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Cinco planes que no te puedes perder este fin de semana en Sevilla

Qué ver el Martes Santo en Sevilla

El Martes Santo de 2023 mantendrá el mismo orden que el año pasado / José Ángel García

El Martes Santo comenzaremos en el Cerro del Águila, para ver la salida de la cofradía de los Dolores a las 11:45. Tras hacer una parada para el descanso, llegaremos a tiempo para ver la impresionante salida de la Hermandad de San Esteban, a las 14:50.

Muy cerca, en la Alfalfa, pasa la Hermandad de la Candelaria, a las 16:00. Tiempo para el café y poner rumbo la calle Santiago, donde veremos a los tres pasos de la Hermandad de San Benito, a las 17:30. Nos quedan otras cuatro cofradías por ver.

Desde allí nos desplazaremos a la Lonja Universitaria, donde podremos ver la salida de los Estudiantes, a las 19:00. De ahí nos trasladaremos a la calle Mateos Gago, donde pasará Santa Cruz a las 20:30. Volveremos al casco antiguo para ir cerrando la intensa jornada.

Nos queda ver la vuelta de la Hermandad de los Javieres por en entorno de San Andrés, a las 0:30. Terminaremos en la Plaza de San Lorenzo, a las 2:00, viendo la espectacular entrada de la cofradía del Dulce Nombre.

Hermandad del Cerro del Águila

La Virgen de los Dolores, epicentro devocional del Cerro del Águila / Aníbal Díaz

El 2 de febrero de 1943 se erigió en El Cerro del Águila"una nueva Parroquia, libre e independiente de las demás existentes en Sevilla y en la Diócesis, con el título de Nuestra Señora de los Dolores". Hasta entonces el territorio de su demarcación había formado parte de la de San Bernardo; pero "el constante crecimiento de la ciudad de Sevilla por la parte de la población denominada El Cerro del Águila y la distancia que la separaba de dicha parroquia imposibilitaba, "la conveniente asistencia espiritual" de los más de once mil fieles del nuevo barrio formado más allá del Tamarguillo.

La sede de la nueva parroquia fue establecida "de manera provisional" y hasta tanto se construyese "el templo parroquial que se proyecta", en "la Capilla pública con el mismo título" (de Nuestra Señora de los Dolores) existente entonces en la hoy llamada avenida de Hytasa. En 1945 se aprueban las reglas de la Hermandad Sacramental, la primera corporación de este nuevo barrio de la ciudad.

Desde su bendición el 6 de junio de 1926 la capilla citada anteriormente estuvo presidida por una imagen de la Virgen que, bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores, recibía la veneración de los fieles que, cada vez en mayor número, iban poblando El Cerro del Águila. El 25 de septiembre de 1955, se bendice la actual imagen de Nuestra Señora de los Dolores y se aprueba como Hermandad penitencial. A lo anterior vino a añadirse la construcción del nuevo templo parroquial cuyas obras se iniciaron a comienzos de 1953 y no finalizaron hasta 1956. El 16 de junio de 1969 cuando quedaron fusionadas ambas Hermandades en una única corporación.

El 7 de febrero de 1981 el presidente de la Diputación de Sevilla y los representantes de la Hermandad suscribieron el acuerdo por el que la corporación provincial cedió "la imagen de un Cristo Crucificado depositado […] en la Iglesia de S. Gil Abad de esta capital, propiedad de esta Diputación, a la Hermandad Sacramental de Nuestra Señora de los Dolores”. Esta cesión fue fundamental para apoyar el proyecto de conversión de la Hermandad de Gloria en Cofradía penitencial. En septiembre de 1987 se aprueban sus reglas definitivas, quedando erigida canónicamente como hermandad de penitencia y realizando su primera salida procesional el 21 de marzo de 1989.

