Paco Vélez: "El Martes Santo debe ir de la Campana a la Catedral"
El nuevo presidente del Consejo
El presidente electo del Consejo habla de los retos a los que se enfrenta una institución que ha de recuperar el prestigio perdido los últimos años
Francisco Vélez vive su primer día como presidente electo del Consejo de Hermandades. Atiende el teléfono bien entrada la tarde. Ha recibido numerosas llamadas. Muchas para felicitarle por la victoria y otras para que aporte titulares sobre el futuro de la institución. La nuestra se incluye entre estas últimas. Con una exquisita educación, lo primero que plantea es restituir el “prestigio perdido” del Consejo. Las dimisiones de los últimos años han dañado su imagen. “Estoy dispuesto a trabajar desde el minuto uno y hasta el final en este objetivo”, afirma.
Durante las últimas semanas ha realizado declaraciones en las que no ha escondido su intención sobre los distintos retos a los que se enfrentará la nueva junta superior que preside. Uno de ellos es el Martes Santo. En este asunto se muestra tajante. “Estoy dispuesto al diálogo con las cofradías de la jornada. A buscar cualquier solución para mejorarla. Pero siempre en el orden habitual. El Martes Santo debe ir como el resto de los días: de la Campana a la Catedral”.
La carrera oficial es el otro asunto que se aborda en la conversación. Desde que acabó la Semana Santa han salido a la palestra varias propuestas de reforma. Algunas prácticamente irrealizables. Vélez siempre ha defendido que cualquier mejora ha de acometerse en su actual configuración. “Es el modelo menos malo”, ha afirmado en varias ocasiones. Respecto a la pérdida de sillas, admite que habrá que recortar su número, un proceso que ha de llevarse a cabo “de forma paulatina y de la manera menos traumática”. “Hay abonos que pertenecen a generaciones. De abuelos a nietos. Pero aquí hay que conjugar tres factores: la seguridad, los ingresos que generan y el valor patrimonial que tienen para muchas familias”, abunda.
La recuperación del esplendor de la Madrugada constituye otro reto. Ha pasado de ser la noche más bella a la que genera mayor pánico entre los sevillanos a raíz de los incidentes que se han sucedido desde el año 2000. El presidente electo del Consejo fue testigo directo de la constitución del Cecop. De ahí que otorgue una importancia primordial a las instrucciones que desde este órgano municipal se dictan para la Semana Santa. Está a favor de todas las medidas tomadas tanto en la Madrugada como en las procesiones extraordinarias. Videovigilancia, control de la luz y vallas. “El uso de las vallas debe ir en consonancia con el poder de convocatoria de un acto cofrade. En la procesión de la Esperanza de Triana, a la que asistió tal cantidad de personas, estaban más que justificadas”. Y no se reprime en elogiar al gobierno de Espadas: “El Ayuntamiento lo está haciendo muy bien en este asunto”.
En una época en la que la sociedad civil reclama mayor transparencia de las instituciones en su gestión, cada vez es mayor la insistencia en que el Consejo haga públicas sus cuentas, de las cuales Vélez se ha hecho cargo los últimos años. El nuevo presidente asegura “no tener ningún inconveniente en que se conozcan”, aunque para ello necesita del “beneplácito” de los hermanos mayores. En este punto defiende que la gestión económica del Consejo se somete a un “continuo control” tanto por los hermanos mayores, por los censores, por la autoridad eclesiástica y por una auditoría externa.
La charla con quien dirigirá la institución de San Gregorio los próximos cuatro años concluye con referencias al arzobispo. Califica de “magnífica” la relación con monseñor Asenjo. “Tiene mucho que enseñarnos y estoy dispuesto a que nos oriente siempre”. Una ayuda “imprescindible” para regenerar el Consejo.
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