Las potencias del Cristo de las Cinco Llagas: pedagogía cofradiera en la Trinidad
Iconografía
La imagen de Duarte luce, por primera vez en su historia, estos atributos que reafirman su divinidad
Un amplio post señala todas las particularidades de este cambio estético que va "más allá"
La puerta abierta

Se conoce, o al menos debiera, que son tres los pilares esenciales de una hermandad, los que otorgan razón a su propia constitución y a su naturaleza: el culto, la caridad y la formación. Cada corporación se esfuerza, en el marco de sus posibilidades, en potenciar estos tres conceptos de manera diaria y continuada, a todos los niveles. Uno de ellos, el de la formación, se yergue actualmente como uno de los imprescindibles y necesarios, en tiempos no solo de desacralización o de "interferencias" externas y accesorias que distorsionan la realidad de las cofradías; también en una época donde lo digital y lo tecnológico se postulan como espacios vitales para ejercitar estos fines.
En estas últimas horas, la hermandad de la Trinidad ha compartido una serie de fotografías que pasarán a los anales de su propia historia reciente: por primera vez desde su bendición allá por 2002, la imagen del Santísimo Cristo de las Cinco Llagas luce potencias, una decisión adoptada y refrendada felizmente por cabildo de hermanos que ha precisado una ligera intervención para poder ofrecer esta instantánea. Pero dicha publicación, en la red social X, viene acompañada de una cuestión trascendental, como es la explicación del significado de la colocación de estas piezas, que en ningún caso puede obedecer a caprichos estéticos o puntuales, aunque precisamente en multitud de ocasiones así suceda.
"Con la colocación de las potencias se culmina su iconografía, cargada de simbolismo teológico y reforzando la concepción de Cristo como Rey y Salvador, resaltando su divinidad incluso en los momentos de su pasión y sufrimiento. Las potencias son un atributo esencial en la iconografía cristiana, expresan la divinidad de Jesucristo y su triple condición de Profeta, Sacerdote y Rey. Proceden del despiece del nimbo crucífero, cuya tradición se remonta al arte bizantino y se ha desarrollado a través de las representaciones carolingias, románicas y góticas. Estas tres llamaradas de luz simbolizan la plenitud de la gracia, la omnipotencia y la omnisciencia de Cristo, atributos esenciales de su naturaleza divina. La liturgia y la teología afirman que Jesús debe llevar en todo momento sus potencias, incluso en los pasajes en los que su humanidad fue ultrajada". No se puede decir más en menos, pero la publicación continúa ejerciendo esta pedagogía tan necesaria para convertir esta nueva "impronta" en un ejercicio formativo fantástico que ya alcanza miles de visitas en esta red social.
"La costumbre de representarlo sin ellas para enfatizar su condición humana resulta incongruente, especialmente cuando otras figuras secundarias en la escena portan aureolas de santidad. Así, el uso de las potencias reafirma su condición divina, sin opacar el sufrimiento que enfrentó por la redención de la humanidad". Impecable.
La colocación de las potencias se suma también a la corona de espinas, que nos recuerda que, "a pesar de la burla de los soldados romanos, Cristo fue y es el Rey de reyes. Su imposición en la pasión no sólo representa el desprecio al que fue sometido, sino también la paradoja de su victoria a través del sacrificio. La corona de espinas simboliza su doble función: la del Siervo Sufriente anunciado en Isaías y la del Mesías Conquistador del Apocalipsis. Además, su significado se vincula con la caída del hombre en el pecado original", y sentencia: "la presentación del Santísimo Cristo de las Cinco Llagas con potencias junto a la corona de espinas no es un simple cambio estético, sino una reafirmación de su naturaleza divina y su realeza eterna". Absolutamente ejemplar. O debiera serlo.
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