La imagen de Nuestro Padre Jesús de la Humildad, obra de Juan Miñarro López, fue bendecida en la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores el 1 de abril de 2004 y procesiona desde 2019 en el cortejo del Cerro, compuesto desde entonces por tres pasos. La Virgen salió en procesión extraordinaria el pasado mes de septiembre para conmemorar el centenario de la creación de su barrio.

Como novedad que se rescata para este 2023, la cofradía regresará a su barrio por la zona de la calle Francos, la Alfalfa y Santa María la Blanca, continuando por Eduardo Dato y la Gran Plaza hasta alcanzar su barrio de nuevo. Será sin duda una de las estampas del día: la hermandad del Cerro por el Puente de San Bernardo.

Hermandad de San Esteban

El Señor de la Salud y Buen Viaje / Víctor Rodríguez

Se funda la Hermandad el día 9 de mayo de 1926 cuando así lo acordaron las 32 personas que en ese día se reunieron en la sacristía de la parroquia de San Bartolomé bajo la dirección del entonces coadjutor de dicha parroquia, D. Rafael Galán Escalante. Se creó para dar culto público a una antigua Imagen de terracota que desde, al menos, dos siglos atrás, se veneraba en una capilla situada en la cabecera de la nave de la epístola de la iglesia de San Esteban. Esta capilla poseía una ventana a la calle y a través de ella los caminantes y viajeros que salían de la ciudad por la cercana y ya desaparecida Puerta de Carmona imploraban al que era conocido popularmente como el Señor de la Ventana para que les concediera salud y un buen viaje. Fueron aprobadas las primeras reglas de la Hermandad por el Cardenal D. Eustaquio llundaín y Esteban y en ellas se establecía ya el Martes Santo como día de la salida procesional de la nueva corporación penitencial.

La primera Junta Organizadora adquirió al imaginero D. Manuel Galiano Delgado una Imagen de María Dolorosa que quedó depositada en la iglesia del Hospital de las Cinco Llagas. Dicha Imagen fue advocada en un primer momento con el título de Nuestra Señora de la Asunción, sin embargo, el cardenal llundaín estimó poco apropiado el mencionado nombre para la iconografía dolorosa de la Señora, renombrándola con la advocación de Madre de los Desamparados.

Oficialmente, la primera salida procesional de la nueva Hermandad se produjo el Martes Santo, día 26 de marzo de 1929 con enseres cedidos. Ya en 1930 fueron adquiridas a la Hermandad del Cachorro las definitivas andas en las que desde entonces y hasta ahora ha procesionado Nuestro Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje. En 1964 estrenó María Santísima Madre de los Desamparados un nuevo paso de palio esta vez confeccionado en malla de oro y bordado en hilos del mismo metal en los talleres de Esperanza Elena Caro según diseño de D. Ignacio Gómez Millán. El Cristo de la Salud y el Buen Viaje es de autor desconocido, aunque reúne características de la imaginería propia del siglo XVIII. No obstante, el que hecho de que su cabeza sea de barro cocido, podría hacer que se fechase a principios del XVI. Por otra parte, la Virgen de los Desamparados es obra de Manuel Galiano y fue bendecida en 1927. La salida de la cofradía congrega a cientos de cofrades durante horas para contemplar un auténtico prodigio de la física: ¿cómo salen los pasos de San Esteban por la ojiva de su parroquia?

Hermandad de la Candelaria

Los pasos de La Candelaria / José Ángel García

Se constituye esta Hermandad en la Iglesia de San Nicolás el 26 de junio de 1921, al ser aprobadas sus primeras Reglas con fecha 4 de junio de ese mismo año, haciendo Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral por primera vez el Martes Santo de 1922. Un grupo de cofrades y feligreses del barrio, impulsados por José Ruiz Escamilla, Pepe «el Planeta», dedicaron todo su trabajo a aquella cofradía que tendría por titular a una Imagen de Jesús Nazareno. Dicha Imagen había sido llevada en 1880 a la parroquia de San Nicolás procedente de la Iglesia de la Magdalena, al altar que hasta entonces habían ocupado las Imágenes de la Hermandad de los Gitanos, que se había trasladado a San Román. Así, el Nazareno, que en su día fue titular de la extinguida Hermandad de la Antigua, Siete Dolores y Compasión, toma la advocación de Jesús de la Salud en recuerdo del titular de la Hermandad anteriormente establecida en el templo.

