El Plantinar celebra el triduo en honor a San Diego de Alcalá: todos los detalles

Una cita marcada en el calendario del barrio del Plantinar. La parroquia ultima los preparativos de cara a la celebración del triduo en honor al titular, San Diego de Alcalá, natural de San Juan del Puerto y canonizado a finales del siglo XVI. El culto comenzará este próximo domingo, día 10 de noviembre, a partir de las doce de la mañana. 

Continuará, como es habitual, los dos días siguientes, en esta ocasión el lunes 11 y el martes 12, con panegírico y predicación a cargo de don Israel Risquet González, párroco de la Sagrada Familia. El día 13 de noviembre, como es preceptivo, se celebrará la Función Solemne, predicada por don José Miguel Verdugo Rasco, párroco del templo. En todas las eucaristías participará la Coral Polifónica Nuestra Señora de los Dolores y al término de la Función, siguiendo la tradición, se dará a venerar la reliquia de San Diego de Alcalá que se custodia en esta parroquia. 

La función en honor a San Diego se celebra siempre en esta jornada, en recuerdo a la fecha de su fallecimiento: 13 de noviembre de 1463, independientemente de la fecha en que caiga. A sus restos mortales se les atribuye un milagroso poder curativo. Por ejemplo, el rey Enrique IV de Castilla acudió a su sepulcro para pedirle la curación de la Beltraneja, ruego que, según las crónicas, se cumplió. Pero el caso más conocido fue el de Felipe II, que estando su hijo, el príncipe Carlos, enfermo de gravedad, mandó trasladar los restos de San Diego a la cámara regia para conseguir su curación. Este milagro lo popularizó Lope de Vega, tomándolo como argumento en una de sus comedias. Fue canonizado en el año 1588, bajo el pontificado de Sixto V, con el nombre de San Diego de Alcalá, en referencia a la última ciudad en que habitó, Alcalá de Henares.

En marzo de 1971 cardenal Bueno Monreal bendijo la nueva parroquia en honor a este santo, lo cual pone de manifiesto su reciente construcción con respecto a la mayoría de las iglesias del centro. El párroco de aquel entonces, Juan Manuel Domínguez, lideró con mucho esfuerzo y la ayuda de la feligresía la conclusión de las obras. En 1989 la Hermandad del Sol llegó a este templo. Antes, según la memoria del colegio Pajaritos, un grupo de alumnos de dicho centro jesuita, que de Villasís se había trasladado a la calle Pajaritos, constituyó un grupo de fieles para dar culto a una pequeña imagen de Cristo bajo la advocación de Cristo de la Sangre.