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La reclamación de 1971 que validó el orden de la Madrugada de Sevilla "por el bien común"

Historia

El Arzobispado reconoció en aquel pleito que la Esperanza de Triana y los Gitanos eran más antiguas que el Calvario en esta jornada

La autoridad eclesiástica mantuvo la nómina "por el bien pastoral del Pueblo de Dios"

Notas sobre un conflicto histórico en el orden procesional de la Madrugada

Soluciones tabúes para arreglar la agotada Madrugada de Sevilla

Extractos de la contestación del Arzobispado a la reclamación de los Gitanos en 1971. / D. S.

La Semana Santa de Sevilla de 2023 la protagoniza el nuevo orden que presentan algunas jornadas tras la reorganización planteada por el Consejo de Cofradías. Unos cambios que han provocado polémicas por parte de varias hermandades afectadas. La Madrugada no ha estado exenta de estas críticas, especialmente desde que se conociera que el Gran Poder debía ampliar su recorrido de regreso por el Arenal. Mucho se ha escrito estos meses sobre las posibles soluciones para una noche en la que los cortejos penitenciales han experimentado un importante crecimiento dentro del mismo margen horario y espacio físico. Hasta se ha llegado a hablar de una posible ruptura de la Concordia entre la corporación de San Lorenzo y la Macarena (firmada en 1903). No ha faltado tampoco quienes han apuntado a un cambio de orden en las tres últimas cofradías (Calvario, Esperanza de Triana y los Gitanos) para mejorar la jornada.

A este respecto, en marzo de 2018 el historiador y archivero Joaquín Rodríguez Mateos publicó en Diario de Sevilla un análisis que incidía en que el orden actual de la Madrugada se configuró en 1899 y se confirmó por decreto arzobispal en 1914, a raíz de una reclamación de la Esperanza de Triana. En él se fijaba que el Calvario debía ocupar el cuarto puesto de la jornada. Una decisión que frustró los anhelos de la cofradía del antiguo arrabal y de los Gitanos, que reclamaban una posición más avanzada conforme a su antigüedad. Prueba de este desacuerdo son los escritos de protesta que ambas corporaciones siguieron presentando años más tarde y del que aún advierten sus oficiales de juntas de gobierno en el Cabildo de Toma de Horas. Unas intervenciones que son ya un "clásico" en la mañana del cuarto domingo de cuaresma.

Entre las reclamaciones presentadas en el Arzobispado se encuentra la que presentó el 15 de marzo de 1971 la Hermandad de los Gitanos y a la que se adhirió la Esperanza de Triana. El objetivo no era otro que ambas cofradías adelantaran sus puestos en la Madrugada, conforme a la antigüedad que tenían en ella a la hora de realizar la estación de penitencia.

El Arzobispado responde en febrero de 1972

La Virgen de la Presentación, de la Hermandad del Calvario, tras salir de la Magdalena. / Juan Carlos Vázquez

Dicho escrito ha sido analizado por el abogado Manuel Fernández-Armenta Pastor, que incide en las razones expuestas por el teniente fiscal del Arzobispado el 21 de febrero de 1972 para validar la configuración actual de la Madrugada. Tales argumentaciones se incluyen entre las páginas 41 y 44 de la contestación dada por la autoridad eclesiástica.

En ellas se recuerda, como ya apuntó Rodríguez Mateos, que en 1899 se produjo "de forma irregular" la alteración del orden procesional de las cofradías en la Madrugada del Viernes Santo, al pasar al quinto y sexto lugar la de Triana y la de los Gitanos, respectivamente, y ocupar el cuarto la del Calvario. También aluden a la antigüedad de estas hermandades. De la Esperanza se dice que "existía ya con regla aprobada en el año 1595", mientras que "la de los Gitanos hizo su primera estación penitencial el año 1759". Sus salidas, no obstante, "no fueron continuas". "La del Calvario, de ésta afirman que tal como hoy existe, es otra totalmente distinta de la que existió en el siglo XVI, bajo el título del Santo Ecce Homo, establecida en la parroquia de San Ildefonso [...], la cual hizo su última estación de penitencia en el año 1731 y que luego se perdió", refiere la resolución, que abunda en que "la actual del Calvario hizo su primera estación de penitencia el Miércoles Santo de 1888".

Con todos estos datos, desde el Arzobispado se admitió que "ciertamente, la más antigua en hacer la estación de penitencia en la Madrugada del Viernes Santo es la de Triana, siguiéndole en antigüedad la de los Gitanos y siendo la más moderna en el desfile procesional en ese día la del Calvario".

El "ambiente" de la Madrugada

El Cristo de las Tres Caídas cruza el puente de Triana en la Madrugada. / D. S.

Ahora bien, en la contestación a la citada reclamación se alude a la resolución de 1914. Y atención a la argumentación que se detalla aquí y de la que se puede sacar una interesante conclusión. "Dicha resolución se fundaría, sin duda alguna, en graves razones no solamente de índole jurídicas, sino pastorales para quien conozca la idiosincrasia del pueblo sevillano y el ambiente que rodea el desfile procesional de la Madrugada del Viernes Santo, sus razones son fácilmente comprensibles".

Es decir, ese "ambiente", al que alude el teniente fiscal del Arzobispado, se convierte en factor determinante a la hora de validar el orden de las cofradías en una jornada clave de la Semana Santa. Y en ello incide en el siguiente párrafo, que condensa la principal base para que no haya ninguna modificación en la configuración: "El legislador, que debe pretender siempre con sus resoluciones conseguir de la manera más eficaz posible la 'salus animarum', ha de tener ante sus ojos no solamente el derecho de una corporación, sino el bien común del Pueblo de Dios y este bien común exige, a veces, que el derecho particular sea pospuesto en beneficio del derecho y del bien pastoral del Pueblo de Dios". Y advierte de lo que sucedería en caso contrario. "Pues puede ocurrir que la defensa de los derechos particulares, legítimos ciertamente, lleven consigo un detrimento de la paz y la concordia entre los fieles".

Tras esta exposición de motivos, el Arzobispado concluyó en 1972 que "el orden actual de la Madrugada del Viernes Santo debe seguir como está y que los litigantes deben comprender que dicho orden es un bien para todos y que no deben mirar única y exclusivamente a la defensa de sus derechos, que por otro lado no se les niega y se les reconoce de manera indudable, sino al bien del Pueblo de Dios".

"No fueron razones jurídicas"

El Señor de la Salud, tras salir de su templo. / D. S.

Para Fernández-Armenta, fueron "razones pastorales y de bien común, y no jurídicas ni de antigüedad" las que primaron en los decretos dictados sobre el orden de las cofradías en la Madrugada. Según el letrado, "éste es el motivo por el que la Esperanza de Triana y los Gitanos invocan cada año en el tiempo y foro adecuado, como es el Cabildo de Toma de Horas, su derecho conculcado, para que no prescriba".

También plantea una pregunta tras el intenso debate surgido con la reorganizción de la Semana Santa: "¿Es ese bien común de 1972 el mismo que el de 2023?". Especialmente para una jornada sacudida por varios incidentes que han obligado a establecer diversas medidas de seguridad -entre ellas, la ley seca- y para la que algunos dirigentes cofradieros han planteado la "autorregulación" de los cortejos penitenciales, paso previo a establecer el numerus clausus en las cofradías. En la Macarena, por ejemplo, ya se han expedido para este año 4.600 papeletas de sitio.

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