'El Refugio', la marcha olvidada de Vidriet que también cumple cien años
Música
La composición fue estrenada por la Banda del Maestro tejera tras la dolorosa de San Bernardo en 1925
Volverá a ser interpretada este sábado en un concierto interpretado por la banda del Liceo de Sevilla
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Es un aniversario eclipsado, por méritos propios, por Manuel López Farfán y su tríada revolucionaria, la cual conmemoramos en estos días. Sin embargo, es una composición que bien merece un recuerdo y un reconocimiento, puesto que en época supuso también un elogio de todos los cofrades de una cofradía. Se cumplen cien años del estreno de la marcha El Refugio, cuya firma se debe a Manuel Ruiz Vidriet y Rafael Carretero.
Se trata de una composición fechada en 1925, coincidiendo con el primer contrato de la Banda del Maestro Tejera para acompañar a la dolorosa de San Bernardo, a quien está dedicada. Los autores eran músicos de esta formación y de la orquesta del Teatro del Duque, junto al propio Tejera. Aunque no se conocen las motivaciones de la composición de la marcha, el primer acompañamiento a la Virgen, así como el impacto de una pieza procesional con acompañamiento de voces como Pasan los campanilleros el año anterior, propiciarían su génesis.
En la portada de la partitura se puede leer lo siguiente: «Lema: representa la entrada y salida de la Cofradía por la Santa Iglesia Catedral en el momento del “Miserere”». Se trata, por tanto, de una marcha descriptiva, por lo que es justo recordar que el citado MIserere de Eslava se interpretaba en el templo metropolitano el Miércoles y Jueves Santo. Según José Manuel Castroviejo, y tal y como recogen crónicas de la época, el propio Manuel Pérez Tejera refirió algunas cuestiones de su estreno años después: Se estrenaba aquel año la marcha “El Refugio”, y por una idea suya, a la mediación de la misma intercalaba el salmo del “Miserere” de Eslava, “Redde”, que precisamente era interpretado por cuatro niños, entre los cuales uno era el actual señor Villalba, que por entonces formaba parte como seise en nuestra Santa Iglesia Catedral. Al llegar a la Plaza de San Francisco había orden de no tocar, pues cantaban “saetas” los conocidos “cantaores” Rocío Vega y Centeno; al notar el hermano mayor, don Antonio Filpo Rojas, que la banda no tocaba, ordenó a Tejera interpretara la marcha “El Refugio”; no pueden ustedes figurarse las protestas que empezaron a producirse, y viendo que aquello tomaba caracteres feos, se inició el canto del “Redde” por los referidos niños, consiguiendo un éxito tal que fue felicitado por Su Alteza Real la infanta María Luisa, por el delegado de Festejos, don Miguel Bermudo, y por el propio comandante de la Guardia Municipal, señor Pedroso".
De acuerdo con la cita anterior, El Refugio consta de varios temas que se van sucediendo: toques de clarines de la Banda de Artillería, la Marcha Real de cornetas y tambores (simbolizando la entrada de la Cofradía en la Catedral), el Redde del Miserere y la Marcha Real de banda de música, representativa de la salida del palio por la Puerta de Palos. Aunque la repercusión fue notable, siendo incluso interpretada varias veces por la banda hasta en el mes de agosto, tras la guerra civil se decreta su prohibición, tal y como sucede con otras composiciones como Pasan los campanilleros y La Estrella Sublime. Podemos comprobarlo en unas actas de la Hermandad del Dulce Nombre en enero de 1944:
El Sr. Hermano Mayor, D. Pedro Giménez de Aragón informa en esta reunión, que sabía y le constaba, que en aquel año de 1944, no se permitiría en absoluto a ninguna banda de música, el tocar otras marchas que no fuesen fúnebres [...] Acordándose por unanimidad de todos los presentes en aquella sesión, que al pasopalio de la Cofradía volvieran a tocársele de nuevo dichas marchas procesionales, quedando prohibidas entre ellas de ser interpretar en adelante en esta Hermandad, entre otras composiciones cofradieras las tituladas “El Refugio” de Carretero y Vidriet, “Rocío” de Vidriet y Tejera, y “Pasan los campanilleros”, “El Dulce Nombre” y “La Estrella Sublime” todas ellas obras del hispalense de San Bernardo, Manuel López Farfán, que había acompañado a esta Cofradía y a su pasopalio durante varios años seguidos".
Aunque algunas de esas composiciones se recuperaron con el tiempo y se reincorporaron a los repertorios, El Refugio cayó en el más absoluto de los olvidos hasta que a mediados de la década de 1990 se localizó en la propia parroquia de San Bernardo la partitura para cuarteto de cuerda, única conservada en la actualidad. La Banda de la Cruz Roja la incluyó como recuperación histórica en su disco de 1996 "Marchas cofradieras de ayer y hoy. Volumen 2”, pero con una instrumentación de José Albero Francés que desvirtuó la concepción original de la obra. En 2015 el trombonista Ismael Jiménez Gómez realizó una nueva instrumentación. Esta versión fue estrenada por la Banda del Maestro Tejera en un concierto celebrado en la Parroquia de San Joaquín el 14 de marzo de dicho año.
Este sábado volverá a ser interpretada, diez años después, por la Banda del Liceo de Sevilla en el concierto que ofrece en la parroquia de San Román, con un repertorio excepcional. Una oportunidad imprescindible para recuperar sones de antaño.
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