Una talla atribuida tradicionalmente a Pedro Roldán y últimamente, con mayor fundamento, a Francisco de Ocampo y Felguera, que la ejecutaría a principios del siglo XVII. En el segundo paso, bajo palio, María Santísima de la Candelaria, imagen esculpida por Manuel Galiano Delgado en 1924 y remodelada por Antonio Dubé de Luque en 1967. El 10 de Noviembre de 1977 le son aprobadas nuevas Reglas de fusión con la Hermandad del Santísimo Sacramento y Nuestra Señora del Subterráneo de la Parroquia de San Nicolás, fundada en 1631, asumiendo por tanto el carácter sacramental y la recuperación del culto a la antigua imagen de la Virgen del Subterráneo.

Tras años de trabajo, la cofradía recuperó el pasado mes de julio la imagen del Cristo de la Sangre o del Subterráneo, una de las tallas cristíferas más antiguas de toda Andalucía (siglo XIV), que estaba depositada en el IAPH. El paso de la cofradía por los Jardines de Murillo -ahora a plena luz del día- se yergue como uno de las estampas icónicas y emblemáticas del Martes Santo.

Hermandad de San Benito

El Señor de la Presentación al Pueblo / Joaquín Corchero

La actual hermandad de San Benito forma parte del grupo de corporaciones que renacieron de sus cenizas al calor de un antiguo titular. Remontando la historia siglos atrás, el 18 de julio de 1554 el provisor del Arzobispo de Sevilla Fernando de Valdés aprueba las primeras reglas de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Sangre y Nuestra Señora de la Encarnación con sede en el monasterio franciscano de Nuestra Señora de la Victoria del barrio de Triana. La fundaron en su mayoría carpinteros de ribera y calafates del puerto camaronero.

Salía el Jueves Santo y hacía estación de penitencia a Santa Ana solo con el crucificado. En la historia de la hermandad quedará marcado el accidente que sufrió el Cristo de la Sangre en 1808 el 16 de abril, Viernes Santo. Según recoge Bermejo, aquel Viernes Santo, la imagen sufrió un accidente a la altura de la Plaza del Altozano, cayendo del paso fracturándose «en pedazos», retirándose el paso de la cofradía. Con la restauración se descubre la autoría de la imagen. En 2019 se descubrió el paradero actual de la talla en un convento de Sanlúcar la Mayor. El Viernes Santo de 1845 cruza por primera vez el puente de Barcas para alcanzar la Catedral. En aquella gesta también se estrenó la Esperanza de Triana horas antes.

Tras esta salida, poco después, la corporación entró en decadencia saliendo por última vez en 1848 y desapareciendo definitivamente en 1868. La Virgen pasó a la iglesia de San Benito. Allí comienza a generar devoción esta dolorosa hasta la creación de su hermandad en 1921, cuando el Cardenal Enrique Almaraz aprueba las nuevas reglas de la Hermandad con sede en la Iglesia filial de San Benito Abad, en las que se añade el título de la Presentación al Pueblo, fijándo como día de salida el Martes Santo.

En 1924 se encarga el misterio de la Presentación al Pueblo, incluido una nueva Imagen del Señor, al escultor Castillo Lastrucci, estrenándose éste en 1928 al igual que las andas y la indumentaria de los nazarenos, que son las actuales. En 1930 volvería a salir el paso de palio, estrenando todos sus enseres.

Jesús en su Presentación al Pueblo, realizado en madera de cedro en 1928, es obra por Antonio Castillo Lastrucci. El Cristo de la Sangre, tallado en madera de pino de Flandes por Francisco Buiza Fernández, fue realizado en 1966. Por último, la Virgen de la Encarnación es una obra anónima y data del primer tercio del siglo XVII. Esta cofradía de tres pasos se encuentra muy arraigada en su barrio de la Calzá, que participa en masa y orgullosa cada Martes Santo junto a sus titulares. El populoso misterio de la Presentación, excelente en composición y "escenografía", despierta atronadoras ovaciones entre los cofrades.

Hermandad del Dulce Nombre

La Virgen del Dulce Nombre / José Ángel García

La Hermandad del Dulce Nombre resulta de la fusión actual de tres hermandades: la del Niño Perdido, de carácter benéfico para amparar y socorrer a los huérfanos y que radicaba en la zona de la calle Zaragoza; la hermandad de gloria del Dulce Nombre de María, en San Bartolomé, y la de “la Bofetada”, registrada en 1694. Fijaron paulatinamente residencia en el convento de la Merced, donde finalmente se fusionaron todas las cofradías. En el año 1745 pone fin a sus procesiones con tres pasos, y medio siglo después se trasladan los primitivos titulares al beaterio de la Trinidad, lugar donde reciben culto en nuestros días.

La cofradía al completo se refunda en San Román en 1919, y tan solo un año después, en 1920, realiza su primera salida procesional con una estética completamente renovada. En 1923 Castillo Lastrucci estrena la imagen de Jesús ante Anás y el nuevo paso de misterio, por lo que se cumplen ya cien años, un aniversario que celebrará la hermandad con una serie de actividades. Antes de trasladarse definitivamente a San Lorenzo, en 1968 y a la primitiva capilla de Jesús del Gran Poder, residieron unos años en San Antonio de Padua.

La Bofetá procesiona desde la citada Iglesia de San Lorenzo, un templo gótico-mudéjar fundado el siglo XIII, pero sus restos más antiguos son del XIV. En el XVIII y el XIX fue remodelado. No desdeñen el discurrir de la cofradía al completo, y en especial su característico y sonoro paso de palio, obra genial de Juan Manuel Rodríguez Ojeda.

Hermandad de Los Estudiantes

El Cristo de la Buena Muerte en el interior del Rectorado / Antonio Pizarro

La Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte fue fundada el 17 de Noviembre de 1924, en la Iglesia de la Anunciación, por un grupo de profesores y alumnos de la Universidad de Sevilla. En la Semana Santa de 1926 hace su primera salida procesional a la Santa Iglesia Catedral, con el Santísimo Cristo de la Buena Muerte, Imagen realizada por Juan de Mesa en 1620 para los Padres Jesuitas quienes tenían su Casa Profesa en la actual iglesia de la Anunciación.

La imagen de María Santísima de la Angustia, es obra de Juan de Astorga fechada en el año 1817 y adquirida por la Hermandad de los Estudiantes en 1942, imagen que pertenecía a la Hermandad del Despedimiento de Cristo con la antigua advocación del Dulce Nombre de María, y que estaba en la iglesia de San Isidoro. Procesiona por primera vez con esta Corporación la tarde del Martes Santo de 1946 tras desprenderse la hermandad de otras tallas marianas anteriores.

El Santísimo Cristo de la Buena Muerte visitaría la nueva sede de la Universidad de Sevilla, sita en la antigua Fábrica de Tabacos, en 1954, con motivo de la inauguración de la Facultad de Derecho. En 1966 la corporación se traslada definitivamente a la Capilla de la nueva Universidad, situada en la calle San Fernando. La hermandad se encuentra inmersa en la celebración de su centenario fundacional, y entre los proyectos más ambiciosos continúa la ejecución de un nuevo paso procesional para el Cristo de la Buena Muerte, según diseño de Antonio Gutiérrez de la Peña.

Hermandad de Los Javieres

El Cristo de las Almas tras salir de su parroquia / Belén Vargas

La hermandad es de reciente creación, pues se fundó en 1945, en plena posguerra. Nace dentro de la Compañía de Jesús, que tenía su sede junto a su casa profesa, en la iglesia del Sagrado Corazón, en la calle Jesús del Gran Poder, conocida históricamente como la iglesia de San Francisco de Paula.

La congregación de los Javieres estaba dirigida espiritualmente por el padre José Luis Díez Gutiérrez-O’Neill. Para entonces se empieza a fraguar la idea de una Hermandad; es en 1945 cuando se encargan las imágenes titulares. El acuerdo de la fundación de la hermandad se plasmó sobre 1946, aunque las Reglas fundacionales como tal les fueron aprobadas en 1955, con el Cardenal Bueno Monreal y acordándose el día de salida el Martes Santo por coincidir con el nacimiento de Francisco Javier, el 7 de abril de 1506.

Realizó su primera estación de penitencia el 16 de abril de 1957, sólo el paso de Cristo. Posteriormente lo hizo acompañado a sus pies de la Virgen de Gracia y Amparo, que procesionó en solitario bajo palio por primera vez en 1980. El titular cristífero es del artista portugués José Pires Azcárraga, de 1945, y la Virgen es obra del imaginero José Fernández-Andes en 1936.

El Crucificado presidió el pasado 27 de febrero, primer lunes de Cuaresma, el Vía Crucis de las Hermandades y Cofradías de Sevilla. Se cumplen, además, 75 años de su llegada a esta corporación. La hermandad está poco a poco creciendo de manera significativa y culminando una serie de proyectos patrimoniales muy a tener en cuenta, como el paso de palio para la dolorosa. La cofradía recuperó hace algunos años la imagen de San Juan para que acompañase a la Virgen, bajo palio, cada Martes Santo. Cada vez más cofrades acompañan a esta cofradía en su regreso a la calle Feria.

Hermandad de Santa Cruz

Los pasos de Santa Cruz en el interior de la parroquia / Víctor Rodríguez

La Hermandad de Santa Cruz se fundó en el año 1904, efectuando al año siguiente su primera Estación de Penitencia. Hasta 1920 fue la única cofradía que hacía estación el Martes Santo. Puede decirse que a partir de 1922 comienza a consolidarse la Hermandad, que con los lógicos altibajos propios de las instituciones, vive por lo general momentos de esplendor, atravesando los tiempos de la república, guerra y posguerra sin efectos contrarios importantes. Poco a poco, la hermandad se engrandece con la incorporación de nuevos hermanos, aumentaría su número de nazarenos y las hermanas participaron en la estación a partir de 1.947, sin vestir túnica, pero llevando un escapulario del Cristo de las Misericordias. Al fusionarse en 1968 con la Hermandad Sacramental y la de Nuestra Señora de la Paz, su antigüedad se remonta al siglo XVII.

La Imagen del Santísimo Cristo de las Misericordias, de finales del siglo XVII, es una talla atribuida a Francisco Antonio Gijón, aunque parece más probable que su ejecución fuera debida a Pedro Roldán o a su escuela. La Santísima Virgen de los Dolores es una escultura moderna, obra de Antonio Eslava, realizada en 1968.

El primer «paso» estrenado en el año 1975, es de estilo gótico, tallado por Antonio Martín y dorado por Luis Sánchez Jiménez. El autor de las tablas góticas es el pintor contemporáneo Francisco García Gómez. Los respiraderos recuperados y restaurados en 1.996, son obra de Cayetano González habiendo formado parte del primitivo paso de la Cofradía. Es absolutamente imprescindible esperar a la cofradía en su regreso por la Alianza, quizás uno de los brevísimos instantes en que el barrio de Santa Cruz recupera su carácter popular y pintoresco, libre de ataduras turísticas.

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