
Tras Farfán prosigue una lista de autores capitales para comprender el devenir de la música procesional: Gámez Laserna, Font de Anta y Emilio Cebrián, con dos cada una. Precisamente, de este último autor son parte de las composiciones que están dedicadas a imágenes no sevilanas: Cristo de la Sangre (al crucificado toledano de Torrijos) y Nuestro Padre Jesús (al Abuelo de Jaén). Esta particular lista la complementan Desamparo y Cristo de la Expiración (del jerezano Beigbeder) y Cristo de Vera-Cruz, de Manuel Borrego.
En este repertorio se incluyen marchas anteriores al siglo XX, que "envejecen" la media de edad de las composiciones. Entre ellas, Quinta Angustia (que probablemente pueda ser la misma marcha que Carretería, de la que nunca se encontró su partitura y que es la más antigua de la que se tienen registros en nuestra Semana Santa), Ione o la marcha fúnebre de Chopin.
Por último, como curiosidad, destacar algunas marchas que no se escuchan con frecuencia tras nuestros pasos de palio, como Impresión de Jueves Santo en Sevilla (una de las últimas marchas de Farfán y que está dedicada a Antonio Filpo Rojas, quien fuera hermano mayor de San Bernardo) o Esperanza Macarena, de Quiles.
Un repertorio exquisito para una tarde irrepetible como es la del Viernes Santo sevillano.
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios