El presbiterio de la Iglesia de Santiago recupera todo su esplendor
Finalizan las intervenciones sobre el retablo mayor y las pinturas murales de la sede de la Redención
Trece alumnos en prácticas han participado en todo este proceso de restauración
Estudiantes de la US restauran el presbiterio de la iglesia de Santiago, que reabrirá en septiembre
Será, sin duda, uno de los reestrenos patrimoniales del curso. La Hermandad de la Redención ha informado de la finalización de las intervenciones conservativas realizadas sobre el retablo mayor y las pinturas murales del presbiterio de la Iglesia de Santiago el Mayor, un proyecto iniciado por la Delegación de Patrimonio Cultural de la Archidiócesis de Sevilla. Tras un mes y medio de actuaciones, esta joya barroca de la ciudad ya luce en todo su esplendor.
En el marco de esta intervención se ha devuelto a su emplazamiento original el cuadro de Santiago Apóstol en la batalla de Clavijo, una obra de Mateo Pérez de Alesio fechada entre 1584 y 1588. Se trata de uno de los lienzos más logrados de toda la pintura sevillana de finales del XVI, y en él se representa al apóstol combatiendo y doblegando a los sarracenos.
De este modo, se ultiman los detalles de cara al mes de septiembre, que será clave para el regreso de la Redención a su sede canónica tras varios meses en San Ildefonso por obras de restauración en Santiago. Según los plazos previstos por la propia corporación, el día 11 serán trasladados los titulares a la Iglesia y el día 18 Ramón Valdivia, Obispo Auxiliar, oficiará una misa solemne de reapertura y bendición del templo.
Estas tareas de restauración han sido ejecutadas, bajo la supervisión de profesores y otros miembros académicos, por hasta trece alumnos en prácticas extracurriculares del Grado de Conservación y Restauración, a raíz de un convenio establecido por la propia Archidiócesis y la Universidad de Sevilla.
El templo ha sufrido mucho debido a las filtraciones de agua por el mal estado de las cubiertas, según indica Agustín Marín, uno de los tutores. Esta situación ha obligado a intervenir en “una amplísima variedad de desperfectos”, desde pérdida y rotura de piezas a problemas de fijación de las pinturas, humedades o manchas. De esta manera, el alumnado ha tenido que afrontar una gran cantidad de patologías sobre diversos materiales (madera, pintura, dorado y muro, entre otras superficies) que les han dado grandes oportunidades de aprendizaje y “les ha convertido ya en profesionales”, apunta Marín.
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